Monos, leones y serpientes

"Mi madre ya sabe que cuando llego a casa, cuando voy de vacaciones a Nigeria, me gusta encontrarme con una fogata y un conejo silvestre o un ant¨ªlope", dice el velocista. "Porque la carne no sabe igual con fuego de gas que con fuego de le?a. Como no sabe igual comer con la mano que comer con cubiertos. Lo natural sabe totalmente diferente".

Sentado a la sombra del pinar del Consejo Superior de Deportes, Francis Obikwelu evoca con melancol¨ªa una Arcadia de jirafas, ant¨ªlopes, monos, leones y ofidios. "Viv¨ªamos en la jungla tratando de estudiar los animales", explica. "Era muy excitante. Aprend¨ª c¨®mo se mov¨ªan las serpientes, en qu¨¦ ¨¦pocas del a?o y en qu¨¦ momentos del d¨ªa est¨¢n activas... Pas¨¢bamos el d¨ªa subidos a ¨¢rboles, a veces con muchos monos, comiendo mangos, naranjas, pi?as. Era hermoso".

"Un d¨ªa me atac¨® una pit¨®n", recuerda. "Prepar¨¦ una trampa y qued¨® atrapada en ella. Cuando te acercas a estas serpientes tienes que hacerlo por detr¨¢s de su cabeza y yo fui de frente. Me intent¨® morder pero no pudo estirarse lo suficiente. Se dej¨® todo el veneno que le quedaba y toda la energ¨ªa. Muri¨® all¨ª mismo, ahorcada por la trampa. Si me hubiera mordido me habr¨ªa inyectado todo su veneno y habr¨ªamos muerto yo y la serpiente".

Obikwelu parece capaz de impartir un curso sobre fieras: "Si el le¨®n te descubre lo primero que hace es alejarse porque se asusta del hombre. Tienes que aprovechar ese momento para correr en direcci¨®n contraria. Porque cuando los leones se retiran s¨®lo est¨¢n prepar¨¢ndose. Nunca te atacan a la primera. Te ven, se van, y cuando est¨¢n listos vuelven a por t¨ª. Muchas veces he encontrado leones. Iba a un gran bosque, donde el matorral era muy tupido, y all¨ª estaban los cubiles. Hermosos, perfectamente dise?ados para vivir en ellos. Aprovech¨¢bamos hasta las seis de la tarde. Entonces los leones regresaban a descansar".