Una cierta izquierda
El nazismo lanz¨® a la izquierda a muchos que no lo hubieran sido, por clase social ni por creencias, pero quer¨ªan defender su libertad: los grupos antifascistas, los frentes populares, reun¨ªan a personas muy distintas ante el peligro com¨²n. Muerto el ogro qued¨® su cola, en Espa?a mucho m¨¢s, y aqu¨ª se prolong¨® esa izquierda clandestina y luchadora: cuando muri¨® Franco no tuvieron necesidad de sostenerse en la izquierda peligrosa, pero no desmontaron su nombre. Algunos se quejaron de que la presi¨®n de la izquierda, que consideraban fan¨¢tica, les hab¨ªa obligado a un comportamiento an¨®malo. Revistas como Triunfo o Cuadernos, y algunas que nacieron y murieron con la oportunidad, se quedaron desasistidas.
Sus intelectuales se fueron: unos al comunismo, otros al anticomunismo. El PCE se qued¨® en su esqueleto, y sus militantes de base sin defensores intelectuales: as¨ª sigue. Esta izquierda intelectual fue decant¨¢ndose hacia lo c¨®modo, dejando el sentido general de la justicia igualitaria, y de todas las zarandajas que consideraban obsoletas: no digamos de la Rep¨²blica Espa?ola, a la que siempre han querido culpar de su desastre. Sin embargo, no deja de considerarse de izquierdas, y cualquier duda le pone nerviosa: la izquierda es la inteligencia, el adelanto, la mayor libertad. Conviene al intelectual. "L'esprit est a gauche", dec¨ªa Sartre. A veces se adscriben estos tr¨¢nsfugas que no se mueven de su sitio del Mayo franc¨¦s, que ya no importa a nadie.
El terrorismo antiguo y el nuevo antiterrorismo de Bush y Aznar como base pol¨ªtica e ideol¨®gica ha prendido como antes el anticomunismo. Encuentran m¨¢s seguridad en la derecha. Pero tienen una dificultad: la izquierda real es la que mantiene las cuestiones b¨¢sicas de libertad, igualdad y fraternidad, y el entendimiento, y el fin de la guerra. Ellos no estaban en las manifestaciones contra Irak: est¨¢n en otras, y reprochan a la izquierda no estar en las suyas. La izquierda, hoy, pide paz; llaman al pacifista peacenik en una burla americana para poner un sufijo bolchevique: al servicio del comunismo. ?Pero si no lo hay! Entonces se refieren al comunismo antiguo, al estalinismo, y meten en ¨¦l a todo el que no est¨¢ en la izquierda del sistema. Y en compinche del terrorismo. Causan da?os personales, porque el poder no deja nunca de ser suyo, gane quien gane.
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