Cambio de collar
Camps y Zaplana o Zaplana y Camps, que tampoco montan el primero como el segundo ni el segundo como el primero, o dicho de otra manera ambos montan el espect¨¢culo bajo la direcci¨®n esc¨¦nica de Rajoy, que anda de limosnero por la vida,han iniciado el curso haciendo bolos por la Comunidad. Camps con aires versallescos, Zaplana como quien trata de adivinar el sentido de su futuro, si es que tiene alg¨²n sentido y alg¨²n futuro, y el mamporrero Fabra, de fiel y cumplidor figurante: con un susurro, obedece a su se?or o le olfatea sus intenciones. El cronista viendo lo que se ve, y auscultando lo que se representa, considera que Camps est¨¢ envolviendo a Zaplana que aprende en 10 lecciones el arte de levitar, por si acaso y qu¨¦ remedio, en una sutil red donde sus confidentes y emboscados, contin¨²an de confidentes y emboscados, pero con presupuestos que apenas dan para sopa de convento. Por ah¨ª le ha ganado la mano, aunque no sea muy cristiano. Pero de ser as¨ª, no ha hecho m¨¢s que anticiparse a los cambios estatutarios que PP est¨¢ cocinando: el PP ya no ser¨¢ aquella cofrad¨ªa que iluminaba sus obras e inversiones l¨²dicoideol¨®gicas dentro del "humanismo cristiano". Nada de poner la otra mejilla, ni la otra mano por debajo del sayo. Ahora, es decir, de aqu¨ª a que la cosa cuaje, si cuaja, los populares se van a inspirar en los valores de la libertad, la democracia y el humanismo de tradici¨®n occidental, o sea, valores que han sido cosas del demonio, el rojo o el afrancesado, para el culterano conservadurismo de pedernal y chispa. Cuantos consigan la conversi¨®n tienen indulgencias plenarias garantizadas, adem¨¢s de otras indulgencias m¨¢s sustanciosas y terrenales. El PP quiere ponerse al d¨ªa. Y eso est¨¢ muy bien. Y ah¨ª los tienen, tan pimpantes: nada mejor que para matasellar los nuevos estatutos hayan estampado la efigie de Fraga, presidente fundador, ministro de la dictadura y conquistador del solar a base de cachiporras, lo que hoy se hace a base de recalificaciones. Cambiar la cachiporra por la recalificaci¨®n del suelo ya es una zancada hacia el nuevo humanismo que los inspira: todo un s¨ªntoma. Ignora el cronista si lo de Camps y Zaplana, el ¨®sculo de la paz, es un apa?o o un amago de reconciliaci¨®n cristiana o ya se inscribe en los sagrados mandamientos de la tradici¨®n occidental, pero en cualquier caso y como no se trata m¨¢s que de una funci¨®n de t¨ªteres, tampoco importa demasiado. Todas estas mudanzas que se pregonan hay que tastarlas en el d¨ªa a d¨ªa. Y est¨¢ por saber qu¨¦ va a salir de tales pucheros.
El cronista no ve nada claro que la libertad y la democracia lleguen de una inspiraci¨®n; m¨¢s bien considera que son fruto de una lucha, de un ejercicio, de una pr¨¢ctica y de unas convicciones. Y est¨¢ seguro de que por esta amplia orograf¨ªa cabalga a la sombra de tanta decrepitud, una derecha de dise?o moderno y laico que enarbola ese humanismo que el PP pretende arrebatarle. El PP hunde sus ra¨ªces en el nacionalcatolicismo y en el franquismo, aunque bien amagados en un autoclave. Al PP si lo golpeas en la cabeza suena a hueco, si lo agitas, a calderilla: podr¨¢ cambiar de estatutos, pero nunca ser¨¢ m¨¢s que un cambio de collar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.