Tormentas y reflexiones
Mientras la anunciada tormenta golpea con menos fuerza de la esperada el exterior del cristal, yo reposo en mi cama y me concedo un tiempo para la reflexi¨®n. Hemos cumplido una semana, un tercio de lo previsto, y a partir de hoy la historia ser¨¢ bien diferente. Ya saben, cambio de desarrollos (m¨¢s simb¨®lico que real, porque los desarrollos son los mismos), lo que implica cambio de protagonistas.
La tormenta de hoy [por ayer] me trae a la memoria la que cay¨® en Le¨®n el s¨¢bado, el d¨ªa en que comenzamos con una ya olvidada contrarreloj por equipos. No ha pasado tanto tiempo, pero s¨ª tantas cosas. Las tormentas comenzaron acech¨¢ndonos -tanto en lo meteorol¨®gico como en lo deportivo, con la exclusi¨®n de dos corredores el primer d¨ªa- pero poco a poco le fuimos dando esquinazo -tambi¨¦n en lo deportivo, pues nos hemos centrado en dar espect¨¢culo con las piernas, no con pol¨¦micas como quieren algunos-. En Le¨®n, en Burgos, y aqu¨ª en Valencia, la tormenta nos respet¨®. Pero cuando llegamos a Soria se veng¨® de nosotros sin piedad, para recordarnos con soberbia qui¨¦n es aqu¨ª de verdad el que manda. Y esperemos que, de aqu¨ª a Madrid, con esa venganza ya haya sido suficiente.
Entre las cosas que han pasado hay una que me reconforta sobremanera, y es que me he dado cuenta de que no predico en el desierto. Lo que aqu¨ª escribo sirve para algo m¨¢s que hacerme pasar a m¨ª el tiempo escribi¨¦ndolo y hacerles perder el ¨ªdem a otros public¨¢ndolo y a ustedes ley¨¦ndolo, claro est¨¢. Hoy he recibido dos libros de regalo y una carta agradeci¨¦ndome el gesto que tuve con el art¨ªculo "Ganando lectores"; y espero al menos uno m¨¢s que ya me han prometido. Tambi¨¦n he notado cierto respeto de mis correligionarios desde el d¨ªa en el que hice p¨²blica mi conversi¨®n a la religi¨®n del sprint. Y desde que anteayer me declar¨¦ en venta, noto cierto aumento en el inter¨¦s de mis anteriores pretendientes por hacerse con mis servicios.
Pedro Horrillo es corredor del equipo Quick Step.
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