Obligado a incumplir las normas

Cada d¨ªa circulo por Barcelona con m¨¢s temor. El hecho de que yo trate de respetar las normas de circulaci¨®n no garantiza mi integridad f¨ªsica, y eso ha hecho que me replantee mi propia actitud. En el recorrido de 20 minutos entre mi domicilio y el trabajo, tengo que circular por una v¨ªa urbana -a 60 kil¨®metros por hora- en motocicleta, me expongo a acabar debajo de alg¨²n coche porque si respeto el l¨ªmite de velocidad tengo pegado detr¨¢s a alg¨²n veh¨ªculo impaciente, que no respeta la distancia de seguridad, que me pita por ir demasiado lento, que me adelanta a la menor oportunidad.

Y qu¨¦ decir del sem¨¢foro en ¨¢mbar. Cada vez que me encuentro frente a uno siento p¨¢nico: si freno, tengo que controlar que el veh¨ªculo que viene detr¨¢s tenga la misma idea que yo, pero si lo paso ya hay alg¨²n otro veh¨ªculo en medio del cruce porque su impaciencia le impide respetar su sem¨¢foro en rojo. Y as¨ª todos los d¨ªas.

Los anuncios terror¨ªficos sobre accidentes ya no surten efecto. La educaci¨®n c¨ªvica en los primeros a?os de la ense?anza podr¨ªa ser la soluci¨®n.

Tengo que confesarlo: para evitar el peligro, he tenido que incumplir las normas de circulaci¨®n en m¨¢s de una ocasi¨®n. Seguro que al final, el denunciado soy yo.