La resurrecci¨®n de los muertos
Los Red Sox de Boston alcanzan las Series Mundiales al ganar a los Yankees en un duelo memorable
Boston enloqueci¨®. Nueva York enmudeci¨®. Y el coraz¨®n de los millones de estadounidenses apasionados por el pasatiempo nacional, el b¨¦isbol, se puso del lado de Boston. Durante tres horas, en la madrugada de ayer, la campa?a electoral qued¨® paralizada y toda la atenci¨®n del pa¨ªs se desplaz¨® a Nueva York, a la batalla ¨¦pica por el campeonato de la Liga Americana. El duelo entre los eternos rivales, los Yankees de Nueva York y los Red Sox de Boston, se sald¨® a favor de estos, que protagonizaron la recuperaci¨®n m¨¢s espectacular de la historia del b¨¦isbol.
Despu¨¦s de perder los tres primeros partidos de la eliminatoria, los Red Sox -uno de los equipos con m¨¢s solera del pa¨ªs- ganaron los cuatro siguientes y la eliminatoria. Ning¨²n equipo hab¨ªa forzado antes el s¨¦ptimo y definitivo encuentro y lo hab¨ªa ganado en los 101 a?os de existencia de los campeonatos de b¨¦isbol. Tampoco ha ocurrido nunca una cosa as¨ª en toda la historia de la NBA. Y no fue una victoria cualquiera: la euforia de Boston y la desolaci¨®n de Nueva York est¨¢n perfectamente justificadas.
En 101 a?os ning¨²n equipo hab¨ªa forzado el s¨¦ptimo y definitivo partido y lo hab¨ªa ganado
La campa?a electoral qued¨® paralizada y en Boston intervinieron los antidisturbios
La rivalidad entre Yankees y Red Sox es ¨¦pica y feroz. Se remonta casi un siglo, a la maldici¨®n del Bambino, la que hechiz¨® al equipo de Boston cuando vendi¨® a Babe Ruth a los Yankees en 1920, despu¨¦s de que el jugador fuera decisivo para conseguir el t¨ªtulo nacional en 1918. Pero cada a?o ha aumentado: la potencia econ¨®mica y deportiva de los Yankees, que han ganado 26 veces las Series Mundiales, ha agraviado al resto de los clubes y de la afici¨®n -de todo el pa¨ªs, no s¨®lo de Boston- que no soportan la arrogancia de los hombres del uniforme rayado. El pasado a?o, los Red Sox estuvieron a punto de pasar a la final, pero cayeron ante los Yankees: la mala suerte que acompa?a a todos los grandes equipos malditos, y los errores del entrenador, lo impidieron. ?ste era el a?o de la revancha, y el gui¨®n del melodrama respondi¨® a la perfecci¨®n, anticipando -para los dem¨®cratas, obviamente- uno de los posibles resultados del pr¨®ximo 2 de noviembre, porque su candidato, John Kerry, es de Boston y gran aficionado al b¨¦isbol.
Los Yankees, la plantilla m¨¢s cara de las dos ligas profesionales de b¨¦isbol -la Americana y la Nacional- se estrellaron contra los Red Sox ante m¨¢s de 56.000 personas en su estadio de Nueva York. El h¨¦roe de la noche fue el barbudo Johnny Damon, que consigui¨® el grand slam [un batazo que se sale del campo con las tres bases llenas, lo que equivale a cuatro carreras de golpe] que marc¨® el principio del fin para los Yankees. En el equipo de Nueva York, el s¨ªmbolo de la derrota fue Alex Rodr¨ªguez: el jugador de origen dominicano, el m¨¢s caro de las ligas de b¨¦isbol, con un contrato anual de 25,2 millones de d¨®lares. Rodr¨ªguez, que estuvo a punto de fichar por los Red Sox, pero acab¨® en Nueva York gracias al talonario de George Steinbrenner, propietario de los Yankees, no bate¨® como sabe y protagoniz¨® una jugada desgraciada: quiz¨¢ la maldici¨®n del Bambino -vendido por 100.000 d¨®lares de 1920- se ha traspasado a A-Rod, como se conoce al dominicano.
Boston, cuna de la Revoluci¨®n americana contra el colonialismo brit¨¢nico, vivi¨® una noche de sublevaci¨®n y delirio, y millones de personas en la ciudad, en el Estado de Massachussets y en toda Nueva Inglaterra salieron a la calle a celebrarlo hasta la madrugada, en ocasiones de manera salvaje: la polic¨ªa antidisturbios, ayudada por helic¨®pteros, tuvo que intervenir y disparar balas de caucho para frenar a los fans m¨¢s arrebatados, que saltaban de coche en coche y prend¨ªan hogueras de celebraci¨®n en los alrededores de Fenway Park, el m¨ªtico estadio de los Red Sox al que acudieron m¨¢s de 60.000 personas tras la victoria, desde las fiestas en las casas y los bares en los que se hab¨ªa organizado el seguimiento del partido a trav¨¦s de pantallas gigantes. Hubo decenas de detenidos.
En Nueva York todo era desolaci¨®n. "Malditos Yankees", titulaba a toda p¨¢gina el populista The New York Post, mientras que el m¨¢s mesurado The New York Times dec¨ªa: "La resurrecci¨®n de los muertos: los Red Sox entierran a los Yankees y jugar¨¢n las Series Mundiales". El partido acab¨® pasada la medianoche: "Los dos equipos sabotearon el descanso de los espectadores, pero nadie pod¨ªa permitirse el lujo de irse a la cama", como escribi¨® George Vecsey en The Washington Post.
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