El PP inaugura el posaznarismo
El Partido Popular afronta el viernes su primer congreso tras la era de Aznar con un l¨ªder en busca de su ratificaci¨®n
Dentro de cinco d¨ªas, el secretario general del PP, Mariano Rajoy, afrontar¨¢ su primer congreso como l¨ªder. Hace 13 meses, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar decidi¨®, sin negociarlo con nadie, que Rajoy ser¨ªa su sucesor. Ahora, ante 3.028 compromisarios elegidos entre los 700.000 afiliados del PP, Rajoy habr¨¢ de ratificar ese liderazgo.
Por la manera en que lo resuelva, es decir, a qui¨¦nes encargue los nuevos puestos de responsabilidad, por la forma en que escenifique qui¨¦nes son los valores en alza y, sobre todo, por la habilidad con que afronte las soterradas crisis de reparto de poder que se ventilar¨¢n acto seguido en los congresos regionales, se juzgar¨¢ la solidez o fragilidad de Rajoy.
Tras la inesperada derrota de marzo, Rajoy pens¨® en dejarlo. ?l lo ha reconocido en privado muchas veces. Tambi¨¦n ha dicho que enseguida decidi¨® continuar e ir a por todas. El primer examen fueron las elecciones europeas del pasado junio. Pese a que el PP cosech¨® una nueva derrota, el resultado fue interpretado por los populares como un empate y una demostraci¨®n de que no hab¨ªan perdido el respaldo de los suyos.
"Rajoy necesita una foto con cinco o seis personas que sea su equipo central"
La primera prueba de fuego ser¨¢n los congresos regionales. Hay disputas en todos.
"Con todo lo que estaba cayendo, nos quedamos a s¨®lo un esca?o de los socialistas", repiten varios dirigentes del PP como muestra de que la victoria socialista el 14 de marzo fue "accidental".
?sa es la principal baza de Rajoy para un congreso que se prev¨¦, en lo esencial, continuista: "Los militantes y los votantes del PP saben que la derrota del 14-M no obedeci¨® ni a que nuestro proyecto pol¨ªtico estuviera agotado ni a un castigo por esc¨¢ndalos de corrupci¨®n", indica un dirigente del partido.
Esto justifica, seg¨²n las citadas fuentes, que se mantendr¨¢ con m¨ªnimos retoques el proyecto pol¨ªtico que impuls¨® Aznar y se revalidar¨¢ a Rajoy como l¨ªder a pesar de la derrota del 14-M. Sobre todo porque aquella derrota, tal como se fragu¨® en los convulsos d¨ªas que siguieron al atentado del 11-M, pareci¨®, m¨¢s que nada, un castigo contra Aznar y su guerra de Irak.
El liderazgo de Aznar sobre sus huestes en los 15 a?os en los que ha presidido el partido se basaba en una f¨¦rrea disciplina a todos los niveles. Org¨¢nica: eran impensables rebeliones como las que ahora protagoniza el PP gallego. E ideol¨®gica: ahora florecen dirigentes del PP que dicen que fueron cr¨ªticos con la guerra de Irak, pero cuando Aznar decidi¨® llevar hasta sus ¨²ltimas consecuencias su alianza con George Bush, el ¨²nico que discuti¨® con el ex presidente los inconvenientes de gobernar con la ciudadan¨ªa en contra fue Rodrigo Rato.
Ahora Rato es director gerente del FMI y el pr¨®ximo congreso del PP ser¨¢ el primero que se pierda en 25 a?os: le coincide con la Asamblea semestral que el Fondo Monetario y el Banco Mundial celebran en Washington.
Nadie en el PP recuerda que Rajoy expresara entonces cr¨ªtica alguna, ni siquiera en reuniones restringidas, en relaci¨®n a la guerra de Irak. Pero desde que Aznar le nombr¨®, hace 13 meses, l¨ªder del PP, Mariano Rajoy elude siempre que puede tan espinosa cuesti¨®n . Y la califica como "asunto del pasado" cada vez que se le plantea una pregunta al respecto.
