La calidad de la investigaci¨®n qu¨ªmica
Que la ciencia espa?ola ha experimentado un avance espectacular durante las ¨²ltimas tres d¨¦cadas es un hecho reconocido y f¨¢cilmente verificable. Sin embargo, este discurso sobre la mejora de la ciencia espa?ola, habitual en c¨ªrculos cient¨ªficos - mucho menos en c¨ªrculos sociales- debe ser superado, orient¨¢ndolo hacia el concepto de ciencia de calidad. Es decir, hemos alcanzado el objetivo de hacer ciencia en cantidad suficiente como para que, en general, la posici¨®n espa?ola sea suficientemente decorosa a nivel internacional, pero es necesario incrementar su calidad. En un reciente art¨ªculo publicado con los datos obtenidos del Thomson Institute for Scientific Information (Thomson ISI) por David A. King, jefe del consejo cient¨ªfico del Gobierno del Reino Unido, la ciencia espa?ola se situaba en el und¨¦cimo lugar a nivel mundial, con un nivel de productividad que nos colocaba en la cabeza de la segunda divisi¨®n.
Es necesario un pacto por la ciencia que implique no s¨®lo a Gobierno y autoridades, sino tambi¨¦n a la sociedad en su conjunto
La investigaci¨®n que se realiza en nuestro pa¨ªs se lleva a cabo en su mayor parte en organismos p¨²blicos, especialmente en las universidades y el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) y, mucho menos, en organismos privados. Un reciente estudio del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) indica que las empresas realizaron en el a?o 2002 el 55% del gasto interno total en I+D mientras que s¨®lo aportaron el 49% de los fondos, porcentaje muy inferior al de los pa¨ªses avanzados. Es evidente que es necesario un Pacto por la Ciencia que implique no s¨®lo a Gobierno y autoridades sino, tambi¨¦n, a la sociedad en su conjunto. La sociedad debe percibir la ciencia como un bien com¨²n, necesario y ¨²til, y sentir la ciencia como parte intr¨ªnseca de la cultura y no como algo que no le afecta en lo esencial. Este cambio de mentalidad -en el que debemos implicarnos mucho m¨¢s los cient¨ªficos espa?oles- har¨¢ posible que nuestra ciencia pueda codearse con la de los pa¨ªses m¨¢s avanzados.
Adem¨¢s, en la inversi¨®n en ciencia y tecnolog¨ªa, en la formaci¨®n de calidad de los t¨¦cnicos y universitarios, nos jugamos el futuro. La Uni¨®n Europea as¨ª lo reconoce, invirtiendo generosos recursos en investigaci¨®n, buscando competir con los Estados Unidos y Jap¨®n como potencias cient¨ªfico-tecnol¨®gicas actuales y con las emergentes, como China. Por otra parte, la incorporaci¨®n de nuevos pa¨ªses a la UE, con mano de obra m¨¢s barata que la espa?ola, amenaza con desplazar a Espa?a de su papel actual. La competencia de econom¨ªas emergentes del Tercer Mundo cuestiona seriamente el futuro de otros sectores econ¨®micos tradicionales. La ¨²nica soluci¨®n v¨¢lida es lograr que Espa?a ascienda a la primera divisi¨®n de los pa¨ªses productores de tecnolog¨ªa mejorando sustancialmente la calidad de nuestra ciencia y dando aplicaciones r¨¢pidamente a los conocimientos para situarse, tambi¨¦n, en la vanguardia de la t¨¦cnica.
No debe olvidarse que la ciencia es cara pero, a cambio, hacer ciencia de calidad conduce a una Universidad m¨¢s cr¨ªtica y formativa y, por tanto, a una pr¨®xima generaci¨®n de espa?oles con m¨¢s y mejores recursos y formaci¨®n profesional. Sin embargo, evaluar la calidad de la ciencia no es f¨¢cil. S¨ª parece evidente que la evaluaci¨®n de cualquier actividad es m¨¢s as¨¦ptica y fidedigna si se realiza desde una instituci¨®n externa a la evaluada. En este art¨ªculo querermos destacar la posici¨®n de la qu¨ªmica espa?ola como ejemplo notable de una ciencia b¨¢sica y fundamental en el contexto de la ciencia, en general, y de la ciencia espa?ola, en particular. Los datos que se manejan en este art¨ªculo se han obtenido en la ISI Web of Knowledge (de la Thomson Corporation, EE UU), en el apartado Essential Science Indicators y se han organizado en funci¨®n del n¨²mero de citas recibidas por art¨ªculos publicados por autores residentes en Espa?a, desde el 1 de enero de 1994 al 30 de abril de 2004.
Esta fuente de informaci¨®n, con sus deficiencias y matices, es considerada por los cient¨ªficos de todo el mundo como uno de los referentes m¨¢s fiables e imparciales. Conviene aclarar, no obstante, que las publicaciones cient¨ªficas recogen el trabajo desarrollado por los diferentes grupos de investigaci¨®n; de este modo, el impacto que una publicaci¨®n tiene dentro de la comunidad cient¨ªfica se mide por el n¨²mero de veces que otros cient¨ªficos citan o hacen referencia a ese trabajo. Este dato configura el n¨²mero de citas totales que un cient¨ªfico en particular ha recibido de sus publicaciones en los ¨²ltimos 10 a?os; por tanto, es posible recoger el n¨²mero total de citas que ha recibido una determinada disciplina como, por ejemplo, la qu¨ªmica y comparar este dato con las recibidas por otras disciplinas diferentes.
