La liquidaci¨®n de Hitemasa queda a expensas de la venta de los terrenos
La Junta tramita el despido de los ¨²ltimos 192 empleados
La liquidaci¨®n definitiva de Hitemasa, empresa creada en 1997 con apoyo p¨²blico en la que se recolocaron 440 trabajadores de la antigua Intelhorce, est¨¢ solamente pendiente de que los empleados alcancen un acuerdo con algunos de los grupos empresariales interesados en la compra de los terrenos. La Junta espera el documento sobre la venta de los activos para aprobar la extinci¨®n de los 192 empleos actuales.
Hitemasa no ha corrido mejor suerte que su predecesora. Desde que en 1958 se constituyera General Textil Espa?a, las ingentes inversiones p¨²blicas y los esfuerzos de miles de trabajadores -la f¨¢brica lleg¨® a tener m¨¢s de 2.000 empleados en n¨®mina- nunca consiguieron hacer rentable la planta.
En sus siete a?os de trayectoria, Hitemasa acudi¨® a dos ampliaciones de capital, vendi¨® 120.000 metros cuadrados de suelo ocioso, y aplic¨® sendos planes de prejubilaciones y reducci¨®n de empleo. Todo ha sido en vano. En abril, la direcci¨®n de la empresa ya anunci¨® el cierre definitivo y la venta de los activos industriales para financiar el despido de los trabajadores.
El mes pasado, la sociedad present¨® un plan de extinci¨®n de los 192 empleos que quedan en la f¨¢brica textil, cuyo ¨²nico futuro es el cierre, seg¨²n ha reconocido el delegado provincial de la Consejer¨ªa de Empleo, Juan Carlos Lome?a.
La Junta tramita el expediente que, seg¨²n Lome?a, est¨¢ ¨²nicamente a expensas de que la direcci¨®n y los trabajadores entreguen el documento definitivo sobre las condiciones del cese de actividad y la liquidaci¨®n de los activos industriales. De los 192 empleados, 114 tienen m¨¢s de 50 a?os, por lo que podr¨ªan acogerse a un programa de prejubilaciones. Entre los trabajadores, que son propietarios mayoritarios de la f¨¢brica, han surgido discrepancias sobre la constituci¨®n de la comisi¨®n liquidadora que debe negociar el saldo de la deuda con los acreedores y fijar las indemnizaciones a los empleados y el procedimiento a seguir.
En los ¨²ltimos meses, Hitemasa ha mantenido contactos con al menos cinco grupos empresariales para la venta de los terrenos fabriles, que ocupan 130.000 metros cuadrados de suelo calificado de industrial. Con uno de estos grupos, se lleg¨® a alcanzar un principio de acuerdo para la venta por 48 millones de euros, aunque en los ¨²ltimos d¨ªas han aparecido nuevas ofertas, seg¨²n han admitido fuentes sindicales.
La revisi¨®n del Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de M¨¢laga podr¨ªa cambiar el uso de este suelo para ser residencial y comercial. La f¨¢brica, junto a la ya cerrada de amon¨ªaco, est¨¢ dentro del llamado tri¨¢ngulo productivo dise?ado en el actual PGOU de la ciudad. El arquitecto redactor del plan, Dami¨¢n Quero, ya ha planteado en un documento previo la conveniencia de liberar la zona de su exclusividad como suelo terciario y de permitir el uso residencial y de servicios.
Hilados y Tejidos Malague?os se constituy¨® en 1997 con un capital social de 1.200 millones de pesetas suscrito por un grupo de 440 trabajadores de la antigua Intelhorce (51%), el Instituto de Fomento de Andaluc¨ªa (47%), que m¨¢s tarde vendi¨® su parte a aquellos, y la empresa municipal Prom¨¢laga (2%).
La empresa obtuvo los activos industriales de la extinta Intelhorce, una vez que ¨¦sta fue liquidada por el Estado tras dos procesos de privatizaci¨®n fracasados. En el ¨²ltimo de ellos, en 1989, fue adjudicada al empresario italiano Giovanni Orefici y desencaden¨® en el procedimiento judicial m¨¢s vasto instruido en la Audiencia Provincial de M¨¢laga por la descapitalizaci¨®n y saqueo que los adjudicatarios hicieron de la f¨¢brica, que recibieron completamente saneada, en apenas dos a?os.
El pasado junio, el Tribunal Supremo ratific¨® condena a ocho de los 44 procesados en la causa y aun orden¨® que se juzgue de nuevo a otros cuatro por presuntos delitos fiscales que la Audiencia Provincial de M¨¢laga consider¨® sobrese¨ªdos en la sentencia de abril de 2001.
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