Ley de violencia de g¨¦nero
El Parlamento ha hablado de forma un¨¢nime: quiere resolver de una vez por todas una de las lacras de nuestra sociedad que m¨¢s nos averg¨¹enzan, es decir, lo que definitivamente han decidido llamar "violencia de g¨¦nero". Por mi parte, lamento que al final nuestros pol¨ªticos, y ya sin poder alegar desconocimiento, hayan escogido esta denominaci¨®n puritana y reaccionaria, calcada de otro idioma que cometi¨® el mismo error hace ya mucho tiempo.
Pero, yendo al fondo del asunto, y aunque celebro la iniciativa del legislador de afrontar definitiva e integralmente este complejo asunto, hay dos aspectos que debo criticar. Uno de ellos es instrumental y se refiere a la creaci¨®n de nuevos ¨®rganos judiciales especializados. Considero que cualquier juez espa?ol est¨¢ suficientemente capacitado para tratar estos casos cumpliendo con las exigencias de la nueva ley, y los recursos que se habr¨¢n de destinar a la creaci¨®n de los nuevos juzgados podr¨ªan servir para descongestionar la saturada administraci¨®n de justicia, tan carente de medios como sobrada de asuntos que resolver. Ahora adem¨¢s tendr¨¢n que resolver los numerosos problemas pr¨¢cticos que supondr¨¢ la aplicaci¨®n de esta norma y que s¨®lo un legislador ajeno al mundo judicial ha sido incapaz de prever. El otro aspecto es de ¨ªndole material y llega nada menos que a la base del sistema democr¨¢tico: no puede haber una ley que, para acabar con una generalidad de casos de discriminaci¨®n, consagre la discriminaci¨®n contraria.
La v¨ªctima de los delitos es siempre un ser humano, una persona en toda su plenitud de derechos y de dignidad, y bajo ning¨²n concepto se pueden hacer distinciones en funci¨®n de su sexo (perd¨®n, "g¨¦nero"). A quien ha sufrido maltratos en el ¨¢mbito dom¨¦stico o por su pareja sentimental no se le puede amparar menos por ser hombre, ni se le pueden negar los derechos que consagra este proyecto legislativo en cuanto a prestaciones sociales y protecci¨®n laboral. La ley no necesita hacer estas distinciones, porque est¨¢ claro que en la inmensa mayor¨ªa de los casos se tratar¨¢ de mujeres, pero ?ser¨ªa l¨ªcito negar a los pocos hombres que puedan encontrarse en id¨¦ntica situaci¨®n (igual de dolorosa, igual de humillante) unos beneficios que necesitan tanto como si fueran mujeres?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Ley Violencia G¨¦nero
- Opini¨®n
- Plenos parlamentarios
- VIII Legislatura Espa?a
- Tramitaci¨®n parlamentaria
- Violencia dom¨¦stica
- Congreso Diputados
- Actividad legislativa
- Legislaci¨®n espa?ola
- Legislaturas pol¨ªticas
- Gobierno
- Parlamento
- Espa?a
- Administraci¨®n Estado
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Legislaci¨®n
- Justicia
- Violencia g¨¦nero
- Violencia
- Sucesos
- Problemas sociales
- Sociedad