"?C¨®mo saben que iban a cometer un atentado?"
"Hay muchos locutorios en Las Caba?uelas. ?ste no tiene por qu¨¦ ser el de las detenciones". Rachid, harto de preguntas, echa la llave de su locutorio de tel¨¦fonos y env¨ªo de dinero y, a las 12.30, da por terminada su jornada laboral. Este hombre corpulento y moreno es el hermano del argelino Mourad Yala, uno de los ocho presuntos terroristas islamistas detenidos el lunes cuando, seg¨²n fuentes de Interior, planeaban estrellar contra la Audiencia Nacional un cami¨®n cargado con 500 kilos de explosivos. Junto a Yala, conocido en el pueblo como Abu Anas, los agentes se llevaron a su compatriota M. E. D. H. ?. Los musulmanes de este anejo del municipio de V¨ªcar (Almer¨ªa), creen que este ¨²ltimo no era de all¨ª.
"?C¨®mo saben que iban a cometer un atentado si todav¨ªa no han encontrado las bombas?", se pregunta el im¨¢n Choki, responsable del culto en la mezquita de este peque?o n¨²cleo de casas y naves industriales surgido a ambos lados de la N-340. El l¨ªder religioso de este peque?o oratorio llamado Al Tawba, situado a escasos 100 metros del locutorio de Rachid, no cree que Abu Anas, asiduo asistente al templo, pudiera pensar en un ataque semejante.
Junto a varios de los fieles que acuden a la oraci¨®n de las 17.00, Choki cuenta que Abu Anas no es m¨¢s que uno de los cientos de inmigrantes que acuden cada d¨ªa a la mezquita, especialmente concurrida en este martes de Ramad¨¢n. "Mourad es un hombre bueno que s¨®lo quiere ganarse la vida con su trabajo como t¨¦cnico de ordenadores", explica el im¨¢n. "Cuando ven¨ªa, casi siempre por la noche, se dedicaba a repartir sus tarjetas de visita entre los que ven¨ªan a rezar. ?Usted cree que un terrorista va por ah¨ª dando su direcci¨®n y su n¨²mero de tel¨¦fono a cualquiera?", se pregunta el cl¨¦rigo.
Choki, vestido con una larga chilaba verde, explica que Yala lleg¨® a Espa?a hace s¨®lo cuatro meses para instalarse en La Gangosa, otro anejo de V¨ªcar, a pocos kil¨®metros de Las Caba?uelas. El presunto terrorista, que seg¨²n el im¨¢n, vino a Almer¨ªa desde Holanda, tramitaba ¨²ltimamente su permiso de residencia. Algunos no se pueden creer que este hombre "tranquilo y amable" al que gustaba charlar con los clientes del locutorio fuera una de las personas m¨¢s peligrosas del pa¨ªs. "La verdad es que nadie puede decir nada malo de ellos porque aqu¨ª nunca ha pasado nada raro", explica Francisco Lirola.
Nadia, la compa?era sentimental de Djamel Merabet, el presunto activista detenido en M¨¢laga, tampoco entiende por qu¨¦ la polic¨ªa se lo llev¨® en la noche del lunes. "Djamel no ha matado a nadie ni ha hecho nada", dice entre sollozos; asegura que desconoc¨ªa los antecedentes penales de su marido por delitos comunes y explica que trabajaba como pintor.
Los musulmanes temen que las detenciones impliquen un mayor rechazo hacia ellos, sobre todo en la provincia de Almer¨ªa, sede de airados disturbios racistas en el municipio de El Ejido.
Las asociaciones que trabajan por los derechos de los inmigrantes aplauden la acci¨®n policial, pero piden tranquilidad entre la poblaci¨®n aut¨®ctona en una provincia con cerca de 60.000 extranjeros, la mayor¨ªa procedentes del norte de ?frica.
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