El ministerio de los l¨ªos
Rodr¨ªguez Zapatero lleg¨® al Gobierno con la promesa de situar entre sus prioridades el problema de la vivienda, hasta el punto de que alumbr¨® un ministerio de nueva planta. Frente al nihilismo de los ocho a?os de Gobierno de Aznar, que asisti¨® imp¨¢vido a una escalada de precios que ha convertido la vivienda en un bien inalcanzable para millones de espa?oles, unido a una disminuci¨®n de la oferta de viviendas de protecci¨®n oficial (VPO), las declaraciones del nuevo Ejecutivo promet¨ªan una pol¨ªtica de ayuda activa al mercado de alquiler y un deseo de que la llamada burbuja inmobiliaria fuera deshinch¨¢ndose lentamente, en forma de desaceleraci¨®n paulatina de los precios.
Pero los buenos deseos no transforman la realidad por s¨ª solos. En los ¨²ltimos meses, buena parte de las expectativas de mejora del mercado se est¨¢n evaporando. Primero, porque el ministerio ha revelado sus debilidades pol¨ªticas: todas las competencias est¨¢n en manos de las comunidades aut¨®nomas; segundo, porque, al menos hasta ahora, la ministra Mar¨ªa Antonia Trujillo ha mostrado un pulso pol¨ªtico poco firme para pilotar los vaivenes del departamento. De la falta de competencias, mal puede responsabilizarse a la ministra. As¨ª es el ordenamiento vigente. Pero s¨ª del aparente fracaso en coordinar un plan pactado con las comunidades aut¨®nomas. Y, por supuesto, de la extrema confusi¨®n de los mensajes que transmite.
El mi¨¦rcoles pasado critic¨® la calidad de las estad¨ªsticas de vivienda, a las que atribuy¨® la funesta cualidad de generar excesiva alarma en el mercado, y sugiri¨® que el ministerio no volver¨ªa a publicar las cifras. Tard¨® apenas 48 horas en rectificar tan peregrina negaci¨®n del derecho que tienen los ciudadanos a alarmarse o no por la evoluci¨®n de los precios de la vivienda.
Si consideraba que las estad¨ªsticas reflejan mal la evoluci¨®n de los precios, deber¨ªa haberlo anunciado en el momento en que dispusiera de las estad¨ªsticas correctas. El aplazamiento de la entrada en vigor del plan de vivienda a 2006 -previsto inicialmente en 2005- muestra tambi¨¦n las dificultades pol¨ªticas de la ministra para articular soluciones en profundidad para el mercado de la vivienda, m¨¢s all¨¢ de un plan de choque que se limita a estimular el alquiler y el pago de la entrada de la vivienda con m¨¢s dinero p¨²blico y que resulta insuficiente para abaratar los pisos.
Tras tanta confusi¨®n, anuncia ahora un inventario de suelo p¨²blico que permita conocer en todo momento la disponibilidad de metros cuadrados que pueden influir en el mercado. Hay que confiar que eso signifique que se han vencido los obst¨¢culos erigidos por ministerios e instituciones p¨²blicas para aportar el suelo en su poder. Si fuera as¨ª, estar¨ªamos ante un gran avance, pero la ministra deber¨ªa explicarlo con la mayor claridad posible para evitar malentendidos y rectificaciones.
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