Villeneuve, un error de Briatore

?Hab¨ªa que echar a Jarno Trulli y fichar a Jacques Villeneuve cuando s¨®lo faltaban tres carreras para la conclusi¨®n del Mundial? El Gran Premio de China ha dado la respuesta. ?Qu¨¦ aport¨® a Renault el canadiense? Muy poco por no decir nada. Contratar a Villeneuve fue un error de Flavio Briatore porque estoy convencido de que Trulli habr¨ªa aportado mucho m¨¢s al equipo en su lucha por la segunda posici¨®n del Mundial de constructores. Si un piloto quiere marcharse, entonces no queda otra soluci¨®n que sustituirle y buscar la mejor soluci¨®n. Pero ¨¦ste no fue el caso de Trulli. Y la mejor estrategia habr¨ªa sido intentar cuidar al italiano y mimarlo incluso para conseguir sacarle su mejor rendimiento.

Lo que se consigue con este tipo de decisiones es que el ambiente en el equipo se enrarezca m¨¢s todav¨ªa. Y en Renault no hay buena concordia. A todo el asunto de Trulli se le unen los insistentes rumores de que Fernando Alonso ha llegado a un acuerdo con Ferrari, para pilotar un b¨®lido rojo a partir de 2006. No s¨¦ si es cre¨ªble. Pero es cierto que al espa?ol le envuelve una aureola de piloto r¨¢pido y puntero, capaz de ganar carreras e incluso de ser campe¨®n mundial. Eso es un valor incuestionable. Sin embargo, Alonso ayuda poco a mejorar el ambiente de Renault cuando al final de cada carrera acaba quej¨¢ndose del comportamiento del coche o, en ocasiones, incluso de la estrategia del equipo.

Es cierto que ayer Alonso realiz¨® una buena carrera, colocando su coche en la posici¨®n que le correspond¨ªa, el cuarto puesto. En Shanghai, la mejor instalaci¨®n del mundo en estos momentos, qued¨® claro que los Ferrari, BAR y McLaren eran m¨¢s r¨¢pidos que Renault. Faltaban un par de coches en cabeza -Michael Schumacher y Takuma Sato- y Alonso supo aprovecharlo. Realiz¨® una gran salida, se coloc¨® tercero y acab¨® cuarto. Excelente. Sin embargo, no parece l¨®gico que, cuando se ha luchado por el podio, la respuesta del piloto hacia el equipo sea que el coche no funciona. Eso no ayuda.

Cualquier equipo ya tiene suficientes problemas con buscar patrocinadores y lograr un buen funcionamiento para tener que soportar las quejas constantes de los pilotos. Eso se aguanta estoicamente si eres Schumacher. Pero el alem¨¢n nunca se queja del mal comportamiento del coche y mucho menos del equipo. Al contrario, ¨¦l siempre encuentra disculpas para los errores de los suyos y eso le convierte en un ¨ªdolo dentro de la escuder¨ªa. Siempre hay errores, tanto del equipo como del piloto, pero hay que intentar mantener la armon¨ªa interna porque para resolver los problemas hace falta una estrecha colaboraci¨®n entre el piloto y la escuder¨ªa. Hay muchas formas de decir las cosas y si los esquemas se rompen se crea una fractura que acaba por salir a escena. Ayer, Michael Schumacher no tuvo su d¨ªa. Al trompo que sufri¨® en la cronometrada del s¨¢bado se uni¨® otro en su intento desesperado de ir m¨¢s r¨¢pido para ganar posiciones. Nada le sali¨®. Pero se mantuvo en la carrera hasta el final. No como su hermano Ralf, que mostr¨® una falta de profesionalidad recriminable cuando se baj¨® del coche en boxes mientras sus mec¨¢nicos segu¨ªan a¨²n intentando que pudiera seguir.

Fue, al final, una excelente carrera de Rubens Barrichello, que sabe exactamente cu¨¢l es su papel en el equipo y d¨®nde est¨¢n sus l¨ªmites y los acepta. Y una gran carrera tambi¨¦n de Jenson Button, que gan¨® al McLaren de Kimi Raikkonen en estrategia.

Joan Villadelprat fue director de las escuder¨ªas Benetton y Prost, y jefe de mec¨¢nicos de Ferrari.