Sin claros favoritos en Zabaltegi
Ya todo est¨¢ en manos de los jurados. La proyecci¨®n de las dos ¨²ltimas pel¨ªculas que quedaban por ver en la secci¨®n Zabaltegi / Nuevos Realizadores clausur¨® ayer la programaci¨®n oficial del festival. Y tal vez haya alg¨²n resquicio para un cambio en los nombres con que hasta ahora se especulaba como los mejor situados para hacerse con el suculento premio de la secci¨®n, 90.000 euros, a repartir entre el productor y el director de la pel¨ªcula triunfadora. Una concisa y cruda pel¨ªcula noruega, Uno, de Aksel Hennie, se agreg¨® a la n¨®mina de t¨ªtulos, todos de origen europeo, y por lo menos dos n¨®rdicos, que pueden optar al premio.
No puede decirse lo mismo de la pel¨ªcula que clausur¨® la competici¨®n, Evilenko, primera realizaci¨®n del antiguo cr¨ªtico de cine italiano David Grieco, y segunda que el cine aporta, despu¨¦s de Citizen X, sobre las andanzas del mayor asesino en serie de la historia de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, El Carnicero (o El Monstruo) de Rostov, quien durante la d¨¦cada de los ochenta mat¨®, despedaz¨® y parcialmente se comi¨® a m¨¢s de 50 ni?os y ni?as. Una realizaci¨®n efectista y un rostro omnipresente, el de Malcolm McDowell,, unido a un tono de evidente y primario anticomunismo sin fisuras, hacen del filme un ejercicio tan pesado como prescindible.
Libre de ret¨®rica
En cambio, Uno, que se limita a mostrar con frialdad no exenta de comprensi¨®n la vida de un chico veintea?ero, encarnado por el propio director, que ve c¨®mo su mundo cotidiano se viene abajo (muere su padre, delata como traficante de esteroides a un amigo, se queda sin trabajo y asume una deuda imposible, todo el mismo d¨ªa), presenta una escritura tan libre de ret¨®rica como personal y carente de pretensiones. Es exactamente lo que un espectador avisado pretende encontrar en una secci¨®n dedicada a las primeras realizaciones de neoprofesionales: un poco de riesgo, el deseo de explorar caminos personales y una historia no lastrada por excesos ni por apriorismos dif¨ªciles de llevar a la pr¨¢ctica.
As¨ª las cosas, quienes tienen que juzgar sobre el premio de la secci¨®n Nuevos Realizadores, que incluye dos t¨ªtulos de la selecci¨®n oficial (Omagh y Carta de una desconocida podr¨ªan alzarse, gracias a sus indiscutibles valores, con el premio si el jurado espec¨ªfico entiende que puede buscar m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de Zabaltegi: ocurri¨®, sin ir m¨¢s lejos, el pasado a?o), se encuentran ante la disyuntiva de que no hay una pel¨ªcula que destaque con claridad, no por lo menos para resultar indiscutible su elecci¨®n. Si quien esto firma tuviera que decidir sobre el asunto, tendr¨ªa problemas para elegir entre la ejemplar claridad narrativa de Uno y del filme dan¨¦s Dag og nat, de Simon Staho, y por la modestia no exenta de inter¨¦s del suizo Im nordwim, de Bettina Oberli.
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