Banderitas en Madrid
Desde hace unos a?os, la bandera de Estados Unidos paseaba hoy por las calles de esta nuestra ciudad con motivo de la fiesta nacional de Espa?a. Aqu¨ª se rend¨ªa tributo a los marines norteamericanos desde la modestia de un peque?o pa¨ªs subordinado que alguien pretend¨ªa sacar de no s¨¦ qu¨¦ rinc¨®n. La patria acomplejada buscaba su lugar en el mundo jaleando las barras y las estrellas del pa¨ªs dominante. Y como hoy no va estar esa bandera en el desfile, en la radio hablaron de ausencia -tan ausente estar¨¢ como la del Reino Unido, Groenlandia o Portugal- y le preguntaron al ministro de Defensa por este cambio. El ministro respondi¨® con solemnidad patri¨®tica que "aqu¨ª no nos ponemos de rodillas", que aunque peque?os y menos poderosos, somos un pa¨ªs soberano. Tan reacio como soy a desfiles y banderas me extra?¨® que le preguntaran al ministro ahora por qu¨¦ un desfile espa?ol sin bandera americana.
Sin embargo, para aquellos que convirtieron lo anormal en h¨¢bito y el sentido com¨²n en un imposible, la ausencia de esa bandera en el desfile de hoy pod¨ªa llegar a constituir una ofensa para nuestros amigos y aliados norteamericanos. (Recordemos la que se arm¨® cuando el ahora presidente del Gobierno permaneci¨® sentado en su estrado al paso de la bandera americana). Y hasta una provocaci¨®n. Pero en la Embajada de Estados Unidos en Espa?a, adonde acudieron los periodistas para comprobar hasta qu¨¦ punto se ofend¨ªa George Bush porque se prescinda en el desfile de su bandera, ni se inmutaron. Si hay una bandera a la que le sobren estrados, monumentos y ocupaciones ¨¦sa es la de ellos. Una bandera que se coloca adem¨¢s en los jardines, en los salones y en la iglesias, que se lleva en vaqueros y en blusas y con la que se envuelven hasta hamburguesas. Un desfile m¨¢s o menos es para su bandera y sus marines una insignificancia.
Si desfilaron antes aqu¨ª, dijeron, es porque as¨ª lo quiso Espa?a, es decir, su presidente, como un gesto de "solidaridad" por los atentados del 11 de septiembre. No debi¨® parecerles rara esta manera de expresar la solidaridad y creo que los marines se quedaron encantados con la acogida que se les dispens¨® entre nosotros. Pero con el mismo argumento, otro tanto podr¨ªa hacerse con Madrid ahora: expresar la "solidaridad" con esta Comunidad despu¨¦s de los atentados del 11 de marzo exhibiendo su bandera en el desfile de hoy. Los madrile?os, sin embargo, no tienen particular patriotismo con el que puedan solidarizarse los otros espa?oles y m¨¢s que con bandera cuentan con un logotipo al que le faltan barras pero no estrellas. Poco patrioteros y amigos de himnos y de ense?as fueron Joaqu¨ªn Leguina y Alberto Ruiz-Gallard¨®n e ignoro c¨®mo anda de fervores en este campo Esperanza Aguirre. A diferencia de su antecesor, no parece que Gallard¨®n est¨¦ por unirse a Bono para rendir culto a la bandera de Espa?a, como ?lvarez del Manzano con Trillo, aunque no digo que Bono no estuviera dispuesto a arrodillarse ante la bandera en Col¨®n y dirigirnos una arenga de ret¨®rica tan adornada como la de Trillo. Los dos ministros, el que se fue y el que vino, tienen en com¨²n el gusto por la ret¨®rica florida. Y el nuevo, adem¨¢s, el placer de los saraos. Y a lo mejor tendr¨ªa a su lado a nuestra presidenta para lo que guste en cuanto al ceremonial castrense. Condiciones de comandante en jefe no parecen faltarle a Aguirre, pero no cuenta a¨²n con ej¨¦rcito propio, ni siquiera con polic¨ªa, de modo que dif¨ªcil tiene buscarse a los marines que acompa?en a la bandera auton¨®mica. Tal como est¨¢n las cosas, adem¨¢s, con tanta guerra abierta en el PP madrile?o, no creo que Gallard¨®n le dejara la polic¨ªa a caballo y con traje de gala del Ayuntamiento. Es posible que incluso la necesite para protegerse.
No obstante, Bono ha decidido que un desfile patrio sea algo m¨¢s que un desfile y quiz¨¢ nos reserve para cada a?o nuevas sorpresas. A lo mejor para el 12 de octubre de 2005 nos anuncia que las 17 banderas auton¨®micas desfilar¨¢n en Madrid. Con Ibarretxe abriendo el cortejo, portando ¨¦l mismo la ikurri?a, y la Ertzaintza detr¨¢s. Pero lo que no se entiende es que quienes tanto aman a su bandera, que le dieron en la plaza de Col¨®n un alto m¨¢stil y la llevaron de Perejil a Irak como una aventurera, y hasta le prometieron actos de reparaci¨®n los mi¨¦rcoles, con m¨²sicas solemnes y festejos, la encelaran cada 12 de octubre dando a entender que con ella no nos bastaba y que necesit¨¢bamos abrigo en las estrellas del dominio y en las barras del poder¨ªo universal.
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