El amor a la luz
Si los calificativos sofisticaci¨®n y glamour han tenido sentido en el arte de la fotograf¨ªa ha sido sobre todo por la obra inmensa del neoyorquino Richard Avedon, retina abierta sobre el mundo de la moda y del espect¨¢culo. En su infancia ya madur¨® su gusto por la belleza, al escuchar casi cada d¨ªa al pianista Sergu¨¦i Rachmaninov, ilustre vecino del apartamento de sus padres. El vibrante est¨ªmulo de su o¨ªdo influy¨® en su mirada, pues se cuenta de ¨¦l que empez¨® a tomar fotos a los 10 a?os de edad, en plena depresi¨®n. Pero su sensibilidad le apart¨® de las miserias cotidianas y le hizo buscar la belleza en los intersticios de la melancol¨ªa colectiva.
Despu¨¦s de estudiar t¨¦cnica fotogr¨¢fica en los servicios de la Marina Mercante americana se hizo profesional en 1945, convirti¨¦ndose en colaborador habitual de la revista de modas Harper's Bazaar y luego de Vogue. El new look de la posguerra y el de los felices sesenta qued¨® plasmado en las placas de sus modelos en blanco y negro, luciendo prendas de Dior, con la suprema elegancia que permit¨ªa su distanciamiento sexual. Tambi¨¦n se asom¨® a Hollywood para fotografiar en prodigiosos primeros planos a Greta Garbo, Marlene Dietrich y Joan Crawford, entre otras luminarias de la pantalla. Sab¨ªa modelar fisonom¨ªas con la luz y manejar las gasas ante el objetivo, en oposici¨®n frontal a la moda realista de aquellos a?os. ?se fue el Avedon que recre¨® Stanley Donen en 1957 en su pel¨ªcula Una cara con ¨¢ngel, con Fred Astaire y Audrey Hepburn, cuando no se culpabilizaba todav¨ªa a la anorexia. Pero tambi¨¦n supo utilizar Avedon la distorsi¨®n del gran angular para hacer sus caricaturas fotogr¨¢ficas, con narices prominentes en el paisaje vertical neoyorquino.
Sus fotos fueron compiladas en varios libros, como Observaciones (1959), con un texto de Truman Capote, y Nada personal (1974), con texto de James Baldwin. Supo construir un imaginario elegante que s¨®lo exist¨ªa, incontaminado, en las pasarelas de la alta moda o en los plat¨®s de Hollywood, como puerta abierta al mundo de los sue?os. Se ha marchado a tiempo, cuando de este universo apenas quedan unas tristes ruinas.
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