Perdonen el fracaso
Son dos int¨¦rpretes. Un ?aque: as¨ª se llamaba a las compa?¨ªas de dos en el Siglo de Oro, cuando para hacer teatro bastaban un actor y una pasi¨®n. Han puesto en pie Los d¨ªas que todo va bien sin t¨¦cnicos, director, autor, ni escen¨®grafo. "No hemos escatimado esfuerzos en ahorrar medios", ironiza Elisa G¨¢lvez, la actriz, en el curso de la funci¨®n. Los personajes que encarnan ella y Juan ?beda (la otra mitad de El Canto de la Cabra) se llaman, act¨²an y piensan igual que sus int¨¦rpretes: "?Cu¨¢nto quiero a esta mujer!", dice Juan, por Elisa. "No la entiendo. En realidad no entiendo a ninguna mujer. A los hombres tampoco. Pero es la ¨²nica persona con la que tengo una relaci¨®n... iba a decir normal. Con el resto, siempre pienso en irme a una isla desierta". Sin dejar de ser ella misma, Elisa se calza el sombrerito que lleva Winnie en D¨ªas felices, obra de Beckett a la que homenajea, desde el t¨ªtulo, ¨¦sta de ?beda y G¨¢lvez. Hay que temer los homenajes y los ejercicios de estilo, pero no es el caso. Los d¨ªas que todo va bien vuela libre, y llega lejos. Comienza rompiendo todos los planos de la representaci¨®n, con una monta?a de 538 globos blancos, la mesa de luces en escena y, sentado ante ella, Juan ?beda, ejerciendo de t¨¦cnico, de actor y de autor que escribe su obra en escena: lo que ¨¦l imagina, lo ejecuta la actriz. Pero duda, y rectifica: "Empecemos otra vez. Tengo otro principio. ?Qu¨¦ tal si hacemos s¨®lo principios?".
En Los d¨ªas que todo va bien
los nietos de Seis personajes en busca de autor saben que nunca encontrar¨¢n a Pirandello, que el camino de baldosas amarillas conduce a la guarida de un farsante y que las transnacionales est¨¢n a punto de superar a Dios en cuota de omnipresencia. As¨ª que entretienen la espera de tiempos mejores imaginando que protagonizan una representaci¨®n teatral. Si Elisa inicia un mon¨®logo demasiado trascendente, Juan comenta: "?Tela!" o "Sobran contras", y corre a la mesa de luces a apagar unos focos y encender otros. Los dos agitan, uno sobre la cabeza del otro, opiniones art¨ªsticas encontradas: "El piano no cabe, el piano no cabe", le reprocha Elisa a Juan como si le gritara "ma?ana en Augsburgo". Airada, sale entre cajas, y vuelve empujando algo que desplaza y desbarata la monta?a de globos con gran algarab¨ªa. No cabe porque el escenario de la sala que El Canto de la Cabra tiene en Madrid es min¨²sculo, pero all¨ª est¨¢ el piano, empujado por la actriz en una espiral sin fin, provocando un torbellino blanco. Hay en Los d¨ªas que todo va bien gui?os a Beckett, Ionesco y Bernhardt, y pedacitos de vida cotidiana que se colaron por derecho. C¨®mo los mensajes grabados en el contestador autom¨¢tico de su casa, que los actores, pareja en la vida real, ofrecen en audici¨®n. Tambi¨¦n hay humor, mucho humor. Por ejemplo, en este mensaje que les dej¨® el vecino de abajo y que ellos escuchan sentados, muy juntos y como abandonados a un desastre inminente: "Hola, soy Willy Mart¨ªn... Oye, a ver, eeh, os cuento... Que acabo de hablar con la arquitecto y que me dice que no os preocup¨¦is, que es normal que se abran... eh
... que se abran unas grietas y que... eeeh
... ejem... que nada, que no os preocup¨¦is...".
Sorprende la sinceridad de la funci¨®n, la manera en que se exponen sus int¨¦rpretes, en un momento en el que sobreabundan los espect¨¢culos en los que se juega a ser sincero sin perder la pose, sin dejar de ofrecer a la c¨¢mara el mejor perfil. Y claro, acaban resultando tiernos, y emocionando. El final es oscuro: un concierto para piano en el que las teclas no suenan. Parecen neuronas de un enfermo de Alzheimer. El Canto de la Cabra lleva 12 a?os en danza, y es lo primero suyo que veo, quiz¨¢ porque antes hicieron, sobre todo, becketts y un bernhardt que ya conoc¨ªa. Para Los d¨ªas que todo va bien han conseguido una bonita gira, dentro de la red de teatros alternativos. El 2 y el 3 de octubre act¨²an en Aranjuez, en La Nave de Cambaleo. El 16 y el 17 en Bilbao, en La Fundici¨®n. El 6 y el 7 de noviembre en el Teatre de Ponent, en Granollers. En Barcelona, donde est¨¢n del 10 al 14, se tienen que adaptar al escenario frontal del Nou Tantarantana. Del 19 al 21 act¨²an en el Teatro de la Estaci¨®n, en Zaragoza; el 26 en la Colegiata San Juan Evangelista, en Gij¨®n, y en enero vuelven a Madrid.
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