Impuestos visibles e invisibles
"El Ayuntamiento de Madrid tiene un problema de financiaci¨®n". Lo dijo por primera vez a las claras el pasado martes, ante el pleno municipal, el concejal de Hacienda, Juan Bravo. Pero su equipo lo ten¨ªa claro desde el momento en el que pis¨® la Casa de la Villa, en junio de 2003.
Alberto Ruiz-Gallard¨®n hered¨® de Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano unas cuentas muy saneadas, sin apenas deuda, pero que no daban ni para empezar a financiar las grandes obras p¨²blicas que quer¨ªa acometer el nuevo regidor.
Por eso, los primeros presupuestos municipales de Gallard¨®n, presentados en noviembre de 2003, supusieron un sobresalto para m¨¢s de uno, especialmente dentro de su propio partido, el PP, que propugnaba en ese momento la congelaci¨®n de impuestos y el d¨¦ficit cero. La concejal¨ªa de Hacienda elabor¨® unos presupuestos que inclu¨ªan la subida de varios tributos -la recaudaci¨®n global prevista aumentaba un 26%- y triplicaban el recurso a la deuda. Bravo aleg¨® entonces que ese incremento de la recaudaci¨®n tributaria se deb¨ªa m¨¢s a "la lucha contra el fraude" y al "dinamismo econ¨®mico" que a la subida de impuestos, pero a?adi¨®: "En determinadas ocasiones es necesario subir ciertos impuestos para mejorar los servicios p¨²blicos".
Los Presupuestos de 2005, que Hacienda ultima estos d¨ªas, frenan esa tendencia que tanta controversia provoc¨®. Los principales tributos no sufrir¨¢n variaciones. En cualquier caso, Bravo considera que la ciudadan¨ªa tiene a veces una percepci¨®n injusta de los impuestos: los municipales resultan mucho m¨¢s "visibles" que el resto. Un ejemplo: "Cuando alguien compra una vivienda de segunda mano, paga un 7% en impuestos a la Comunidad. En un piso de 240.000 euros, eso supone 16.800 euros. Ni en toda una vida pagando el IBI de esa casa al Ayuntamiento se alcanzar¨ªa una cantidad equivalente. Sin embargo, parece que pagar el IBI duele mucho m¨¢s".
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