Entre el ¨¢rbol y el hombre

En la soledad de su estudio, un Beethoven totalmente sordo, sumido en la misantrop¨ªa y en una desbordante inspiraci¨®n, contempla las pinturas negras de Goya y escribe: "Quiero ser un ¨¢rbol m¨¢s que un hombre". La idea de lanzar puentes entre la acci¨®n humana y la tierra, de hacer que el arte sea una met¨¢fora de la vitalidad y la fuerza c¨®smica de un peque?o detalle de la naturaleza, naci¨® con el primer romanticismo, una "oda a la alegr¨ªa" de vivir surgida despu¨¦s de la tempestad y de la acci¨®n negativa del hombre sobre el entorno. Desde entonces, la relaci¨®n del artista con el paisaje ha sido un devenir de impresiones y expresiones, y as¨ª hasta los ¨²ltimos sesenta, con el surgimiento del movimiento povera, que el cr¨ªtico genov¨¦s Germano Celant cre¨® como escuela de una serie de artistas conectados con los movimientos internacionales del land art, minimal y arte conceptual que utilizaban gestos y materiales pobres -ramas de ¨¢rbol, metal, vidrio, pl¨¢stico, piedras, incluso animales vivos- para apartarse del tradicional high art. El ¨²ltimo en incorporarse a este movimiento fue Giuseppe Penone (Garessio, 1947). En 1969, el artista piamont¨¦s mostraba en la galer¨ªa Sperone de Tur¨ªn unas fotograf¨ªas que documentaban algunas de sus primeras intervenciones en los bosques que rodeaban la casa paterna, entre los Alpes de Liguria y el valle del Po. Pero pronto se desmarc¨® de los postulados cr¨ªticos y pol¨ªticos de autores como Giovanni Anselmo y Mario Merz y emprendi¨® su carrera al margen del grupo, una trayectoria que tuvo m¨¢s que ver con los c¨®digos naturales de autores como Richard Long e incluso con la tradici¨®n pict¨®rica de Giotto y Leonardo en ese af¨¢n de crear una nueva mitolog¨ªa que definiera la relaci¨®n entre los humanos y el entorno natural. "En el exterior, la obra, alejada de todo contexto hist¨®rico, entra en competici¨®n con formas extraordinarias: las piedras de un r¨ªo, o un ¨¢rbol, son a menudo m¨¢s interesantes que una escultura", explica Penone.

En la retrospectiva que pre-

senta la Fundaci¨®n "la Caixa", coproducida con el Centro Pompidou de Par¨ªs, donde se exhibi¨® hace unos meses, se han reunido 80 trabajos -algunos en forma de grandes instalaciones, otros est¨¢n documentados a trav¨¦s de fotograf¨ªas y textos- que van desde sus primeras intervenciones en los bosques de Garessio hasta sus ¨²ltimos "descortezamientos" y "gestos vegetales". Penone cree que el ¨¢rbol es "una materia viva que se puede modelar", y as¨ª lo demuestra en la instalaci¨®n que ha recreado dentro de las salas de CaixaForum, Ripetere il bosco, o las tituladas Ho intrecciato tre alberi (he entrelazado tres ¨¢rboles) y L'albero ricorder¨¤ il contatto (el ¨¢rbol recordar¨¢ el contacto) en las que el artista interrumpe el crecimiento natural de tres ¨¢rboles o rodea su tronco con una malla met¨¢lica que dibuja el contorno de su propio cuerpo, marc¨¢ndolo y deform¨¢ndolo. Se podr¨¢n ver sus moldeados en bronce en forma de patatas (Patate, 1977) creados a partir de ochenta peque?os moldes que reproducen diferentes partes de su rostro, plantados en primavera y desenterrados en oto?o, con la cosecha prevista de tub¨¦rculos con formas antropomorfas. Encontramos tambi¨¦n algunos de sus "gestos" m¨¢s radicales, como Ser r¨ªo (1981), que muestra la erosi¨®n de la naturaleza sobre la piedra, las series U?as (1987-1994), que re¨²nen sus trabajos en vidrio obtenidos por termoformaci¨®n, y Anatom¨ªas (1993-2000), que permiten entrever las venas que se insin¨²an bajo la piel humana; fundiciones de hojas de ¨¢rbol, grandes paneles con espinas de acacia, terracotas con formas "sopladas", ¨¢rboles que cobran forma y postura humanas, el proyecto para M¨¹nster (1987), que representa una fuente en forma de ¨¢rbol ca¨ªdo; o una de sus fotograf¨ªas m¨¢s conocidas, fruto de una "acci¨®n" de dos horas en unos "Encuentros" en Roma, la titulada Rovesciare i propri occhi, 1970 (invertir los propios ojos): Penone lleva unas lentillas-espejo que le impiden ver pero que reflejan el mundo exterior, las lentes act¨²an como una barrera entre el artista y su entorno. Si con los ojos cerrados los humanos perdemos la comprensi¨®n de nuestra realidad pero somos capaces de entender mejor el volumen/el cuerpo, las lentes le servir¨ªan al artista para hacer de ese cuerpo una escultura que ¨²nicamente refleja lo que uno habr¨ªa de ver. Por ¨¦sta, y por tantas obras de su nutrido repertorio natural, Penone se considera un revelador antes que un creador.