Vuelta al mundo en miniatura
La Olimpiada de ajedrez, que se juega desde ayer en Calvi¨¤, re¨²ne a cerca de 2.000 personas entre jugadores, ¨¢rbitros, directivos, periodistas...
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Pasear por los salones del Casino de Calvi¨¢, donde desde ayer hasta el d¨ªa 29 se va a celebrar la Olimpiada de ajedrez, es como dar una vuelta al mundo en miniatura. Cerca de 2.000 personas de los cinco continentes -jugadores, capitanes, ¨¢rbitros, directivos, periodistas...- pasan las tardes en un estado de gran excitaci¨®n silenciosa. Son hombres y mujeres de todas las edades y condiciones reunidos para disfrutar de su pasi¨®n com¨²n. Algunos luchan adem¨¢s por las medallas y en sus tableros se nota el peso de los nervios.
"?Hola, nos vemos otra vez!". ?ste es el tipo de frase que m¨¢s se oye y en m¨²ltiples idiomas. Para muchos de los participantes, los no profesionales, es imposible encontrarse en otro sitio que no sea la Olimpiada, el gran mosaico bienal del ajedrez. Y, adem¨¢s, est¨¢n casi todos los mejores del mundo, acostumbrados a los torneos de diez o doce jugadores en condiciones de lujo y no a trabajar rodeados por una multitud.
Es el primer d¨ªa, en el que los equipos de la mitad superior de la tabla se enfrentan con los de la inferior. Ello propicia que, por ejemplo, Andorra tenga el inolvidable privilegio de enfrentarse a Rusia, la gran favorita, en el escenario elevado que desde hoy s¨®lo ocupar¨¢n los primeros clasificados tras cada una de las rondas. En la mesa de al lado est¨¢ una de las grandes atracciones para el p¨²blico, el ucranio Sergu¨¦i Kariakin, quien, a sus 14 a?os, ya es una estrella. Pero no es el m¨¢s joven: hoy se espera la llegada de la peruana Daisy Cori, de apenas 11, campeona panamericana sub 12 y retenida en Lima con casi todos sus compa?eros de la selecci¨®n por problemas con los visados.
Hay unas mesas que llaman la atenci¨®n, las que ocupan los equipos de la IBCA (Asociaci¨®n Internacional de Ajedrez para Ciegos): juegan en tableros especiales, con un agujero en cada casilla donde se inserta el saliente que sus piezas tienen en la parte inferior. Para ellos no cuenta la regla pieza tocada, pieza jugada. Pueden tocarlas todas cuanto quieran; dependiendo de su grado de invidencia, apuntan las jugadas en braille o usan un bol¨ªgrafo y ven el tiempo disponible en el reloj o lo escuchan por los auriculares. Tambi¨¦n hay un equipo de discapacitados, que juegan en sillas de ruedas.
Otro de los focos de atenci¨®n es la selecci¨®n femenina iran¨ª. Las tres jugadoras est¨¢n cubiertas de la cabeza a los pies, excepto el flequillo, pero hay una diferencia: dos de ellas van de negro riguroso y la otra con una cazadora verde de marca occidental y un pa?uelo azul claro. Las de Bangladesh comparecen con sus coloreados vestidos largos y alguna, como la georgiana Maia Chiburdanidze, ex campeona del mundo, con un sombrero ancho, quiz¨¢ para que su rival no pueda adivinar en qu¨¦ jugada piensa por el movimiento de los ojos.
La ant¨ªtesis de las iran¨ªes es la rusa Alexandra Kosteniuk, conocida como Kurn¨ªkova del ajedrez porque simultanea su carrera deportiva -fue subcampeona del mundo- con abundantes sesiones de fotos publicitarias en poses er¨®ticas. Esa l¨ªnea de imagen, in¨¦dita en el ajedrez hasta hace muy poco tiempo, ya tiene varias imitadoras: la m¨¢s famosa es Carmen Kaas, la presidenta de la federaci¨®n de Estonia, jugadora y modelo de ¨¦lite.
La tensi¨®n que sufren los profesionales es visible: hay pa¨ªses, como Rusia, Ucrania, Georgia, Armenia y Azerbaiy¨¢n, donde el ajedrez es una pasi¨®n nacional y las consecuencias de las medallas y los fracasos son importantes para los jugadores. A ellos es dif¨ªcil verles de juerga por las noches, ni siquiera relajados por los pasillos. Trabajan muy duro, preparando la partida por la ma?ana, jug¨¢ndola por la tarde y analiz¨¢ndola por la noche. La gran fiesta es para los otros, la mayor¨ªa, que se ven cada dos a?os para disfrutar de la gran pasi¨®n del ajedrez, entre otras.

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