Conc¨¦ntricos
A la vuelta de vacaciones te encuentras el pa¨ªs tan estancado como lo dejaste. De nada me ha servido volver de Italia prevenida por Gino del insaciable Pi, porque me he encontrado con una variedad mutante en mi propio centro de trabajo y antes siquiera de que el Lehendakari defienda su P.I. original ante el Parlamento Vasco.
Idoia es una profesora que arrastra el estigma de no tener la certificaci¨®n de saber redactar oficios en el euskara de los anjeles (sic)- lo que la reduce a la triste condici¨®n de docente sin papeles, condenada cada a?o a emigrar en patera para mendigar una plaza en los pasillos de la Delegaci¨®n territorial de educaci¨®n.
Esta vez Idoia ten¨ªa la esperanza de que siendo la m¨¢s antigua de carrera, podr¨ªa elegir entre los escasos grupos de alumnos al alcance de los funcionarios ense?antes en castellano. Hab¨ªa estudiado a fondo las Instrucciones dictadas por la Consejera. Pero al llegar a su nuevo destino, el autoritario Director del centro ten¨ªa un plan de intervenci¨®n (P.I.) en la asignaci¨®n de los grupos, que no pensaba supeditar a los derechos funcionariales de una profesora residual. Para algo su Pi mutante hab¨ªa sido surgido de la voluntad soberana del claustro.
Mi amiga acudi¨® a la Delegaci¨®n, donde los nagusis no solucionaron su problema pero aprovecharon para contarle sus cuitas. El Departamento de educaci¨®n es tan moderno que en vez de publicar los reglamentos en un bolet¨ªn oficial, lo cuelga de la web ezkuntza; as¨ª se ven libres de molestas impugnaciones al introducir cambios, eso s¨ª, en sinton¨ªa con la voluntad de los vascos y las vascas. Pero ahora algunos Directores se empe?an en no cumplir con las normas del Departamento cuando, a su juicio, no sintonizan con la voluntad de los profesores de su propio c¨ªrculo de soberan¨ªa. Y los jefes de Lakua no logran hacerles entender, soberanos son ellos, que pueden colgar las normas en una web sin que los sindicatos le lleven ante los tribunales. Pero no les hacen caso; para ellos son unos ¨¢cratas.
Deduzco que el P¨ª no s¨®lo tiende a infinito de manera insaciable, sino que tambi¨¦n le salen cr¨ªas mutantes hacia adentro de s¨ª mismo, lo mismo que a un tiranosauro Rex de pel¨ªcula de miedo.
Han conseguido la cuadratura del c¨ªrculo. A la soberan¨ªa perfecta y circular de la comunidad nacionalista se le inscribe un cuadrado institucional donde "cuadran" los beneficios de los partidos que sustentan el gobierno. Para ello s¨®lo hay que dividir inacabablemente la circunferencia por P¨ª. Pero en seguida, al cuadrado le nacen otras circunferencias conc¨¦ntricas tan perfectas y soberanas como la primera, que tambi¨¦n quieren cuadrar sus balances. Y pronto cada claustro, cada alcalde y cada lehendakari de comunidad de vecinos se descubren soberanos. Tan autoritarios hacia sus subordinados como ¨¢cratas hacia sus jefes. Qu¨¦ modernos que son; y qu¨¦ embrollo nos espera.
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