No tiene ninguna gracia
Luis se ha ganado bien la fama de buen entrenador. Le avalan los comentarios de los jugadores, que son los que entienden sobre el juego, y no hay constancia de que sea un t¨¦cnico dif¨ªcil para las directivas, sino que en los conflictos m¨¢s serios se ha puesto de la parte que llevaba la raz¨®n. La gente del f¨²tbol le tiene por un hombre tan sabio, tan serio, tan responsable y tan honesto que sus excentridades siempre se juzgaron de manera benevolente, por no decir que han sido aplaudidas por graciosas y atrevidas. A cada una de sus chanzas se ha respondido con el mismo latiguillo: "Son las cosas de Luis".
A Luis se le jale¨® cuando reprendi¨® a Romario y nadie se extra?¨® de que agarrara por la pechera a Eto'o. Hay gestos de naturaleza represiva que se dulcificaban cuando los manejaba Luis, tomado como referente del f¨²tbol espa?ol, punto de encuentro de distintas generaciones, ejemplo de j¨®venes y veteranos. Nadie cuestion¨® su maestrazgo y, consecuentemente, se le juzg¨® siempre desde la comprensi¨®n, incluso en su condici¨®n de cascarrabias, porque se entend¨ªa que actuaba por el bien del f¨²tbol y del futbolista o, como d¨ªria ¨¦l, "por el bien de usted".
A Luis se le permit¨ªa esto y lo otro porque educaba y motivaba sin traicionar nunca el c¨®digo del f¨²tbol, del que era su mejor guardi¨¢n. Su nombramiento como seleccionador se entendi¨® precisamente como un premio a su saber y forma de ser, pero Luis ha continuado como si tal cosa, como si el cargo no obligara a superarse. A buen seguro que no es racista, pero su referencia a Henry suena esta vez a grosera, irrespetuosa e inadmisible. Si la cr¨ªtica se meti¨® con la gorra de un seleccionador, el sobaco de otro y el pitillo del m¨¢s alla, nada es m¨¢s reprobable que la palabra "negro de mierda" de Luis. Es bueno record¨¢rselo por si no se ha dado cuenta. Hay cosas que no tienen ninguna gracia ni en boca de Luis.
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