Pol¨ªtica cultural

No parece que la conversaci¨®n mantenida entre Irene Papas y el secretario de Cultura, David Serra, tuviera unos resultados positivos. Desde luego, no los tuvo si hemos de juzgarla por las respuestas que daba la actriz en la entrevista que ofreci¨® este peri¨®dico d¨ªas pasados. Papas es una actriz extraordinaria, una gran tr¨¢gica, a la que hemos visto actuar repetidas veces en el cine. Vive el teatro con una aut¨¦ntica pasi¨®n, que se manifestaba en sus declaraciones. En ellas, la actriz exhib¨ªa, una y otra vez, esa vehemencia que su figura transmite de un modo natural y que la ha hecho mundialmente famosa. Sin embargo, me pareci¨® que sus palabras pon¨ªan de manifiesto el profundo desconocimiento que Irene Papas tiene de la situaci¨®n actual de la Comunidad Valenciana.

Se lamenta Irene Papas de que no representaran Las troyanas en Atenas por una decisi¨®n de la Generalidad. Cree la actriz que la funci¨®n hubiera servido para promocionar a la Comunidad Valenciana durante los pasados juegos ol¨ªmpicos. La apreciaci¨®n es cierta, aunque no sabe uno para qu¨¦ querr¨ªa la Comunidad Valenciana promocionarse en Atenas. No parece que sea promoci¨®n lo que necesitemos los valencianos, sino una buena inyecci¨®n de euros en la caja de la Generalidad, y eso no nos lo pod¨ªa procurar una representaci¨®n de Las troyanas, por muy excepcional que resultara. Al contrario, hubi¨¦ramos tenido que afrontar un nuevo gasto. Ya nos hemos promocionado bastante durante los ¨²ltimos a?os, cuando de la mano de do?a Consuelo Ciscar, recorrimos medio mundo de promoci¨®n en promoci¨®n. Como consecuencia de tanta fiesta, ahora hemos debido ponernos a dieta.

La realidad es que, en estos momentos, somos una regi¨®n pobre, muy endeudada, y no podemos permitirnos ning¨²n capricho. Somos pobres no porque careci¨¦semos de recursos, sino porque nuestros gobernantes los despilfarraron con una alegr¨ªa y una falta de previsi¨®n excesiva. Al no haber dispuesto de buenos administradores, debemos enfrentarnos ahora a unas deudas extraordinarias que nos obligar¨¢n a hacer econom¨ªas para pagar a nuestros acreedores. Una parte del dinero que debemos, se gast¨®, precisamente, abonando sueldos tan generosos como los de Irene Papas y en producciones tan espectaculares como Las troyanas o Las comedias b¨¢rbaras. Ambos fueron, sin duda alguna, unos montajes excelentes, como reconoci¨® la cr¨ªtica en su momento, pero es evidente que resultaron excesivos para nuestras posibilidades.

No soy de los que piensan que el arte deba hacerse sin dinero, como parece reprochar Irene Papas a algunas personas. Al contrario, creo que el arte, la exhibici¨®n del arte, es cara. Por ello, considero que s¨®lo debe hacerse una vez que las necesidades b¨¢sicas de la sociedad est¨¦n cubiertas. Y aqu¨ª hemos hecho justamente lo contrario durante los pasados a?os. Nos empe?amos en exhibir un arte muy caro -el arte de escaparate siempre resulta muy caro, porque busca llamar la atenci¨®n- mientras aplaz¨¢bamos, un ejercicio tras otro, la soluci¨®n de esas necesidades. Que los valencianos tengamos en la actualidad uno de los ¨ªndices de camas hospitalarias m¨¢s bajos del pa¨ªs, no es, evidentemente, consecuencia de montar Las troyanas, pero s¨ª de la desastrosa pol¨ªtica cultural que lo propici¨®.