Crisis a¨¦rea permanente
Las compa?¨ªas a¨¦reas tradicionales -conocidas como "de bandera"- parecen instaladas desde 2001 en una crisis permanente que ya ha dado al traste con varias de ellas -como Sabena o Swissair- o las ha puesto al borde de la quiebra, como Alitalia. Las m¨²ltiples sacudidas externas -el efecto del 11-S, la guerra de Irak, la neumon¨ªa asi¨¢tica y el precio del petr¨®leo- se han unido a sus propias ineficiencias y a la incapacidad para afrontar un fen¨®meno viejo, conocido en Estados Unidos y que ahora irrumpe con fuerza en el teatro europeo: la competencia de los operadores de bajo coste.
Miradas al principio con altaner¨ªa por las grandes compa?¨ªas de bandera, las low cost (bajo coste) han despojado al sector del poco glamour que le quedaba, y han demostrado que existe un amplio mercado dispuesto a considerar el avi¨®n un medio de transporte y nada m¨¢s. Est¨¢n no s¨®lo arrebatando pasajeros a las compa?¨ªas tradicionales -se calcula que en 2010 tendr¨¢n una cuota del mercado en Europa del 30%- , sino que en las rutas de corto y medio radio se est¨¢n llevando gran parte de la demanda que ellas mismas, con sus bajos precios, est¨¢n ayudando a generar.
Las compa?¨ªas de bajo coste han metido a las grandes en una perversa espiral. Para competir, las aerol¨ªneas tradicionales han bajado precios -entre el 15% y el 20% en los dos ¨²ltimos a?os-, ahorrado costes en servicios que afectan al confort de sus clientes y acometido programas de reconversi¨®n, frecuentemente con ajustes laborales. Pero no ha bastado. Su rentabilidad, medida en funci¨®n del ingreso medio por pasajero y kil¨®metro transportado, no para de caer en los vuelos intraeuropeos pese al incremento del tr¨¢fico, as¨ª que las m¨¢s grandes se aferran al largo recorrido y a su condici¨®n de compa?¨ªa de red, es decir, a su conectividad, como una tabla de salvaci¨®n que, sin embargo, dista mucho de ser s¨®lida. De la capacidad que tengan las compa?¨ªas para adaptarse a las nuevas circunstancias, depender¨¢ un futuro cuyos perfiles ahora se dibujan con dificultad. S¨®lo est¨¢ claro que no ser¨¢n los mismos que ahora.
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