Y es que la habilidad m¨¢s admirada por los fieles de Rajoy es la de soslayar dificultades, superarlas evitando el conflicto. Un detalle: uno de los t¨ªmidos intentos de modernizar y centrar el partido inclu¨ªa suprimir una referencia al cristianismo como sustrato ideol¨®gico de los populares.
Se revolvieron las bases m¨¢s orgullosas de su filiaci¨®n cat¨®lica, al punto de inundar los foros de debate de la p¨¢gina web del partido con cr¨ªticas a esa iniciativa. A ellos se sumaron los dirigentes m¨¢s temerosos de "ofender innecesariamente" a la base electoral propia. El resultado es que el cristianismo volver¨¢ a colocar su faro en el ideario del PP.
"A m¨ª no me parece tan importante lo del cristianismo; de hecho, yo ni sab¨ªa que ¨¦ramos cristianos", comenta un diputado. Un antiguo amigo suyo disiente: "Es que ni siquiera hab¨ªa un debate sobre este asunto y no hace falta molestar a nadie porque la moda ahora sea competir por laicismo", y ha presentado una enmienda a este asunto pese a que ¨¦l dice que es "ateo".
Otro detalle que ilustra la afici¨®n de Rajoy por sortear conflictos: la incorporaci¨®n de Gallard¨®n a la c¨²pula del PP. Dirigentes del PP que dicen ser amigos de Rajoy indican que su forma de resolver ese asunto este verano fue muy ilustrativa de cu¨¢l es su estilo. "Rajoy no contest¨® a la oferta de Gallard¨®n de incorporarse a la direcci¨®n para ayudarle". Se limit¨® a contestarle un mes despu¨¦s en una entrevista que para centrista ya estaba ¨¦l. Y ahora repite el mismo m¨¦todo con la crisis gallega: ni efect¨²a ninguna declaraci¨®n p¨²blica ni se digna a hablar con los disidentes. "Es su forma de resolver los problemas. Procurar no tenerlos y poner tiempo entre un problema y su soluci¨®n", asegura un diputado.
H¨¢bil negociador, de trato afable, paciente y educado, due?o de todos sus silencios y preso de muy pocas palabras que no sean para destacar aquello que es, seg¨²n ¨¦l dice, "de sentido com¨²n", Rajoy ha dise?ado una nueva direcci¨®n para su partido en la que nadie le pueda hacer sombra.
?l ser¨¢ el presidente del PP, su candidato a La Moncloa y su l¨ªder para mantener un poco de orden en unas baron¨ªas regionales que no exist¨ªan mientras Aznar era el jefe venerado y temido de los populares.
?ngel Acebes ser¨¢ su n¨²mero dos, pero para encargarse del partido. Es decir, para intentar evitar los conflictos internos territoriales. En un tercer escal¨®n se situar¨¢n los tres portavoces parlamentarios: Eduardo Zaplana, en el Congreso, P¨ªo Garc¨ªa Escudero, en el Senado, y Jaime Mayor, en Bruselas.
Y, como disciplinados directores generales de la oposici¨®n, Rajoy nombrar¨¢ seis secretarios ejecutivos con ¨¢reas muy concretas para contestar al Gobierno socialista. Las m¨¢s relevantes ser¨¢n Econom¨ªa y Autonom¨ªas. A quienes nombre Rajoy para esos dos puestos ser¨¢n enseguida l¨ªderes muy conocidos en el PP, pues ambas son las cuestiones en las que se centrar¨¢ la oposici¨®n al Gobierno socialista.
Rajoy ha dicho que mezclar¨¢ continuismo con gente "m¨¢s joven" en una nueva estructura pensada para la gesti¨®n de la oposici¨®n diaria al PP. Pero hay quien pide m¨¢s.
Un compromisario de Valencia, por ejemplo, espera cierta "audacia" en las decisiones que tome el l¨ªder el pr¨®ximo fin de semana: "Si entre los puestos importantes no hay nombres que la prensa no conozca o conozca poco, no habr¨¢ verdadero cambio", indica. Para otro compa?ero de Madrid, Rajoy "necesita conformar una foto con cuatro o cinco o seis personas como m¨¢ximo" que ser¨¢n su equipo central.
