El arte, contra el presidente
La mayor¨ªa de intelectuales, m¨²sicos y actores apoyan al candidato dem¨®crata
Si alguien intenta hacer en Estados Unidos una separaci¨®n ideol¨®gica de los intelectuales, actores, cantantes, artistas y gente de la far¨¢ndula en general, el desequilibrio es de un calibre rid¨ªculamente abultado. Los dem¨®cratas gozan del favor pol¨ªtico de los mejores actores de Hollywood, los pensadores m¨¢s respetados, los economistas m¨¢s prestigiosos y los artistas m¨¢s relevantes. La candidatura de George W. Bush apenas cuenta con el apoyo expl¨ªcito de Bo Derek, la Norma Duval del Partido Republicano. Los analistas intentan entender si la falta de apellidos famosos entre los apoyos a Bush son por verg¨¹enza, por desidia o por simple inexistencia.
Citar s¨®lo a Bo Dereck entre quienes p¨²blicamente han apoyado a Bush bordea la demagogia, pero no es del todo incierto. Entre los actores famosos, s¨®lo el decr¨¦pito Tom Selleck y el ultraderechista Mel Gibson apoyan la candidatura a la reelecci¨®n del presidente. En el terreno de la m¨²sica, el grupo de bushistas se reduce a Kid Rock, ZZ Top, los Gatlin Brothers y varios m¨²sicos de country que pasearon sus hebillas y sus sombreros por la convenci¨®n de Nueva York. Por si acaso alguien pudiera sugerir lo contrario, un grupo de 540 artistas de Tejas han firmado un manifiesto contra Bush -publicado en The New York Times- en el que piden a los lectores que no vayan a pensar que todos en ese Estado apoyan al actual presidente.
Los actores Bo Derek, Mel Gibson y Tom Selleck apoyan la reelecci¨®n de Bush
Bruce Springsteen ha cedido buena parte de sus ingresos futuros al apoyar a Kerry
Hist¨®ricamente, los candidatos dem¨®cratas siempre han contado en este pa¨ªs con el favor de intelectuales y artistas, en parte porque a los presidentes republicanos se les considera menos preocupados por la defensa de la libertad de expresi¨®n.
Hay excepciones, como Frank Sinatra, que a?os despu¨¦s de hacer campa?a para John F. Kennedy acab¨® pidiendo el voto para Ronald Reagan, aunque m¨¢s por corporativismo hollywoodiense que por ideales compartidos.
La situaci¨®n actual no tiene concomitancia alguna con el macarthismo, pero algunos hacen lejanas comparaciones con ejemplos recientes que van desde la tendencia del Gobierno de Bush a considerar antipatriotas a quienes cuestionan la guerra en Irak hasta la desmedida reacci¨®n de las autoridades federales por el pezongate de Janet Jackson en televisi¨®n durante la retransmisi¨®n de la Superbowl de f¨²tbol americano.
De igual modo, algunas maniobras recientes tienen aspecto de censura: Disney se neg¨® a distribuir la pel¨ªcula de Michael Moore porque aparentemente esa empresa necesita la reelecci¨®n de Bush (y la de su hermano Jeb como gobernador de Florida) para conservar sabrosas exenciones fiscales; Robert Greenwald tuvo que regalar y distribuir por Internet su documental antiguerra Uncovered porque ninguna distribuidora quer¨ªa arriesgarse a parecer poco patri¨®tica. Hay m¨²ltiples ejemplos parecidos.
Desde el pop art hasta la alta cultura, desde el m¨¢s pobre de los documentalistas hasta el mejor pagado de los directores de cine, todos est¨¢n con John Kerry y todos parecen dispuestos a trabajar y perder dinero con tal de conseguir su llegada a la Casa Blanca.
El movimiento contra Bush comenz¨® mucho antes de que Kerry fuera escogido como candidato dem¨®crata; de hecho, la mayor parte de los conocidos anti-Bush se arremolinaron m¨¢s bien en torno al fallido Howard Dean. Parad¨®jicamente, muchos entienden y asumen que Kerry no es su preferido, pero se ajustan un lema muy mencionado en este pa¨ªs: Anything but Bush, cualquier cosa antes que Bush. El m¨²sico Moby pide el voto para Kerry no porque le caiga especialmente bien este senador, sino porque "este pa¨ªs no puede sobrevivir otros cuatro a?os de Bush". De igual modo, el cineasta Michael Moore se ve inmerso en su propia contradicci¨®n ideol¨®gica: votante de Ralph Nader en el a?o 2000, hace ahora campa?a activa a favor de Kerry a pesar de que reconoce p¨²blicamente que no le dar¨¢ su voto por haber apoyado la invasi¨®n de Irak cuando se someti¨® al escrutinio del Capitolio.
Pero Moore trabaja para Kerry con un entusiasmo que nunca antes hab¨ªa logrado un candidato. Ha sacado ya en DVD su pel¨ªcula Fahrenheit 9/11 y con ello ha renunciado a ingresos en taquilla, y quiere regalar los derechos de emisi¨®n en televisi¨®n a cambio de que alguna cadena ofrezca la pel¨ªcula en los d¨ªas anteriores a la votaci¨®n del 2 de noviembre.
Bruce Springsteen ha cedido una buena parte de sus ingresos futuros al apoyar y actuar a favor de Kerry; sus seguidores republicanos reniegan ahora de este cantante y prometen no volver a sus conciertos. El grupo Green Day, uno de los que m¨¢s venden en Estados Unidos, acaba de sacar un CD enteramente destinado a acabar con la carrera pol¨ªtica de Bush. El t¨ªtulo es revelador: American idiot.
En el terreno del arte, hubo una subasta reciente en Nueva York titulada Buy art, bye bye Bush, (Compra arte, adi¨®s a Bush). Se subastaron desde esculturas donadas por Frank Gehry hasta obras de Roy Lichtenstein y Andy Warhol cedidas por coleccionistas privados que quer¨ªan contribuir al esfuerzo contra el presidente actual.
Los manifiestos de escritores e intelectuales contra Bush son inacabables, como lo es el bolsillo del financiero George Soros, que ha llegado a mostrarse dispuesto a ceder su fortuna entera con tal de impedir la reelecci¨®n del presidente.
Sin embargo, ning¨²n analista pol¨ªtico se atreve a valorar el impacto real de estos esfuerzos. ?Ha conseguido alg¨²n voto Michael Moore con su pel¨ªcula o los espectadores eran ya todos votantes anti-Bush? Seg¨²n Kevin Madden, portavoz de la campa?a de Bush, los votantes "no quieren consejos de artistas sobre seguridad nacional".
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