La China de Hu
Controlar la Comisi¨®n Militar Central (CMC) en China equivale a tener el liderazgo absoluto. Deng Xiaoping tard¨® dos a?os, tras los sangrientos disturbios de la plaza de Tiananmen en 1989, en ceder esta funci¨®n a Jiang Zemin y ¨¦ste lo ha hecho ahora a Hu Jintao, que ya era secretario general del Partido Comunista chino (PCCh) desde 2002 y presidente de la rep¨²blica desde 2003. En teor¨ªa, este poco brillante tecn¨®crata, de 61 a?os, se convierte en caudillo de la naci¨®n m¨¢s poblada del mundo. En la pr¨¢ctica, su consagraci¨®n como dirigente supremo no significa el triunfo individual, sino la continuidad de una pol¨ªtica cada vez m¨¢s colegiada en un r¨¦gimen en el que la etiqueta "comunista" es hoy ya simb¨®lica: un r¨¦gimen que practica la mezcla de autoritarismo pol¨ªtico y liberalismo econ¨®mico que propugn¨® el fallecido Deng en los ochenta a semejanza del que cre¨® Lee Kwan Yew en Singapur.
Lo m¨¢s sobresaliente de la decisi¨®n adoptada por el Comit¨¦ Central del PCCh el pasado domingo es que el traspaso en la CMC representa la primera transici¨®n pac¨ªfica de liderazgo desde la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Popular por Mao en 1949. No hay razones oficiales de la salida de Jiang, que ha estado 15 a?os dirigiendo la CMC, y, por tanto, controlando el Ej¨¦rcito y la pol¨ªtica exterior. Pese a su edad (78 a?os) y su delicada salud, Jiang se resist¨ªa a ceder la manija, pero no parece que el cambio se traduzca en giros notables.
La China que deja Jiang -tambi¨¦n un gris tecn¨®crata al que Deng recompens¨® por su habilidad en Shanghai durante la crisis de Tiananmen- es una naci¨®n con un espectacular despegue econ¨®mico, llamada a ser en este primer cuarto de siglo potencia mundial y rival de Estados Unidos. Sin embargo, la brecha de riqueza entre sus provincias se ha agrandado, la corrupci¨®n se extiende y la amenaza de ruptura del fr¨¢gil equilibrio ¨¦tnico est¨¢ siempre presente. La China de Hu anticipa un mayor rol internacional, con mayor apertura econ¨®mica, rechazo de la democracia pluralista y un moderado nacionalismo. Resta por ver c¨®mo influir¨¢ en Taiwan y Hong Kong, y c¨®mo encajar¨¢ en las relaciones con EE UU, Jap¨®n y Europa.
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