Algo as¨ª podr¨ªa lograrse si se mantienen las vicesecretar¨ªas, que en la ¨²ltima etapa de Aznar sirvieron para designar a los candidatos a la sucesi¨®n: Rodrigo Rato, Jaime Mayor y el propio Rajoy.
Pero el pr¨®ximo presidente del PP, tal vez para evitar la tentaci¨®n de imagen sucesoria, ha encargado una nueva redacci¨®n de los Estatutos que deja las vicesecretar¨ªas como opci¨®n abierta, pero s¨®lo para un indeterminado futuro. En todo caso, hay voces en el PP que opinan que "seguir s¨®lo con Acebes y Zaplana ser¨ªa un error. Porque la gente no quiere segundas partes, y Rajoy parecer¨ªa hipotecado por el pasado".
La hip¨®tesis de que Gallard¨®n ocupar¨ªa un puesto relevante en la c¨²pula del PP tom¨® cuerpo cuando Rajoy le encarg¨® el discurso de apertura del congreso popular y le pidi¨® que imprimiese contenido "pol¨ªtico". El alcalde de Madrid tiene garantizado un puesto en el Comit¨¦ Ejecutivo Nacional, del que ahora no forma parte y que integran un centenar de cargos populares.
Al ser tan numeroso, lo m¨¢s relevante de este Comit¨¦ Ejecutivo, en clave interna del partido, es no quedar fuera. Habr¨¢ 35 nuevos vocales propuestos por Rajoy en "la lista del presidentes" y que ser¨¢n votados por los compromisarios. Ah¨ª pueden aparecer muchas caras nuevas, pero, para quienes piden "audacia", eso puede significar muy poco. Se dar¨¢n a conocer tambi¨¦n "hasta cinco" vocales designados directamente por el nuevo presidente y que no deben someterse a votaci¨®n.
Rajoy puede utilizar esos cinco nombramientos para dar los mensajes que quiera: se?alar a sus preferidos, dar cabida a j¨®venes desconocidos... Hace tres a?os, por ejemplo, Aznar utiliz¨® esa v¨ªa para incorporar al Comit¨¦ Ejecutivo a Adolfo Su¨¢rez Illana, el hijo del ex presidente del Gobierno, el mismo d¨ªa que le daba el carn¨¦ del partido.
Rajoy tambi¨¦n puede utilizar esos cinco vocales de designaci¨®n personal, que no se votan, para nombrar a un representante de los nuevos afiliados, es decir, de los 24.000 que se han apuntado tras la derrota electoral.
No se esperan grandes sorpresas. Un dirigente pr¨®ximo a Rajoy mantiene que el congreso est¨¢ solventado. Que no habr¨¢ el m¨¢s m¨ªnimo problema. Pero, por m¨¢s que Rajoy quede laureado el pr¨®ximo domingo como l¨ªder indiscutible del PP, las discusiones estar¨¢n a¨²n por llegar. Entre el ¨²ltimo fin de semana de octubre y el primero de diciembre se celebrar¨¢n por toda Espa?a los congresos regionales del PP. Y en la pr¨¢ctica totalidad de ellos hay disputas soterradas.
La primera se ha visto esta semana en Ourense y pone en peligro tanto al actual Gobierno de Manuel Fraga como las posibilidades de revalidar un quinto mandato a sus 82 a?os. La resoluci¨®n de esta crisis ser¨¢ la primera prueba de fuego para ver c¨®mo es de verdad el "partido cohesionado y unido" del que presumen los populares cuando pasaron del Gobierno a la oposici¨®n.
Entre esas pr¨®ximas peleas regionales, la que se ver¨¢ m¨¢s de cerca en los medios de comunicaci¨®n ser¨¢ la madrile?a. ?se promete ser un duelo de titanes. Ahora el presidente del PP madrile?o es P¨ªo Garc¨ªa Escudero, un hombre de consenso en un partido que ha tenido como grandes referentes nacionales a Rodrigo Rato y, l¨®gicamente, a Aznar.
