Las heridas del idioma
Como referencia aclaratoria, Juan Gelman ha escrito bajo el t¨ªtulo Pa¨ªs que fue ser¨¢, el siguiente subt¨ªtulo: (M¨¦xico/2001-2004). Ochenta y cinco poemas escritos o pensados en M¨¦xico pero volcados en el territorio universal de la existencia humana: all¨¢ donde el amor es gozo y es dolor; donde la muerte es sue?o y realidad; donde la memoria es para¨ªso e infierno. Y donde el lenguaje es territorio donde rebautizar el mundo porque el poema, para Gelman, es ajeno a lo ya nombrado, es revelaci¨®n, espacio donde la palabra conocida se vuelve nueva: "Nombrar el mundo bautizado / es m¨¢s triste que la tristeza". Estamos ante un Gelman totalizador y existencialista, aferrado a la vida desde el amargor de un idioma herido como herida est¨¢ la vida y herida est¨¢ la felicidad, vecina inevitable de la muerte. La poes¨ªa de Gelman ara?a (digo bien: ara?a) en la memoria para buscar el n¨²cleo que dio origen a la existencia tal como fue (as¨ª El poema). Hay un dolor hondo, no siempre expl¨ªcito, que asume como lema un verso de visibles connotaciones vallejianas (Vallejo: "Muri¨® mi eternidad"; Gelman: "Dej¨¦ caer mi eternidad") y que asume el recuerdo desde la complejidad que supone integrar lo vivido con la realidad de lenguaje en que el poeta lo convierte. Una memoria rota, un claroscuro, un gozo siempre amenazado.
PA?S QUE FUE SER?
Juan Gelman
Visor, Madrid, 2004
97 p¨¢ginas. 8 euros
Todo ello conduce a evaluar este libro como una indagaci¨®n en lo ¨ªntimo radical, como si Gelman, con los a?os, tendiera a desterrarla preocupaci¨®n social dominante en libros anteriores. Nada m¨¢s lejos de esa apreciaci¨®n: ahondando en los registros de Salarios del imp¨ªo (1999) o Valer la pena (2002) la mirada hacia lo colectivo parte de la interioridad, de la permanente interrogaci¨®n al poder del lenguaje en su dial¨¦ctica con la realidad. En este poemario est¨¢ la guerra en sentido gen¨¦rico ("convierten el mundo en hospital / quieren que no esperemos nada"), est¨¢ Irak ("?Y los ni?os, los locos, los casi nunca, los / que van o no fueron y pasan / bajo un cielo al rev¨¦s?"), y la estela imborrable de los desaparecidos, y la crisis econ¨®mica y pol¨ªtica en Argentina ("Cuando el dolor se parece a un pa¨ªs / se parece a mi pa¨ªs"). Est¨¢ la realidad, en definitiva. La mirada de Gelman es dura y conmovedora a la vez. Tierna y amarga. Apacible y c¨¢ustica. Y exigente, enormemente exigente cuando se apresta a redescubrir el lenguaje desestructur¨¢ndolo, situ¨¢ndolo en el borde de la ruptura, dot¨¢ndolo de nuevas posibilidades y de nuevos significados, como si se tratara de un lenguaje trasterrado, en un desarraigo permanente: "Esta pasi¨®n que se / arrastra contra su realidad / abre lo que no existe".
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