Calamares, tortillas, arepas y tamales
Un bar del barrio de Quintana trata de atraer a espa?oles y extranjeros, pero la tolerancia todav¨ªa no significa convivencia
Los sonidos de los bares en el barrio de Quintana, en el distrito de Ciudad Lineal, se dividen entre la m¨²sica de las tragaperras y los ritmos latinos. En los primeros, el cliente habitual es el "vecino de toda la vida", el que mata el tiempo delante de un vaso de cerveza mientras habla de f¨²tbol o comenta las ¨²ltimas noticias. A pocos metros, otro bar ofrece una atm¨®sfera m¨¢s alegre al ritmo de bachata y merengue. Aqu¨ª, la inmensa mayor¨ªa de sus clientes son inmigrantes procedentes de Suram¨¦rica. Sin embargo, aunque todos, extranjeros y espa?oles, coinciden en p¨²blico en que sus relaciones son "buenas", por el momento parece que prefieren no visitar los mismos lugares.
En Ciudad Lineal son muchos los bares y restaurantes frecuentados casi exclusivamente por inmigrantes, y muchos de ellos se identifican directamente como "ecuatorianos" o "colombianos" exhibiendo banderas de su pa¨ªs. No es el caso del bar Onades, en la calle de Federico Guti¨¦rrez. Nidia, su propietaria, hace "lo posible" para atraer a todo tipo de clientes, "vengan de donde vengan".
Los escudos del Real Madrid y del Atleti comparten lugar detr¨¢s de la barra con un bander¨ªn "que explica mi pa¨ªs a los clientes", dice Nidia: "Sab¨ªa usted que... Colombia fue descubierta por un italiano, colonizada por los espa?oles, liberada por un venezolano [Sim¨®n Bol¨ªvar], la manipulan los gringos, se la lagartean los rolos [pol¨ªticos de la capital, Bogot¨¢], la hacen quedar mal los pastusos [de Pasto, ciudad en la frontera con Ecuador] y la sostienen los antioque?os [en referencia al cartel de Medell¨ªn]".
Nidia lleg¨® a Espa?a hace 15 a?os y hace ocho que est¨¢ casada con un espa?ol. Aunque vive en Las Rosas, en el distrito de San Blas, es en su bar en el barrio de Quintana donde pasa m¨¢s tiempo, "pr¨¢cticamente todo el d¨ªa". All¨ª se siente "como en Colombia o en Ecuador, este barrio es de los inmigrantes", afirma.
Aunque su bar est¨¢ abierto "a todos los vecinos del barrio", la mayor¨ªa de sus clientes son colombianos, ecuatorianos o dominicanos, "aunque tambi¨¦n hay algunos espa?oles, sobre todo durante el d¨ªa", insiste Nidia. Es por eso que su local ofrece una variedad de productos que abarcan desde el cl¨¢sico bocadillo de calamares o de tortilla espa?ola hasta arepas (tortas hechas de harina de ma¨ªz) y tamales (una especie de empanada de masa de harina de ma¨ªz).
El men¨² del d¨ªa lo cocina Nidia, que es especialista, seg¨²n ella, en preparar un plato t¨ªpico de Colombia, la bandeja paisa, que consiste en un filete de ternera con arroz, arepas y chile. Pero "pocos clientes espa?oles se atreven a probarlo", asegura con un gesto de incomprensi¨®n.
En el bar Onades siempre suena m¨²sica latina, pero es los fines de semana cuando tiene m¨¢s ambiente. "Los s¨¢bados por la noche se toca m¨²sica en directo y viene mucha gente, todos inmigrantes", dice Nidia. La raz¨®n: "A diferencia de los espa?oles, la mayor¨ªa trabaja fuera del barrio, en la construcci¨®n o en la limpieza", cuenta, "y prefieren pasar su tiempo libre cerca de casa y con los suyos".
Es el caso de Evacio Celi, cliente habitual del Onades. Es ecuatoriano, de la provincia de Loja, en la frontera con Per¨². Tiene 58 a?os y trabaja en la construcci¨®n. Todos los d¨ªas madruga para ir a currar a una obra en Collado Villalba, aunque carece de permiso de trabajo y de residencia. Hace tres a?os que lleg¨® a Madrid para reunirse con sus hijos, ya que su pensi¨®n de polic¨ªa jubilado en Ecuador no le daba para vivir.
Evacio s¨®lo cuenta con el fin de semana para disfrutar de su familia. "Aqu¨ª somos 24", explica, "contando a los hijos, nietos, nueras...". El sueldo no alcanza para ir al cine o a un restaurante, "por lo que pasamos el d¨ªa en el bar, tomando cerveza, o en el parque, hablando de nuestras cosas".
Dice que las relaciones con sus vecinos espa?oles son buenas, pero "no van m¨¢s all¨¢" de la mera tolerancia. "No nos dicen nada malo, pero tampoco se interesan por nosotros", asegura. Lo mismo ocurre entre los inmigrantes. "S¨®lo se relacionan con los de su pa¨ªs", explica Nidia. Sin embargo, asegura que en su bar ya se ven progresos: "Al menos aqu¨ª ya se relacionan", dice, "s¨®lo falta que vengan m¨¢s de nuestros vecinos espa?oles".
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