La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, aspira a ser tambi¨¦n presidenta del partido en su regi¨®n. Esgrimir¨¢ que todos los presidentes auton¨®micos del PP son tambi¨¦n presidentes del partido en sus regiones. Pero Gallard¨®n defiende que siga siendo P¨ªo Garc¨ªa Escudero. La cuesti¨®n es que Garc¨ªa Escudero es portavoz del PP en el Senado y Rajoy advirti¨® de que nadie deber¨ªa tener m¨¢s de un cargo importante en el partido. Si no repite Garc¨ªa Escudero en Madrid, Gallard¨®n preferir¨ªa a otra persona de consenso.
Las espadas est¨¢n afil¨¢ndose en casi todas las regiones: Andaluc¨ªa y Catalu?a sufren las l¨®gicas tensiones por haber perdido muchos votos en las generales y por haber recuperado muy poco en las europeas. Adem¨¢s, el PP se jactaba de haber logrado la mayor¨ªa absoluta en 2000 pese a un mal resultado tanto en Andaluc¨ªa como en Catalu?a. En cuatro a?os, ambos han empeorado considerablemente y afrontan un futuro muy complicado.
En Valencia, los zaplanistas querr¨¢n mantener su cuota de poder dentro del equipo de Francisco Camps. En Extremadura ha surgido un inesperado competidor al presidente regional del partido, Carlos Floriano. Castilla-La Mancha tiene nada menos que cuatro competidores por el liderazgo y ¨¦sa era una autonom¨ªa en la que el PP s¨®lo perd¨ªa cuando compet¨ªa con Jos¨¦ Bono. Arag¨®n tendr¨¢ dos candidatos a l¨ªder... Suma y sigue.
La resoluci¨®n de esas peleas regionales ser¨¢ una prueba de fuego para Rajoy. Si la supera, s¨®lo le quedar¨¢ desgastar, sin prisa pero sin pausa, al Gobierno socialista para que vuelvan a quedarse en casa buena parte de los votantes que se abstuvieron en las elecciones de 2000, pero votaron el 14-M a Zapatero.
Lo fueron casi todo...
El 15? Congreso del Partido Popular despedir¨¢ con un v¨ªdeo y una presidencia de honor a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, quien lo ha sido todo para los populares durante los ¨²ltimos 15 a?os.
Fue el presidente del PP quien les llev¨® desde la contumacia de eterno partido de oposici¨®n hasta un Gobierno en minor¨ªa, otro de mayor¨ªa absoluta... y una derrota. Aznar podr¨¢ seguir yendo, como presidente de honor, a las reuniones del Comit¨¦ Ejecutivo Nacional, pero es poco probable que lo haga. Dej¨® de acudir a sus reuniones hace un a?o, tras el nombramiento de Mariano Rajoy como nuevo l¨ªder.
Tambi¨¦n estar¨¢n de despedida tres dirigentes que lo fueron casi todo en el partido. Rodrigo Rato ha quedado como militante de base y no puede acudir al c¨®nclave popular porque le coincide con la Asamblea del FMI. Y los otros dos vicesecretarios, Jaime Mayor y Javier Arenas, seguir¨¢n en el n¨²cleo de decisi¨®n del partido pero, muy posiblemente, sin mantener ese cargo.
Jaime Mayor, que fue candidato a la sucesi¨®n, formar¨¢ parte de la direcci¨®n del PP como portavoz del Grupo Popular en el Parlamento Europeo. Y Javier Arenas, presidente del PP de Andaluc¨ªa, es uno de los pocos dirigentes a quien convoca semanalmente Rajoy para fijar la estrategia pol¨ªtica.
Mayor y Arenas tendr¨¢n intervenciones destacadas en el 15? Congreso, y seguir¨¢n siendo referentes del PP desde Bruselas y Andaluc¨ªa. Pero los dos, que lo fueron casi todo, ceder¨¢n el protagonismo al nuevo equipo de Rajoy.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.