Romance de derecho
La sombra de los cl¨¢sicos es alargada. Tanto que la resurrecci¨®n del esp¨ªritu de una pel¨ªcula inolvidable a trav¨¦s de una especie de usufructo de uso siempre lleva aparejada una doble consecuencia: parte del trabajo est¨¢ hecho pues es obvio que el punto de partida original funciona, pero tambi¨¦n se est¨¢ a merced de las comparaciones, de que el list¨®n quede tan lejos del mito cinematogr¨¢fico que, a pesar de que la altura est¨¦ en la media habitual, no resulte suficiente para que el intento sea v¨¢lido. Es lo que le ocurre a Hasta que la ley nos separe, comedia rom¨¢ntica dirigida por Peter Howitt a la que el fantasma de La costilla de Ad¨¢n (George Cukor, 1949) nunca le abandona.
Enfrentar en un juicio por divorcio a dos abogados que comparten amor y techo es algo as¨ª como remover la tierra de la tumba. Y de all¨ª salen nada menos que Cukor, Spencer Tracy y Katharine Hepburn. Demasiados genios para un profesional del mont¨®n como Howitt, que ya hab¨ªa demostrado tanta correcci¨®n como frialdad en la intrascendente Dos vidas en un instante (1998).
HASTA QUE LA LEY NOS SEPARE
Direcci¨®n: Peter Howitt. Int¨¦rpretes: Pierce Brosnan, Julianne Moore, Parker Posey, Frances Fisher. G¨¦nero: comedia rom¨¢ntica. EE UU, 2004. Duraci¨®n: 90 minutos.
Moore, cargante
En Hasta que la ley nos separe, la qu¨ªmica entre la pareja protagonista nunca acaba de dar frutos, m¨¢s por las sorprendentes escasas dotes para la comedia de la gran actriz dram¨¢tica Julianne Moore que por la demostrada iron¨ªa de Pierce Brosnan, que echa mano de su cat¨¢logo gestual de Remington Steele para otorgar a su triunfador letrado de cierto br¨ªo. Quiz¨¢ Moore confunda personalidad (de nuevo la sombra de Hepburn) con estiramiento, pero el hecho es que su personaje resulta m¨¢s cargante que atractivo.
Por otro lado, las tramas secundarias, vitales para que este tipo de comedias pasen de la insignificancia a la perdurabilidad, s¨®lo son efectivas a medias.
As¨ª, mientras las desdichas amorosas del matrimonio que pretende el divorcio (formado por un rockero y una dise?adora de moda) no pueden estar m¨¢s lejos de la alta comedia que se pretende, las tribulaciones del personaje de la madre de Moore son de lo mejor de la funci¨®n. Y ello a pesar de que el director de reparto parece no haber ca¨ªdo en la cuenta de que las pelirrojas Julianne Moore y Frances Fisher s¨®lo est¨¢n separadas por ocho a?os de edad.
Babelia
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