"Nada es tan irreparable como los da?os psicol¨®gicos de los ni?os"
Yabalia es adem¨¢s una ciudad tradicionalmente rebelde: se levant¨® en reiteradas ocasiones contra los egipcios en la d¨¦cada de los sesenta y volvi¨® a hacerlo con insistencia en la ¨¦poca de la ocupaci¨®n israel¨ª, especialmente en diciembre de 1987, cuando se convirti¨® en cuna de la primera Intifada. Ahora la historia amenaza a convertir este enclave del norte de la Franja de Gaza en tumba de la Intifada de Al Aqsa.
Desde su oficina del Ayuntamiento, Samora acaba de lanzar un llamamiento a la comunidad internacional para que presione al primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, y le obligue a poner fin a esta ofensiva militar bautizada con el nombre D¨ªas de Penitencia. El n¨²mero de cad¨¢veres se eleva a 120, entre ellos 40 ni?os.
Esta ma?ana, Samora se siente mas desesperanzado que nunca. Tras varias horas de discusi¨®n y debate con las autoridades israel¨ªes, a trav¨¦s de la Cruz Roja, le ha llegado de los soldados un mensaje tajante, por el que le proh¨ªben llevar el agua con los camiones-aljibes a los 40.000 habitantes, que se encuentran cercados por las tropas en la zona norte del municipio. A pesar del calor, hoy tampoco habr¨¢ agua para una cuarta parte de la poblaci¨®n de Yabalia.
"No han servido de nada las s¨²plicas ni tampoco las amenazas; quieren matarlos de sed. Alguna ma?ana hemos conseguido romper el cerco y llegar a la zona con los camiones repletos de agua. He visto a los ni?os arrimarse a la boca de la manguera y beber m¨¢s de lo que sus cuerpos pueden soportar", explica el alcalde, mientras en un trozo de papel amontona las cifras y las estad¨ªsticas. El problema de la escasez de agua provocada por la destrucci¨®n de la red de tuber¨ªas y la falta de electricidad para accionar los pozos preocupa especialmente al municipio, que se plantea la posibilidad de empezar a reciclar las aguas residuales.
Pero eso no es todo. Los servicios asistenciales de Yabalia tienen ya censados a 150 ni?os que quedar¨¢n para toda su vida discapacitados, por heridas sufridas durante esta ofensiva israel¨ª. Las explosiones de los misiles han dejado a algunos de los menores sin brazos o sin piernas, pero a otros absolutamente inmovilizados y condenados a permanecer en una silla de ruedas. Unas setenta casas han quedado destruidas totalmente, cerca de 200 gravemente da?adas. Los comercios de lo que en otra ¨¦poca era la gran avenida de Salahadin est¨¢n devastados. Las mercanc¨ªas de las tiendas han sido pisoteadas por los tanques.
"Pero lo peor no son las balas ni los destrozos. Lo m¨¢s insoportable es el sufrimiento y los trastornos psicol¨®gicos que est¨¢n provocando en toda una generaci¨®n de peque?os, que han vivido bombardeos, han visto morir a sus padres o c¨®mo sus casas quedaban destruidas. Nada es tan irreparable como los da?os psicol¨®gicos de los ni?os. Por eso pido a la comunidad internacional que empiece a actuar", se lamenta el alcalde de Yabalia, mientras insiste en su reflexi¨®n inicial: "El castigo se ha convertido en una cat¨¢strofe humanitaria".
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