Israel culpa a Al Qaeda del atentado de Taba
M¨¢s de 30 muertos, m¨¢s de 30 desaparecidos y un centenar de heridos en los ataques en el Sina¨ª
El sello de la organizaci¨®n terrorista Al Qaeda aparece con claridad en el atentado perpetrado el jueves por la noche contra un hotel de lujo en Taba, en la frontera entre Israel y Egipto, en el que murieron al menos 30 personas, en su mayor¨ªa turistas israel¨ªes, y resultaron heridas un centenar. El ataque fue perpetrado con un cami¨®n bomba que estall¨® en la puerta del establecimiento, al tiempo que un suicida se inmolaba en una de las plantas del establecimiento hotelero. ?ste es el mayor ataque perpetrado contra la comunidad israel¨ª en el exterior despu¨¦s del que sufri¨® en Buenos Aires hace diez a?os, cuando murieron 96 personas. Los equipos segu¨ªan buscando ayer supervivientes entre los escombros, ya que m¨¢s de 30 personas pod¨ªan estar atrapadas.
La explosi¨®n provoc¨® el derrumbe total de un ala del inmueble, de diez pisos de alto
Sharon y Mubarak se comprometen a luchar conjuntamente contra el terrorismo
"Estaba jugando en el casino cuando escuch¨¦ un enorme estruendo. Mientras trataba de abandonar el hotel, me tropec¨¦ en el suelo con los cuerpos de varios muertos y heridos", aseguraba una superviviente del atentado, una joven israel¨ª. Como otros muchos turistas, desoyeron las advertencias del Gobierno de su pa¨ªs, que el pasado 6 de septiembre recomendaron no viajar a la pen¨ªnsula del Sina¨ª por temor a un ataque terrorista. La noche del ataque, cerca de 61.000 israel¨ªes estaban en esta zona, un popular destino tur¨ªstico. Los gobiernos de Estados Unidos y Alemania han recogido para sus ciudadanos la recomendaci¨®n de no viajar al Sina¨ª.
El cami¨®n bomba fue colocado en la entrada principal del hotel Hilton Intercontinental de Taba, un cinco estrellas situado en medio del pasillo fronterizo que une Israel con Egipto, frente a las costas de Jordania y a orillas del mar Rojo. La explosi¨®n del veh¨ªculo provoc¨® inmediatamente el desplome de dos plantas del edificio, para acabar arrastrando en su ca¨ªda los dem¨¢s pisos. Finalmente, la explosi¨®n provoc¨® el derrumbe total de una de las alas del inmueble, de diez plantas. Hasta entonces, el hotel Hilton de Taba estaba considerado uno de los m¨¢s importantes destinos del turismo en Egipto e Israel.
Pocas horas despu¨¦s de este atentado explotaban dos artefactos m¨¢s en el complejo tur¨ªstico de Ras al Sult¨¢n, en la localidad egipcia de Nubeida, cuarenta kil¨®metros m¨¢s al sur, siempre al borde del mar Rojo, un punto de encuentro de las clases m¨¢s modestas y centro de atracci¨®n de los touroperadores. El ataque provoc¨® el p¨¢nico de los campistas, que, sumidos en la oscuridad, trataron de salir precipitadamente del recinto. En el suelo quedaron los cuerpos de cinco empleados egipcios.
El ataque terrorista contra los dos establecimientos hoteleros de Taba iban claramente dirigidos a la comunidad jud¨ªa, que agotaba los ¨²ltimos d¨ªas de las vacaciones de la festividad del Sukkot en las playas del Sina¨ª, uno de sus lugares predilectos. El ataque hizo recordar a muchos un atentado similar perpetrado hace dos a?os en un hotel de Mombasa, Kenia, en el que murieron 16 personas. Aquel establecimiento era tambi¨¦n muy frecuentado por los turistas israel¨ªes.
El estallido de las bombas, la cercan¨ªa con la frontera y las llamadas a volver a casa lanzadas por la Administraci¨®n israel¨ª provocaron una huida precipitada de cerca de 12.000 turistas jud¨ªos hacia el puesto fronterizo de Taba, que trataban de alcanzar Eilat. A medida que lo consegu¨ªan eran evacuados mediante aviones y autobuses. A la misma hora llegaban a la zona los equipos de rescate israel¨ª y los equipos de investigaci¨®n.
En medio de las tinieblas y con los primeros datos en la mano, el Gobierno de Israel acus¨® a la organizaci¨®n fundamentalista Ham¨¢s de ser responsable del ataque. Horas m¨¢s tarde, sin embargo, el Ejecutivo empez¨® a primar la tesis de la pista de Al Qaeda. Estas teor¨ªas se cimentaron en la forma en que se llev¨® a t¨¦rmino el ataque, pero tambi¨¦n en un comunicado de un grupo llamado las Brigadas del M¨¢rtir Abdalah Azzam. En ¨¦l se aseguraba que la operaci¨®n era un acto de venganza por el sufrimiento a que se somet¨ªa a los pueblos palestino e iraqu¨ª.
Otras reivindicaciones del atentado de tono menor crearon a media ma?ana una cierta confusi¨®n que empez¨® a quedar zanjada cuando el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Silvan Shalom, declar¨® por la radio que el ataque contra el Hilton de Taba llevaba el sello de Al Qaeda. El viceministro de Defensa israel¨ª, Zeev Biom, y el ex jefe del Mossad (servicio secreto), Daniy Yatom, fueron un poco m¨¢s sutiles al asegurar que posiblemente se trataba de una "coproducci¨®n entre Al Qaeda y los fundamentalistas egipcios".
"No habr¨¢ compromiso con el terror; lucharemos con todos los medios disponibles y sin descanso", aseguraba ayer el primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, en una reuni¨®n de urgencia del Gabinete, convocada en Jerusal¨¦n. Pocas horas antes hab¨ªa mantenido una conversaci¨®n telef¨®nica con el presidente Hosni Mubarak en la que ambos se comprometieron a luchar de manera conjunta contra el terrorismo.
El atentado terrorista de Taba supone un golpe fatal a los intereses tur¨ªsticos de Israel y Egipto que bordean el mar Rojo. La zona se hab¨ªa convertido en los ¨²ltimos a?os en un verdadero para¨ªso al margen de las oleadas de violencia que azotan peri¨®dicamente la regi¨®n. Para los egipcios, el ataque supone revivir en la propia piel los efectos devastadores que supuso para su turismo, uno de los motores econ¨®micos del pa¨ªs, el tiroteo en el templo de Luxor en 1997 en el que murieron 58 turistas.
Para Israel supone el fin de un santuario, el de Eilat, que hasta ahora se hab¨ªa mantenido al margen de la violencia provocada por la Intifada.
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