El Milan o 'la Juve'

?Qui¨¦n ser¨¢ el campe¨®n de la reci¨¦n comenzada Liga italiana?

Un entrenador que abandona para cuidar a su mujer enferma, una baja como la de Emerson, un equipo joven (y con Totti) que juega al ataque: el coraz¨®n dice que el Roma.

Una plantilla poderosa, un Berlusconi, un jefe como Maldini, un refuerzo como Stam, un Kak¨¢ y un Shevchenko: la cabeza dice que el Milan.

Un historial solemne, un d¨¦spota como Capello, un Emerson y un Ibrahimovich, una Fiat detr¨¢s: el est¨®mago dice que el Juventus.

?Y el Inter? El Inter es el campe¨®n de todas las pretemporadas. Tiene al bello Mancini en el banquillo, a Adriano en punta y al bondadoso y neur¨®tico Moratti en la propiedad. Tambi¨¦n tiene 25 a?os de hambre de scudetto. Y tiene a Vieri, un gigante con las piernas de cristal y la cabeza de trapo que el jueves se present¨® en un restaurante con su Porsche de 100.000 euros, vio a un tipo en la puerta y le dio las llaves para que se lo aparcara. Obviamente, del Porsche nunca m¨¢s se supo. Considerando ¨¦ste y otros detalles, un servidor, interista sin remedio, teme que, este a?o, tampoco.

Algunos rom¨¢nticos conf¨ªan en un milagro del Fiorentina, que regresa a la Primera Divisi¨®n tras un penoso calvario por las categor¨ªas regionales.

Otros prefieren mirar hacia la Segunda, en la que el Torino, el amado toro de los puristas turineses, que nunca aceptar¨¢n el arribismo juventino, se apresta a recuperar la categor¨ªa que le pertenece por estirpe.

Otros, en fin, se asoman desolados al pozo de la Tercera, en el que se ha hundido un N¨¢poles en quiebra. Pero ¨¦stos son asuntos sentimentales, ajenos al c¨¢lculo y a la raz¨®n.

La temporada del calcio arranca con los favoritos de siempre, con las sorpresas de siempre (la del Livorno en San Siro, por ejemplo) y, como siempre, con la inexplicable condici¨®n nacional de que los ojos del mundo miran con envidia al f¨²tbol italiano.

Uno, a estas alturas, disfruta con la magia, pero cree en los hombres. Casi nunca gana el equipo que mejor juega al f¨²tbol. Casi siempre ganan el car¨¢cter, la inteligencia y la voluntad. Totti hace con el bal¨®n cosas que otros ni siquiera imaginan. Gattuso trata el bal¨®n como una simple excusa, un instrumento para un fin, que es la victoria. Entre el romanista Totti y el milanista Gattuso, el f¨²tbol se queda con el primero y el scudetto con el segundo.

El Milan tiene tres voluntades f¨¦rreas: la de Gattuso, la de Maldini y la de Stam. La Juventus tiene dos, la de Emerson y la de Nedved, m¨¢s otra en el banquillo, la de Capello.

La voluntad de otros equipos es a menos. El campe¨®n, pues, ser¨¢ el Milan o ser¨¢ la Juve.

Ojal¨¢ no.