La Junta y el sector rechazan la posibilidad de implantar una tasa tur¨ªstica en la comunidad

El pol¨¦mico proyecto del Ayuntamiento de Barcelona de instaurar una tasa tur¨ªstica no tendr¨¢ versi¨®n andaluza. Nadie en la administraci¨®n ni en el sector est¨¢ siquiera dispuesto a abrir el debate sobre un impuesto que de momento genera un rechazo un¨¢nime y que se considera a todas luces inoportuno en un momento en el que se impone la b¨²squeda de soluciones a los s¨ªntomas de estancamiento en la actividad. Por primera vez en la ¨²ltima d¨¦cada, el flujo de turistas extranjeros llegados a Andaluc¨ªa en verano ha descendido respecto al a?o anterior.

"La tasa tur¨ªstica ni est¨¢ en nuestra agenda ni es un momento oportuno para incluirla", argumenta con contundencia el consejero de Turismo, Comercio y Deportes, Paulino Plata, para quien "no tiene sentido abrir un debate que a?adir¨ªa adem¨¢s m¨¢s peso a la preocupaci¨®n que el sector tiene por su actual situaci¨®n".

En la misma idea coincide el presidente de la Confederaci¨®n Empresarial de Turismo de Andaluc¨ªa, Miguel S¨¢nchez, quien entiende que "no ser¨ªa inteligente" reabrir ahora ese debate. "Confiamos plenamente en la palabra del presidente Chaves que se comprometi¨® a no castigar nunca a los turistas con ning¨²n impuesto", asegura S¨¢nchez, para quien "el problema que tenemos es atraer turistas y ahuyentarlos con impuestos".

El Ayuntamiento de Barcelona tiene en proyecto imponer una tasa finalista de un euro por persona y d¨ªa de estancia que los turistas pagar¨ªan en los hoteles y cuya recaudaci¨®n se destinar¨ªa a la mejora de los servicios tur¨ªsticos y a inversiones en promoci¨®n. Ciudades como Par¨ªs, Amsterdam o Nueva York ya disponen de impuestos tur¨ªsticos. En Espa?a existe un antecedente muy pol¨¦mico, la ecotasa de Baleares, que que el gobierno auton¨®mico socialista puso en vigor en 2002 y que al a?o siguiente aboli¨® el nuevo ejecutivo del PP.

La ecotasa si tuvo eco en Andaluc¨ªa y propici¨® un largo debate p¨²blico que el Parlamento zanj¨® rechazando por unanimidad la imposici¨®n de ning¨²n tipo de gravamen a la actividad hotelera.

En su rechazo a la tasa tur¨ªstica, el representante de CC OO en la Mesa del Turismo de Andaluc¨ªa, Pedro Miguel Gonz¨¢lez, argumenta adem¨¢s que ning¨²n destino tur¨ªstico andaluz es comparable a la situaci¨®n de Barcelona, y que si hay problemas de saturaci¨®n en algunos puntos es por el turismo residencial, cuando la tasa s¨®lo afectar¨ªa al sector hotelero. En la capital catalana se producen al a?o unos 10 millones de pernoctaciones hoteleras, casi el triple de las que suma en su conjunto la provincia de Sevilla, donde en 2003 se produjo un descenso del 6,4% en las estancias hoteleras.

Seg¨²n Manuel Rey, director del Consorcio de Turismo de Sevilla, el escenario actual hace que no resulte "oportuno" cobrar un impuesto especial a los turistas que visitan la capital. Tanto Rey como los dos grupos pol¨ªticos de la oposici¨®n en el Ayuntamiento sevillano, PP y PA, coinciden que las circunstancias actuales no parecen las mejores para introducir medidas que pudieran disuadir la llegada de turistas.

"Sevilla afronta una p¨¦rdida de turistas y lo ¨²nico que har¨ªa falta es que le di¨¦ramos la espalda a los que vienen", insiste el concejal del PP Joaqu¨ªn Pe?a. "En Sevilla no tenemos saturaci¨®n tur¨ªstica, sino camas vac¨ªas", apunta Agust¨ªn Villar, concejal del PA. El andalucista considera que la f¨®rmula propuesta por la capital catalana cae en serias contradicciones. "No se puede hablar de querer promocionar el turismo si luego vas a provocar un efecto disuasorio estableciendo un impuesto".

En el trasfondo de la cuesti¨®n subyace un viejo asunto sin resolver, la financiaci¨®n de los municipios tur¨ªsticos, obligados a prestar servicios a una poblaci¨®n flotante muy elevada que no paga impuestos. La Junta si ha abierto un debate para la revisi¨®n del decreto que regula la declaraci¨®n de municipios tur¨ªsticos, que da derecho a ¨¦stos a programas especiales de inversi¨®n auton¨®mica en determinadas materias. Seg¨²n Plata hay que revisar el decreto para que el criterio imperante para obtener tal declaraci¨®n no sea el n¨²mero de turistas en proporci¨®n a la poblaci¨®n y lo que se tengan en cuenta sea "el compromiso de los ayuntamientos en poner en aplicar pol¨ªticas urban¨ªsticas, medioambientales y de otro orden que redunden en beneficio de la actividad tur¨ªstica".