La amenaza de ruptura en el PP gallego se aplaza tras la irrupci¨®n de Cui?a en la crisis

La crisis del PP gallego entr¨® anoche en un nuevo escenario tras la s¨²bita aparici¨®n en las negociaciones de Xos¨¦ Cui?a, el antiguo delf¨ªn de Manuel Fraga defenestrado hace a?o y medio como culminaci¨®n a un largo enfrentamiento con la c¨²pula nacional del partido. Cui?a, que en los ¨²ltimos d¨ªas se declaraba al margen del conflicto, acompa?¨® por sorpresa al l¨ªder del PP de Ourense, Jos¨¦ Luis Baltar, quien amenaza con abandonar el partido, a una entrevista con el presidente de la Xunta.

Tras el encuentro, de apenas una hora, con un Fraga convaleciente de una repentina gastroenteritis, fuentes del Gobierno gallego y del PP de Ourense aseguraron que se ha aplazado la amenaza de ruptura a la espera de nuevas conversaciones. La agencia Efe, que cita fuentes pr¨®ximas a Fraga, sit¨²a ese aplazamiento hasta despu¨¦s del congreso nacional del PP, previsto para este fin de semana. Sin embargo, desde el sector de Baltar se asegura que el desenlace tendr¨¢ que producirse antes del c¨®nclave.El PP de Ourense mantiene su amenaza de abandonar el partido.

La presencia de Cui?a en las negociaciones era interpretada por otros dirigentes gallegos del PP como la prueba de que uno de los asuntos a negociar puede ser la rehabilitaci¨®n pol¨ªtica del que durante muchos a?os fue n¨²mero dos de Fraga, forzado a dimitir como consejero de Obras P¨²blicas de la Xunta en enero de 2003, en plena crisis del Prestige. Cui?a es un viejo rival pol¨ªtico en Galicia del secretario general del PP, Mariano Rajoy, y el hombre al que postulan los barones provinciales del partido como candidato a suceder a Fraga.

La reuni¨®n en la residencia oficial del presidente de la Xunta finaliz¨® a las 22.30 tras una jornada tensa y con ciertos tintes dram¨¢ticos. Fraga hab¨ªa tenido que abandonar al mediod¨ªa sus ocupaciones oficiales al sufrir un mareo en su despacho como consecuencia de una gastroenteritis. Fraga se hab¨ªa citado para comer con Baltar, en el d¨ªa en que terminaba el plazo de una semana concedido por la direcci¨®n del PP de Ourense antes de anunciar p¨²blicamente el abandono del partido que su l¨ªder ya le hab¨ªa comunicado al presidente una semana antes. Sobre las 13.00, seg¨²n la versi¨®n de la Xunta, Fraga sufri¨® un mareo en su despacho y tuvo que requerir asistencia m¨¦dica. Entre los que le examinaron estaban su consejero de Sanidad, Jos¨¦ Manuel Gonz¨¢lez, quien anunci¨® que el presidente suspend¨ªa su agenda de trabajo al haber sufrido una "gastroenteritis aguda". En el mismo despacho le practicaron un electrocardiograma y un an¨¢lisis de sangre, con "resultados normales", seg¨²n la Xunta.

Baltar ya viajaba en su autom¨®vil camino de Santiago cuando, seg¨²n fuentes pr¨®ximas al presidente del PP de Ourense, le llamaron de la Xunta para comunicarle que Fraga se hab¨ªa tenido que retirar a su residencia oficial. Baltar dio media vuelta, mientras el presidente pasaba la tarde reposando. A ¨²ltima hora, la Xunta inform¨® de que el jefe del Gobierno, de 81 a?os, evolucionaba bien y que hoy reanudar¨ªa su agenda normal de trabajo, incluido un viaje de m¨¢s de 200 kil¨®metros desde Santiago a la localidad de Ver¨ªn (Ourense). Cuando el desenlace de la crisis parec¨ªa pospuesto por la indisposici¨®n de Fraga, Baltar y Cui?a, sonrientes y compartiendo el mismo coche, aparecieron, sobre las 21.30, en la residencia oficial del presidente. Salieron una hora despu¨¦s, con gesto grave. Su autom¨®vil aceler¨® para evitar que los periodistas les formulasen preguntas.

La aparici¨®n de Cui?a a?ade un elemento nuevo al pulso entre el sector del PP gallego af¨ªn a Rajoy y los barones provinciales, con Fraga intentando ejercer un papel arbitral. Aunque numerosos dirigentes del PP y miembros del Gobierno gallego le acusaban en los ¨²ltimos d¨ªas, protegidos en el anonimato, de ser el instigador de la revuelta de Ourense, Cui?a guardaba silencio p¨²blico y aseguraba ser ajeno al conflicto.

Cui?a fue durante a?os el m¨¢s estrecho colaborador de Fraga y secretario regional del PP durante la etapa en que los barones controlaban el aparato del partido en Galicia al margen de la direcci¨®n nacional. Su rivalidad con Rajoy fue minando poco a poco la posici¨®n de Cui?a, declarado aspirante a suceder a Fraga. En 1999, tuvo que abandonar la secretar¨ªa del partido, y en 2003 fue forzado a dimitir como consejero de Obras P¨²blicas de la Xunta, cuando, en plena crisis del Prestige, se distanci¨® de la gesti¨®n del Gobierno central.