Men¨² del d¨ªa
Ingredientes: una amenaza de atentado fresca, comparecencias en comisiones parlamentarias en brotes, un par de misiles rusos, petroleo deluxe. Modo de preparaci¨®n: Se limpia bien de escamas la comparencia parlamentaria y se abre por la tripa. Se quita tambi¨¦n la espina dorsal de la amenaza, pero dejando la cabeza y la cola. Se lava bien todo, se seca con un pa?o limpio, se sala ligeramente y se prepara el relleno.
En un taz¨®n se pone todo el miedo con los misiles tierra-aire calentados previamente. Mientras se remoja, se preparan m¨¢s amenazas. Se pican menudas las detenciones y se ponen en un cazo los suspiros de alivio, unas gotas de advertencia y sal. Se cubre todo con una tapa y se deja cocer a fuego mediano durante cinco minutos.
En una sart¨¦n peque?a se ponen unos gramitos de La Naval, y se le a?ade un aumento del paro femenino, y una pizca de asesinatos de mujeres. Cuando est¨¦n empezando a dorarse, se meten en una ensaladera con la miga del desmayo de Fraga remojada, el descontento de la Iglesia, el plan Ibarretxe, las cuentas de ETA y un ali?o de Bolsa. Se mezcla muy bien y se coloca ¨¦ste relleno dentro del Estado.
Se cose con una cuerda fina la tripa del Estado para que no se salga el relleno, dejando un rabo de cuerda larga para agarrarla cuando se vaya a servir, y poder desatarlo f¨¢cilmente. En una televisi¨®n (cuadrada o panor¨¢mica, da lo mismo) se pone la salsa de actualidad preparada de antemano por el telediario, se coloca el Estado encima, se hacen dos tajos en la piel de las noticias que queden arriba. Se roc¨ªa con el zumo de perplejidad correspondiente, se echa pimienta informativa, y se ponen los titulares a trozos.
Se mete en el horno del periodismo y se deja a temperatura mediana durante un buen rato, roci¨¢ndolo de vez en cuando con su misma salsa de actualidad y d¨¢ndole vueltas para que se haga bien por todos sus lados. Al ir a servir, se puede acompa?ar con toda clase de guarniciones publicitarias y adornos rosas, que son bonitos a la vista, tienen presencia, y liberan finamente los jugos salivares. Tambi¨¦n se pueden a?adir unas hojitas de zapping, que siempre le dan buen sabor al plato. Y... ?listo para comer!
Para una ¨®ptima digesti¨®n, se aconseja regarlo todo con un buen caldo de principios democr¨¢ticos, que resalta las sabrosas propiedades de los ingredientes nacionales o internacionales, seg¨²n la distribuci¨®n de la bandeja informativa. Es hora de disfrutar -sin prejuicios de ning¨²n tipo, digiriendo rutinariamente, mascando apenas la noticia antes de tragarla- de ¨¦ste plato singular que es el men¨² del d¨ªa.
?Y que tengamos que comernos esto! Y de postre, goles como profiteroles.
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