La falta de acuerdo social frena los proyectos de tres parques e¨®licos marinos de C¨¢diz
Las plantas cuentan con el apoyo de los ecologistas como alternativa energ¨¦tica limpia
El futuro est¨¢ en el mar, seg¨²n las principales empresas energ¨¦ticas del mundo, que han apostado de lleno por la construcci¨®n de parques e¨®licos marinos, como sustitutos de las f¨¢bricas de carb¨®n o gas. Espa?a, el tercer pa¨ªs en producci¨®n de energ¨ªa a partir del viento, todav¨ªa no cuenta con aerogeneradores instalados en sus aguas. En Andaluc¨ªa, los primeros proyectos de molinos en el mar han sido dise?ados frente a Barbate (C¨¢diz), donde el recelo administrativo y social sigue imponi¨¦ndose a la consecuci¨®n de estos planes. Tres proyectos esperan sobre la mesa.
La costa de la comarca gaditana de la Janda re¨²ne las principales caracter¨ªsticas que exige un parque e¨®lico marino: fuertes vientos y bajas profundidades de sus aguas. Su "id¨®nea" situaci¨®n ha convertido este lugar en centro de atenci¨®n de hasta tres grupos energ¨¦ticos, que ya manejan proyectos concretos. El m¨¢s conocido y de mayor envergadura es el dise?ado por una sociedad formada por Energ¨ªa Hidroel¨¦ctrica de Navarra (EHN), con la mayor parte del capital social, la ingenier¨ªa INR y la empresa acu¨ªcola Cupimar. La idea inicial es zambullir en el mar 273 aerogeneradores con 982 megavatios (MW) de potencia. Otras compa?¨ªas como Umweltkontor y Capital Energy tambi¨¦n han pensado en C¨¢diz. Sus planes consisten en instalar plantas de 250 MW cada una.
Estos proyectos exigen grandes inversiones y, hasta ahora, no ha habido un claro compromiso de la administraci¨®n. "Construir una infraestructura como ¨¦sta es muy complejo y exige un consenso social que todav¨ªa no existe", explica el diputado socialista Salvador de la Encina. Precisamente en este rechazo ciudadano, expresado por pescadores y alcaldes a trav¨¦s de una plataforma ciudadana, han encontrado sus primeras trabas las empresas energ¨¦ticas.
Las compa?¨ªas mantienen que sus proyectos son viables y sus repercusiones medioambientales y paisaj¨ªsticas m¨ªnimas. El m¨¢s detallado, el que impulsa EHN, ha previsto que el primer molino se ubique a 14 kil¨®metros de la costa, cuando en otros pa¨ªses la distancia apenas supera los cuatro, por lo que su impacto visual ser¨¢ "pr¨¢cticamente nulo". Sus promotores defienden que cuentan con informes que descartan cualquier influencia en la fauna de la zona o en la navegaci¨®n. Las empresas aluden tambi¨¦n al compromiso del empleo reservando espacios para jaulas marinas de aprovechamiento pesquero o, como ha hecho Unweltkontor, ofreciendo la construcci¨®n de sus instalaciones a los trabajadores de Izar. Pero estos argumentos no terminan de convencer a los colectivos ciudadanos y representantes municipales.
"La oposici¨®n furibunda que han tenido estos parques en muchos casos se ha debido al temor y a la incomprensi¨®n", dice Daniel L¨®pez, miembro de Ecologistas en Acci¨®n. Al igual que Greenpeace, defiende el desarrollo de estos proyectos "como alternativa a las energ¨ªas no renovables": "Una central t¨¦rmica utiliza gas, energ¨ªa contaminante y que se debe importar de otros pa¨ªses, mientras que un parque e¨®lico utiliza una fuente aut¨®ctona como es el viento y no emite CO2 a la atm¨®sfera".
Los ecologistas de C¨¢diz han pedido un debate a fondo para que Espa?a no se quede atr¨¢s.
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