Rusia, ?democracia o imperio?
Los ide¨®logos del Kremlin defienden un Estado autoritario y centralizado alejado del modelo de democracia occidental
?Democracia o Estado? Con el pretexto de luchar contra el separatismo y el terror, el presidente de Rusia, Vlad¨ªmir Putin, y los ide¨®logos del Kremlin est¨¢n reduciendo la vida pol¨ªtica de su pa¨ªs a un dilema simplista, que oculta intereses personales y realidades m¨¢s complejas. Los actuales moradores del Kremlin sacrifican el fr¨¢gil y arduo desarrollo del pluralismo pol¨ªtico, sembrado por la perestroika all¨¢ en los a?os ochenta, a una nueva versi¨®n corporativista del Estado autoritario y centralizado, con el que se sienten m¨¢s familiarizados.
Desde el verano, en los canales centrales de la televisi¨®n, controlados por el Kremlin, no queda ni un solo foro de debate en directo en el que oponerse a los pol¨ªticos y comentaristas que presentan la "democracia occidental" como un fen¨®meno "ajeno" e incluso "hostil" a Rusia y olvidan que este pa¨ªs, por voluntad propia, es miembro del Consejo de Europa y ha firmado m¨²ltiples compromisos internacionales.
115 pol¨ªticos de Europa y EE UU han expresado su preocupaci¨®n por la gesti¨®n de Putin
Piezas del nuevo dise?o autoritario ser¨¢n los gobernadores nombrados a dedo por el presidente (en lugar de elegidos), los alcaldes tambi¨¦n nombrados (en ciudades importantes por lo menos, seg¨²n ideas que circulan en el Kremlin), partidos-clones para escenificar una pseudoalternativa, tal vez nuevas restricciones para evitar que alg¨²n peque?o partido incontrolado se cuele en el Parlamento y una nueva y severa ley de prensa, para cerrar la boca a los medios (prensa escrita y algunas emisoras) que mantienen hoy la libertad de expresi¨®n.
Stanislav Surkov, el vicejefe de la administraci¨®n del Kremlin, que estuvo vinculado a los negocios del magnate Mija¨ªl Jodorkovski en el pasado, es el ide¨®logo de estas transformaciones. El "trauma de nacimiento" del parlamentarismo es el "estar pendiente de las elecciones", ha dicho el funcionario, que ha denunciado la existencia en Rusia de una "quinta columna de radicales de izquierda y de derecha" con "patrocinadores comunes de origen extranjero" y unidos por un "odio a Putin" que de hecho es "odio a Rusia como tal".
En la visi¨®n corporativista de Surkov, "la modernizaci¨®n y la solidaridad de las grandes empresas p¨²blicas, las asociaciones profesionales y las confesiones religiosas, la burocracia estatal y los partidos pol¨ªticos, las organizaciones de derechos humanos y el sistema judicial y policial, llevar¨¢n a Rusia a la victoria". Sobre el terreno, lo que prima es el abuso y no la solidaridad.
El Kremlin ha indicado que quiere acabar con el sistema de rep¨²blicas-naci¨®n, es decir, las administraciones territoriales modeladas en ¨¦poca de la URSS en funci¨®n de una comunidad cultural o ¨¦tnica dominante, como Tatarst¨¢n o Yakutia, por ejemplo. Rusia, ha dicho Surkov, "es la ¨²nica federaci¨®n en el mundo" integrada por territorios que pueden tener el rango de "rep¨²blicas nacionales". El proyecto de ley del Kremlin para convertir a los gobernadores en funcionarios administrativos no hace excepciones con los presidentes de las rep¨²blicas nacionales. Formalmente, dirigentes regionales como el presidente de Tatarst¨¢n, Mintimer Sham¨ªev, han aplaudido la reforma. Bajo la superficie, no obstante, las ¨¦lites nacionales se resisten a renunciar a los restos del poder pol¨ªtico y econ¨®mico que acumularon en ¨¦poca de Bor¨ªs Yeltsin (y que Putin les ha ido arrebatando paulatinamente despu¨¦s). El centralismo de Mosc¨² puede agudizar las tensiones actuales, al privarlas de un cauce de expresi¨®n, y propiciar tendencias centr¨ªfugas hoy en estado latente. El imperio sovi¨¦tico se ha desintegrado, pero el imperio ruso sigue existiendo, se?ala la soci¨®loga Olga Kryshtanovskaya. El Kremlin, se?ala, est¨¢ decidido a impedir que este imperio siga reduci¨¦ndose, pero ha cometido el "error fatal" de "despreciar la pol¨ªtica nacional", lo que "lleva al nacionalismo".
En Occidente hay preocupaci¨®n por la pol¨ªtica del Kremlin, como lo demuestra la carta de advertencia que 115 pol¨ªticos europeos y norteamericanos han escrito al presidente de EE UU, George W. Bush, y a los gobiernos de los pa¨ªses de la OTAN. Entre los firmantes de este mensaje est¨¢n el ex presidente checo Vaclav H¨¢vel, el ex primer ministro sueco Karl Bildt, el italiano Giuliano Amato y pol¨ªticos alemanes desde democristianos a verdes.
En Rusia, sin embargo, la pol¨ªtica se mide por otros baremos y el porcentaje de ciudadanos que aprueban la gesti¨®n de Putin ha aumentado a un 72%, tras bajar hasta el 66% tras el secuestro terrorista en Besl¨¢n. En cuanto a los proyectos para construir la vertical de poder, un 44% de los rusos aprueba que los gobernadores sean nombrados (y no elegidos) frente a un 42% en contra, seg¨²n un sondeo del centro sociol¨®gico de Yuri Levada. Como m¨¢ximo, un 35% de los rusos est¨¢ dispuesto a defender en mayor o menor medida las libertades democr¨¢ticas frente a las restricciones en nombre de la lucha contra el terrorismo, afirma el soci¨®logo Leonid Sedov. Un 82% de los rusos, dice, aprueban que los ¨®rganos de seguridad de su pa¨ªs "liquiden" a los terroristas en el extranjero sin m¨¢s ceremonias. No es sorprendente, pues, que en los pasillos del Parlamento se hable de suprimir la "presunci¨®n de inocencia" o que se constituyan fondos para premiar la denuncia de actos terroristas en incubaci¨®n o que la Comisi¨®n de Pol¨ªtica Informativa del Consejo de la Federaci¨®n (C¨¢mara alta del Parlamento) se refiriera a la necesidad de introducir "censura normativa" en la nueva legislaci¨®n de prensa sin acordarse del derecho del ciudadano a la informaci¨®n.
El autoritarismo actual puede transformarse en "totalitarismo" por la falta de resistencia de la sociedad, afirma Kryshtan¨®vskaya. "Los sectores econ¨®micos, intelectuales y dem¨®cratas no saben qu¨¦ hacer. No hay l¨ªderes que puedan encabezar el movimiento de protesta. Las autoridades se mueven como si estuvieran en el vac¨ªo, sin sentir ninguna resistencia, y puede que quienes detentan el poder a veces tengan la sensaci¨®n de que se hunden en este vac¨ªo", se?ala.
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