El futuro de los medios ante la epidemia de la desinformaci¨®n: un panorama sombr¨ªo con un futuro esperanzador
Una decena de expertos debate las posibles soluciones a un problema que afecta la democracia
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¡°Decir que la desinformaci¨®n es una amenaza a la democracia, es ya un lugar com¨²n, pero ?qu¨¦ hacer para enfrentarlo?¡°. Para responder a esa pregunta, o intentarlo, se ha realizado este mi¨¦rcoles una mesa redonda, en el marco del Foro Econ¨®mico Internacional Am¨¦rica Latina y el Caribe, que organiza CAF-banco de desarrollo de Am¨¦rica Latina y el Caribe en alianza con el Grupo PRISA y World in Progress (WIP). La empresa editora de EL PA?S ha organizado una mesa de discusi¨®n con periodistas, analistas y expertos en comunicaci¨®n, que charlaron bajo las reglas internacionalmente reconocidas de la Chatham House, que en aras de lograr la mayor franqueza posible, impiden revelar los nombres de los invitados y atribuir lo dicho.
El debate, que tom¨® poco m¨¢s de una hora, lleg¨® a la conclusi¨®n de que no hay una sola medida ni una salida f¨¢cil, pero los intervinientes coincidieron en la esperanza de que la situaci¨®n mejorar¨¢. No ser¨¢ pronto: antes de llegar a esa conclusi¨®n, esbozaron un diagn¨®stico angustiante de la situaci¨®n actual. El aumento del autoritarismo, las preguntas sobre la propiedad y el uso de los datos en el mundo digital y la ¡°dictadura¡± de los algoritmos forman parte del panorama.
¡°El problema no es que la gente crea en las noticias falsas, el problema es que ya no cree en la verdad¡±, fue una de las frases que se?ala la gravedad de la situaci¨®n. ¡°La crisis es sobre los hechos mismos, sobre cu¨¢l es la realidad¡±. Tras recordar que la desinformaci¨®n es parte de un modelo de negocios, en tanto las redes sociales se benefician de las emociones que desatan los titulares escandalosos o las noticias abiertamente falsas, los conocedores recordaron la tard¨ªa reacci¨®n de los medios y los periodistas al dominio que ejercen las redes sociales sobre la producci¨®n y difusi¨®n de la informaci¨®n. Tambi¨¦n hubo espacio para reconocer errores, para aceptar que muchos medios han terminado imitando a las redes, ¡°corriendo tras el algoritmo para intentar alcanzarlo, como perros con la lengua afuera¡±.
Para los expertos, buena parte de la salida est¨¢ en manos del poder judicial. Se trata de jueces como el brasile?o Alexandre de Moraes, quien en 2024 orden¨® a X suspender las cuentas de los pol¨ªticos e influenciadores de extrema derecha a quienes investigaba por incitaci¨®n al crimen y, ante la negativa, lleg¨® a suspender la influyente red social en su pa¨ªs. De aplicar a las redes sociales las reglas que incentivan a los medios a proteger m¨ªnimamente la verdad: ¡°Si nos dicen que tienen herramientas para evitar que en ellas circule pornograf¨ªa infantil o se comentan delitos ?por qu¨¦ no exigirles tambi¨¦n que sean responsables de la veracidad de las informaciones?¡°. La l¨®gica: las redes sociales tambi¨¦n son empresas medi¨¢ticas, que producen y difunden informaci¨®n, y deber¨ªan asumir los mismos est¨¢ndares de los medios de comunicaci¨®n.
Adem¨¢s de esas respuestas concretas, el optimismo que gan¨® la discusi¨®n provino de una variedad de perspectivas. Desde la sed de las audiencias de ver historias humanas, c¨¢lidas y esperanzadoras, hasta una nueva generaci¨®n de periodistas, m¨¢s versados en el mundo digital y que piden cambios en las redacciones. Para ello, coinciden estos expertos reunidos en un moderno centro de convenciones a un centenar de metros del Canal de Panam¨¢, es necesario que las empresas informativas inviertan en periodismo, que la sociedad entera reconozca el valor de la informaci¨®n, que se reentrenen los periodistas. En medio del foro en el que se debate c¨®mo lograr que Am¨¦rica Latina crezca m¨¢s y mejor, los periodistas se preguntan c¨®mo hacer que la informaci¨®n circule m¨¢s y sea mejor.
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