As¨ª, es posible comparar no s¨®lo las diferentes ¨¢reas cient¨ªficas sino, tambi¨¦n, las citas que los trabajos de qu¨ªmicos espa?oles han recibido y compararlas con las recibidas por otros pa¨ªses, lo que permite clasificar la posici¨®n que las diferentes ¨¢reas de conocimiento tienen en el mundo y dentro de un pa¨ªs. Adem¨¢s, se pueden valorar las Universidades y centros de investigaci¨®n a nivel mundial o nacional, e incluso las diferentes disciplinas en cada Universidad, en funci¨®n de las citas recibidas por los trabajos publicados por cada uno de los centros. Igualmente, a nivel personal, se puede determinar, por ejemplo, cu¨¢ntos qu¨ªmicos espa?oles aparecen entre los m¨¢s citados del mundo.
Cabe resaltar que de las 20 ¨¢reas cient¨ªficas m¨¢s destacadas en Espa?a, la qu¨ªmica ocupa la segunda posici¨®n, por detr¨¢s de la medicina cl¨ªnica. Por otra parte, la qu¨ªmica espa?ola se sit¨²a la octava a nivel mundial, posici¨®n que solo es superada por las ciencias agron¨®micas -la sexta- y que est¨¢ por encima de la posici¨®n media de la ciencia espa?ola, la und¨¦cima.
En la tabla se recogen los centros de investigaci¨®n espa?oles que aparecen entre los 728 centros de investigaci¨®n en qu¨ªmica seleccionados por el ISI como los m¨¢s citados. En la primera columna se recoge la posici¨®n de cada centro a nivel mundial; en las dos ¨²ltimas, el n¨²mero de ¨¢reas destacadas en cada Universidad y, finalmente, en la ¨²ltima columna se indica la posici¨®n que ocupa la qu¨ªmica entre ellas.
Merece la pena hacer algunas consideraciones sobre estos datos. En primer lugar, destaca la posici¨®n del CSIC, el decimonoveno a nivel mundial, as¨ª como la posici¨®n de la Universidad de Barcelona, quincuag¨¦simosegunda. Es igualmente importante observar que, en esta distribuci¨®n, s¨®lo dos centros espa?oles aparecen entre los 100 primeros organismos considerados, seis entre los 200 primeros y 19 entre los 500 primeros. Destaca la excelente posici¨®n de la qu¨ªmica, que es la primera ¨¢rea en importancia en 21 de los 28 casos considerados, la segunda en cuatro de ellos y, finalmente, la tercera en tan solo dos casos.
Tambi¨¦n es posible evaluar la actividad personal de los cient¨ªficos implicados en la investigaci¨®n realizada y las publicaciones cient¨ªficas a que el trabajo ha dado lugar, aunque esta clasificaci¨®n afecta ¨²nicamente a la labor realizada en los ¨²ltimos 10 a?os. El n¨²mero de citas recibidas depende, en parte, del impacto que el ¨¢rea de investigaci¨®n realizada tiene entre los qu¨ªmicos; es decir, que pueden existir temas de investigaci¨®n de moda o de m¨¢s inter¨¦s para la comunidad qu¨ªmica cuyas publicaciones reciban mayor n¨²mero de citas; sin embargo, en estos casos, la investigaci¨®n realizada suele ser m¨¢s competitiva y exigente ya que la gran cantidad de resultados que se publican hace que se progrese a mayor velocidad.
Hay que destacar la posici¨®n que ocupa el n¨²mero 10, Avelino Corma, del Instituto de Tecnolog¨ªa Qu¨ªmica (Universidad Polit¨¦cnica de Valencia / CSIC). Aparecen cinco investigadores entre los 500 primeros y 18 entre los 1.000 primeros. Es igualmente interesante destacar que el Instituto de Materiales de Arag¨®n (Universidad de Zaragoza / CSIC) y el Instituto de Ciencia Molecular de la Universidad de Valencia tienen tres investigadores cada uno en la lista, y que el Instituto de Tecnolog¨ªa Qu¨ªmica (Universidad Polit¨¦cnica de Valencia / CSIC) y el Instituto de Qu¨ªmica Organomet¨¢lica (Universidad de Oviedo / CSIC) tienen dos cada uno.
Interesa destacar con este informe la magn¨ªfica labor que los qu¨ªmicos espa?oles, en su conjunto, han realizado durante las ¨²ltimas d¨¦cadas, sin olvidar la important¨ªsima contribuci¨®n de otros qu¨ªmicos espa?oles anteriores, hoy considerados los cl¨¢sicos de nuestra qu¨ªmica, sembradores en muchos casos de los frutos ahora recogidos. En un momento en el que las ciencias experimentales pasan por tener una escasa aceptaci¨®n entre los j¨®venes estudiantes, pretendemos que la lectura de este informe sirva de est¨ªmulo para aquellos universitarios que deseen dedicar su esfuerzo al conocimiento de la qu¨ªmica. En ciencia, como en otros aspectos de la vida, lo importante no es llegar, sino mantenerse. La qu¨ªmica espa?ola a¨²n no ha llegado al nivel de los considerados pa¨ªses grandes, pero est¨¢ en el buen camino.
Nazario Mart¨ªn Le¨®n es catedr¨¢tico de Qu¨ªmica Org¨¢nica, Universidad Complutense de Madrid. Ignacio Nebot es catedr¨¢tico de Qu¨ªmica F¨ªsica, Universidad de Valencia.
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