Reivindicaci¨®n patriotera
El cerco a la iglesia y fortificaci¨®n de El ?lamo, gesta emprendida por un pu?ado de civiles que reivindicaban la rep¨²blica de Tejas frente a un Ej¨¦rcito mexicano que defend¨ªa la integridad de su territorio, y h¨¢bilmente convertida por la propaganda en uno de los hitos ¨¦picos de la americanidad, ya ha tenido en el cine varias versiones, la m¨¢s famosa (y extenuantemente larga), la de 1960, obra de un John Wayne cuyo patriotismo confeso le llev¨® a ponerse detr¨¢s de la c¨¢mara para contarla.
Ahora, en tiempos turbulentos para la atacada Am¨¦rica pos 11-S, se vuelve sobre el tema, aunque convenientemente maquillada la historicidad del asunto tras un oportuno subt¨ªtulo de "la leyenda". Y es que de eso va la cosa: de una interpretaci¨®n tan confortadora como maniquea, ¨²til como consuelo y autoexaltaci¨®n nacionalista. Es decir, la historia de un pu?ado de h¨¦roes vocingleros pero esencialmente buenos enfrentados a un Ej¨¦rcito abrumadoramente superior y comandado por un aut¨¦ntico carnicero, el general Santa Anna. Un general que no hace prisionero, sino que fusila, enga?a y act¨²a como un militar de opereta.
EL ?LAMO
Direcci¨®n: John Lee Hancock. Int¨¦rpretes: Dennis Quaid, Billy Bob Thornton, Jason Patric, Jordi Moll¨¤, Emilio Echevarr¨ªa, Patrick Wilson. G¨¦nero: drama hist¨®rico, EE UU, 2004. Duraci¨®n: 137 minutos.
Una peripecia que no termina entre los muros semiderruidos de la fortificaci¨®n, sino que contin¨²a para contarnos no s¨®lo la muerte de los h¨¦roes, sino, lecci¨®n impagable, c¨®mo Sam Houston, el adalid de la tejanidad, derrot¨® y humill¨® al general mexicano. Cruce entre el cine de gran espect¨¢culo y un deseo de reconstrucci¨®n entre filol¨®gica y respetuosa con los rastros del pasado, el filme gustar¨¢ a los amantes de los efectos especiales y los mensajes simplistas, no ciertamente a quien espere tener del tema otra faceta que no sea estrictamente "la leyenda".
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