Altos vuelos en Jerez
A finales de agosto vol¨¦ de Alemania a Jerez de la Frontera. Nada m¨¢s llegar al aeropuerto, antes de recoger mi equipaje, fui a los aseos y mi sorpresa fue que tuve que esperar diez minutos porque s¨®lo hab¨ªa uno con un par de urinarios y un solo inodoro.
Despu¨¦s de recoger mi peque?a maleta me dirig¨ª al mostrador de informaci¨®n y turismo para preguntar por la l¨ªnea de autob¨²s que deb¨ªa tomar para ir a la ciudad. ?L¨ªnea de autobuses? ?Qu¨¦ es eso? En este aeropuerto, por el que pasan a diario miles de pasajeros procedentes de diferentes puntos de Europa, no hay ni una sola l¨ªnea regular hasta la ciudad. En el mencionado mostrador de desinformaci¨®n intentan quitarle la cara de asombro al viajero diciendo que "pronto" van a poner una l¨ªnea de metro. ?Pronto? ?Qu¨¦ gran alivio! Piensan que al pobre viajero europeo se le puede contentar as¨ª, como dando a entender que estar¨¢ ya puesta para el viaje de regreso.
Pero el chico sigue tranquiliz¨¢ndote e inform¨¢ndote de que se puede ir en taxi a cualquier punto de la ciudad por s¨®lo cinco euros. Ante tantas alternativas me decido por el taxi y al final del recorrido el taxista me pide 11,50 euros por mi rid¨ªcula maleta. Le comento lo de los cinco euros y, mostr¨¢ndome una lista con las tarifas del Ayuntamiento, responde que los de informaci¨®n no tienen ni idea.
El 26 de septiembre, fecha de mi regreso, ya en la sala de embarque, decido tomar un caf¨¦ r¨¢pidamente, pero como s¨®lo hay un peque?o bar con un solo camarero, me encuentro una cola y me toca esperar siete minutos. Las pocas mesas que hay est¨¢n ocupadas y la barra es tan rid¨ªcula que apenas hay lugar para tres personas. Quiero ir al servicio y me encuentro lo mismo que en la terminal de llegada: s¨®lo uno con largas colas desesperantes. En el de se?oras, una alemana se lamenta de que ya lleva 15 minutos esperando. En toda la sala no hay ni un solo reloj, como suele ser habitual en estos sitios. Un solo monitor para toda la sala muestra alternativamente los horarios de salidas y llegadas sin apenas dar tiempo para leerlos. Aun as¨ª tuve tiempo para comprar EL PA?S antes de embarcar. Ya en el avi¨®n me deleito leyendo que la alcaldesa y algunos concejales de esta emblem¨¢tica y noble ciudad, con aeropuerto tercermundista, ganan incluso m¨¢s que el propio presidente del Gobierno. Y uno se pregunta: ?Es real todo lo que he visto ah¨ª abajo y lo que ahora leo aqu¨ª arriba? A estas alturas uno ya no sabe si esos ediles jerezanos de altos vuelos est¨¢n en la luna, en Europa o m¨¢s bien en un pa¨ªs dictatorial de ?frica.
Despu¨¦s, ya pensando con los pies en el suelo alem¨¢n, uno ve con claridad que el caciquismo, socialista o popular, sigue bien enraizado en la tierra firme de Andaluc¨ªa.
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