?Un pacto de Estado para la sanidad?
Los autores reclaman al Gobierno socialista un Fondo de la Seguridad Social para la Cohesi¨®n del Sistema Nacional de Salud.
Proponer un pacto de Estado sobre la sanidad, o sobre lo que sea es una saludable norma de conducta pol¨ªtica. Sin embargo, su uso para todo puede devaluar el alcance de lo que debe ser objeto de un pacto de Estado. Quiz¨¢s por ello, lo primero que reclamamos es un marco conceptual, y en su caso normativo, de lo que debe ser esa figura de acuerdo m¨¢ximo.
El vicepresidente segundo del Gobierno, se?or Solbes, ha manifestado que consideraba "imprescindible un pacto de Estado, similar al de Toledo sobre pensiones, para garantizar la continuidad del Sistema (SNS)". Al parecer, lo que le preocupa son los m¨¢s de 2.000 millones de euros de deuda del Servicio de Salud de Catalu?a. Pero ya Madrid acaba de sumar otros m¨¢s de 800 millones de euros; y Andaluc¨ªa, Valencia, Galicia, etc¨¦tera. ?Cu¨¢ntos?
No hace tanto tiempo, el 27 de julio de 2001, se alcanz¨® un acuerdo que se parec¨ªa bastante a esa figura indefinida del pacto de Estado. Un nuevo Sistema de Financiaci¨®n Estable de la Asistencia Sanitaria de la Seguridad Social consensuado en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera de las Comunidades Aut¨®nomas por el Gobierno (PP), la mayor¨ªa de los grupos de la oposici¨®n y las CC AA (plasmado en las Leyes 21/2001 y Org¨¢nica 7/2001 de 27 de diciembre). Entonces, UGT y la Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad P¨²blica (FADSP) nos manifestamos sobre los d¨¦ficit de este acuerdo.
Casi tres a?os despu¨¦s, desafortunadamente nuestras dudas mantienen su vigencia.
1. La asistencia sanitaria es, en nuestro ordenamiento, una prestaci¨®n universal -para todos los ciudadanos- en el ¨¢mbito de la Seguridad Social y de car¨¢cter no contributivo. Debe entenderse como un servicio p¨²blico fundamental que como tal debe ser igual para todos los ciudadanos del Estado y es ¨¦ste, en ¨²ltima instancia, el garante del mismo.
2. Corresponde a las comunidades aut¨®nomas, de acuerdo con la ordenaci¨®n de sus respectivos servicios de salud, la gesti¨®n de dicha prestaci¨®n en pro de la mayor eficiencia de la misma.
3. No compartimos, ni entonces ni ahora, la intenci¨®n de dar prioridad a los aspectos financieros en detrimento de la consideraci¨®n social de la protecci¨®n sanitaria. Y la propuesta del "pacto de Estado" del se?or Solbes parece abundar en ello.
4. Ya mostramos nuestra preocupaci¨®n sobre que el incremento de dotaciones presupuestarias en el corto plazo, que motiv¨® a las CC AA para la firma del acuerdo de 2001, supusiera eficazmente un aumento de gasto sanitario, en el medio y largo plazo. M¨¢xime si el sostenimiento de este gasto, por parte de dichas CC AA, a partir de los tres a?os (2002, 2003 y 2004) de compromiso del Estado, deber¨ªa ser financiado por ¨¦stas.
5. El PSOE, ahora en el Gobierno, puede retomar nuestra propuesta sobre la creaci¨®n de un Fondo de la Seguridad Social para la Cohesi¨®n del SNS, que incorpor¨® a sus enmiendas al borrador de anteproyecto de Ley de Cohesi¨®n y Calidad del Sistema Nacional de Salud (SNS).
6. Es necesario saber cu¨¢nto dinero es necesario para financiar el Sistema Nacional de Salud y c¨®mo se reparte. As¨ª lo manifestaba tambi¨¦n el secretario general de Sanidad, doctor Lamata, cuando era consejero de Sanidad en Castilla-La Mancha, quien precisaba que en los ¨²ltimos diez a?os el gasto sanitario p¨²blico se ha mantenido en el 5,5% del PIB y deber¨ªa acercarse a la media de la UE (el 6,7%). Dec¨ªa entonces, y tambi¨¦n compartimos, que el espacio fiscal es uno y que la financiaci¨®n debe venir del Estado.
Desde UGT, saludamos positivamente que la sanidad sea motivo de preocupaci¨®n prioritaria de nuestros pol¨ªticos. Pero les pedir¨ªamos que esa preocupaci¨®n no sea intencionadamente maliciosa, como pudiera deducirse del ¨¦nfasis puesto en el gasto. Nuestro SNS supera holgadamente, en cantidad y calidad, la media de los mejores comparables, y en cuanto al coste, el resultado es "milagroso", aunque el milagro no sea tal: unos magn¨ªficos profesionales muy mal remunerados y unos medios f¨ªsicos y tecnol¨®gicos muy mejorables.
Queremos que se estudie en profundidad toda la problem¨¢tica del gasto farmac¨¦utico, que siempre se sit¨²a como clave para la sostenibilidad del SNS. Pero debe analizarse incluyendo los factores intr¨ªnsecos que pueden condicionarlo, como tiempos insuficientes de consulta, informaci¨®n y formaci¨®n inadecuada de criterios terap¨¦uticos, aparente inflaci¨®n de la factura real en farmacia, entre otras causas por la subfinanciaci¨®n global, ya citada, del sistema, etc¨¦tera; y tambi¨¦n los factores extr¨ªnsecos: en relaci¨®n con la I+D+i, los inputs de car¨¢cter industrial, laboral y econ¨®micos, etc¨¦tera. Y evaluar todo ello conjuntamente. No debe volverse nuevamente a medidas coyunturales, como ha ocurrido siempre en el pasado.
La creciente demanda de atenci¨®n sanitaria por los ciudadanos, que tiene que ver, muchas veces, con expectativas m¨¢s que con reales mejoras de salud, s¨ª podr¨ªa dar pie a un pacto de Estado, entendido como acuerdo en las pol¨ªticas de prestaciones para no utilizarlas como armas de la lucha partidista. El modelo de Estado de las autonom¨ªas hace, a veces, muy atractivo su uso electoral; y es evidente que las CC AA, en el uso leg¨ªtimo de la capacidad de gesti¨®n de los diversos servicios de salud, han generado importantes diferencias en la cantidad y el nivel de las prestaciones ofertadas. Quiz¨¢s, y para que no se repita el error, no est¨¢ de m¨¢s recordar lo que dec¨ªamos al respecto sobre el acuerdo de julio de 2001, "... El actual acuerdo no acota, a nuestro entender, suficientemente este peligroso inicio de desigualdad y, aunque habla de asignaciones de nivelaci¨®n, una inconcreci¨®n en este par¨¢metro podr¨ªa ocasionar una escalada imparable de gasto o, en sentido inverso, una heterogeneidad asistencial absoluta. Es decir: prestaci¨®n de los servicios p¨²blicos fundamentales a un nivel adecuado es, en el contexto que contemplamos, una indefinici¨®n total".
?Que no se repita!
Jes¨²s P¨¦rez Mart¨ªnez y Miguel ?ngel Zamarr¨®n Moreno son, respectivamente, secretario ejecutivo confederal de UGT y coordinador confederal de la Uni¨®n de T¨¦cnicos y Cuadros de UGT. Ambos son miembros del Comit¨¦ Consultivo del Consejo Interterritorial del SNS.
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