Un laberinto junto al Mercado de Russafa
La construcci¨®n de un aparcamiento bajo el mercado del barrio de Valencia, provoca malestar en vecinos y comerciantes
El entorno del mercado de Russafa, en Valencia, resultaba ayer intransitable. Las obras del aparcamiento que se ubicar¨¢ debajo del edificio han implicado la colocaci¨®n de una valla met¨¢lica que envuelve la mitad del mercado, corta varias calles, y ha eliminado los accesos para minusv¨¢lidos de los bordillos.
El resultado ofrec¨ªa im¨¢genes pintorescas: con ancianos desorientados o atrancados al intentar subir los carros de la compra hasta la acera, filas indias de transe¨²ntes recorriendo las reducidas aceras, a las que se incorporaba alguna moto, y una sensaci¨®n generalizada de malestar ante la perspectiva de que faltan dos a?os para que acaben los trabajos.
El nuevo aparcamiento tendr¨¢ 360 plazas y su objetivo declarado es descongestionar el estacionamiento en una zona que une un intenso tr¨¢fico con las necesidades de carga y descarga de los puestos.
El problema, opina ?ngeles, que tiene un colmado ecol¨®gico en el recinto, es que "no se ha informado bien de las consecuencias de la construcci¨®n, ni a los clientes ni a los vendedores". En dos d¨ªas de obras, asegura, las ventas se han resentido alrededor de un 30%.
Su opini¨®n, compartida por otros colegas, es que "no se ha calculado lo que va a implicar. Suponiendo que s¨®lo tarden dos a?os en terminar, a muchos clientes no los vamos a recuperar, porque los h¨¢bitos de consumo cambian, y la gente se acostumbra a ir a otros lugares".
Julio Mar¨ªn, presidente de la Asociaci¨®n de vendedores de Mercado de Russafa, reduce a a?o y medio el tiempo de duraci¨®n de los trabajos y destaca, en cambio, que los inconvenientes de hoy son un precio necesario para lograr los beneficios del futuro.
El plan inicial consist¨ªa en reservar la mitad de las plazas para residentes y comerciantes, que podr¨ªan comprar su concesi¨®n para 50 a?os, y el resto para aparcamiento p¨²blico, en el que se pagar¨ªa por el tiempo de estacionamiento. Una previsi¨®n que no se ha cumplido, reconoce Mar¨ªn, que cifra en cerca de 100 las efectivamente compradas.
Jose, del puesto de verduras Jose y Ana, explica que el motivo es que las plazas son para turismos, y que por ejemplo ¨¦l, que pag¨® la entrada de una, ha tenido que devolverla porque su furgoneta no cabe.
Si el ambiente anda enrarecido en el interior del mercado, fuera resulta peor, sobre todo teniendo en cuenta que el aparcamiento no eliminar¨¢ el problema de carga y descarga en la v¨ªa p¨²blica. Por eso, el due?o del bar Clemente, plantado delante de la valla levantada a un par de metros de su local, dice: "Aqu¨ª, lo que va a haber es especulaci¨®n con los garajes, beneficio para la empresa, y quiz¨¢ para el mercado. Y los dem¨¢s, directos a la ruina".
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