Ahora los ayuntamientos

Durante el pasado debate de pol¨ªtica general en el Parlament, Pasqual Maragall reconoci¨® que nunca habr¨ªa cre¨ªdo en el proceso descentralizador llevado a cabo por el Gobierno del PP si no hubiera sido porque el vicepresidente econ¨®mico del Gobierno de Espa?a, Pedro Solbes, le convenci¨® de que hab¨ªa sido extraordinario. Hace m¨¢s de veinte a?os que, gracias a la voluntad de consenso de todas las fuerzas pol¨ªticas y sociales, los espa?oles hicimos un gran esfuerzo colectivo para alcanzar un objetivo hist¨®rico: salir sin traumas de un r¨¦gimen autoritario y fascista, recuperando nuestra libertad y democracia.

La sociedad espa?ola se dot¨® en los a?os 1978 y 1979 de un modelo constitucional y estatutario que ha sido, es y seguir¨¢ siendo la mejor garant¨ªa de nuestra convivencia democr¨¢tica y, en lo que se refiere a Catalu?a, el mejor instrumento y la mejor garant¨ªa para seguir profundizando en nuestro autogobierno. En los primeros a?os de la democracia se llevaron a cabo las primeras transferencias a las comunidades aut¨®nomas y con la llegada del PP al Gobierno, utilizando con inteligencia los mecanismos previstos por la Constituci¨®n y el Estatuto de Autonom¨ªa, se increment¨® el autogobierno, que alcanz¨® las mayores cuotas de nuestra historia, y se super¨® en autonom¨ªa pol¨ªtica y capacidad legislativa incluso a Estados federales o de corte federalizante como los l?nders o las regiones italianas. En los ¨²ltimos a?os de Gobierno del PP -con el marco constitucional y estatutario vigente- se han realizado important¨ªsimas transferencias, como el Inem, los puertos, las becas y el tr¨¢fico, y se ha aprobado el mejor sistema de financiaci¨®n de nuestra historia. Ya era hora de que alguien se lo explicara a Maragall.

Municipios, consejos comarcales y provincias son tambi¨¦n Generalitat. Intentar situarlos en un plano de subordinaci¨®n con otras administraciones choca con la Constituci¨®n, que reconoce su propia autonom¨ªa

M¨¢s all¨¢ de las controversias sobre temas que poco o nada interesan a los ciudadanos, -como el de incluir o no el presunto derecho a la autodeterminaci¨®n de Catalu?a en el nuevo estatuto-, el debate sobre el autogobierno debe tener como ¨²nico objetivo mejorar la calidad de vida de los catalanes. Para ello debemos apostar por encontrar un horizonte de estabilidad para nuestro modelo descentralizador. En los ¨²ltimos 23 a?os, el Gobierno de la Generalitat ha basado su pol¨ªtica en alimentar la tensi¨®n y el enfrentamiento con todos los gobiernos centrales. Las nuevas mayor¨ªas gubernamentales pueden ayudar a superar, en el ¨¢mbito pol¨ªtico e institucional, una tensi¨®n que, afortunadamente, no ha existido para la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos.

Sin embargo, el gran avance descentralizador que ha supuesto el desarrollo del Estado de las autonom¨ªas no se ha visto reflejado en la Administraci¨®n local. ?sta ha visto pr¨¢cticamente inalterada y congelada su configuraci¨®n legal en su ¨¢mbito de competencias, y limitada su capacidad financiera a lo largo de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Hoy los ayuntamientos administran recursos que suponen la tercera parte de los que gestiona la Generalitat de Catalu?a. Municipios, consejos comarcales y provincias son tambi¨¦n Generalitat y, por tanto, entidades territoriales del Estado. Por esa raz¨®n, cualquier planteamiento que intente situarlos en un plano de subordinaci¨®n

jer¨¢rquica con relaci¨®n a otras administraciones choca frontalmente con la Constituci¨®n, que reconoce inequ¨ªvocamente su propia autonom¨ªa. M¨¢s all¨¢ de esta consideraci¨®n y del debate sobre el nuevo modelo territorial de Catalu?a, no podemos hablar de profundizar en nuestro autogobierno sin tener la firme voluntad de reforzar el papel de las entidades locales. Estas son las administraciones m¨¢s cercanas a los ciudadanos y a las cuales acudimos en primer lugar cuando tenemos un problema. Si queremos mejorar nuestra democracia, debemos empezar por reforzar la democracia local. La Generalitat de Catalu?a debe iniciar cuanto antes un proceso descentralizador que haga compatible la cooperaci¨®n de todas las administraciones con la eficacia en la gesti¨®n de sus competencias.

Daniel Sirera es portavoz del PP en el Parlament