?Est¨¢ usted mejor que hace cuatro a?os? (1)
HACE CASI UN CUARTO DE SIGLO, cuando se enfrentaron en las elecciones presidenciales Ronald Reagan y Jimmy Carter, el primero bas¨® su campa?a en una pregunta muy simple a los norteamericanos: "?Est¨¢ usted mejor que hace cuatro a?os?".
Si ahora los ciudadanos hubieran de contestar a la misma cuesti¨®n, la respuesta ser¨ªa la siguiente, seg¨²n la opini¨®n del economista Joseph Stiglitz: la familia media vive peor que hace tres a?os y medio; las rentas medias han bajado m¨¢s de 1.500 d¨®lares en t¨¦rminos reales; las familias viven asfixiadas, pues los salarios han crecido por debajo de la inflaci¨®n y los gastos familiares esenciales se disparan; cinco millones de americanos (hasta 45 millones en total) han aumentado el ej¨¦rcito de quienes no tienen ning¨²n tipo de asitencia m¨¦dica. "Es decir, el crecimiento no ha beneficiado m¨¢s que a los que ocupan la franja superior de la distribuci¨®n de la renta... que m¨¢s se han beneficiado de los recortes fiscales de Bush".
?Qu¨¦ va a pesar m¨¢s en el voto de EE UU, el miedo al terrorismo o su situaci¨®n econ¨®mica? Si es la segunda, las posibilidades de Bush disminuyen mucho. Menos crecimiento y m¨¢s paro; las familias viven peor
La inc¨®gnita est¨¢ en saber qu¨¦ va a pesar m¨¢s en el ¨¢nimo de los votantes: si el miedo a la inseguridad o la econom¨ªa. Si es la segunda, las expectativas para George W. Bush no ser¨ªan buenas, aunque todo depende de con qu¨¦ se compare: si con la gloriosa d¨¦cada de Clinton, su antecesor, o con la coyuntura de sus socios europeos o japoneses, por ejemplo.
El crecimiento de la coyuntura no ha vuelto a la velocidad de crucero de los noventa, cuando la nueva econom¨ªa parec¨ªa haber dado con el secreto del final de los ciclos econ¨®micos. El ¨²ltimo PIB conocido de EE UU, el del segundo trimestre de este a?o, ha crecido un 3,3%, por encima de la an¨¦mica Europa, pero muy por debajo, por ejemplo, del incremento del 7,4% de hace tres trimestres en Norteam¨¦rica. El porcentaje de paro es del 5,4% (unos ocho millones de personas), envidiable para los europeos; pero Bush ha destruido durante su mandato m¨¢s de 800.000 puestos de trabajo, frente a los 21 millones que se crearon en las dos legislaturas dem¨®cratas de Bill Clinton. La mayor parte del empleo generado es de muy baja calidad (temporal, a tiempo parcial). Adem¨¢s, ello se produce en el contexto de la deslocalizaci¨®n, que tambi¨¦n afecta a EE UUm pese a que su econom¨ªa es m¨¢s flexible y desregulada que la europea. Lo que demuestra que, en el extremo, la deslocalizaci¨®n significa costes laborales cero, con ninguna cobertura social y sindical. ?se es el para¨ªso de algunos empresarios. Seg¨²n los estudios de dos economistas de las universidades de Massachusetts y Cornell, en 2004 se habr¨¢n deslocalizado de EE UU unos 400.000 puestos de trabajo, a un ritmo que ha duplicado el de los ¨²ltimos tres a?os. Los destinos de esas empresas son, sobre todo, China y M¨¦xico.
El proceso imparable de destrucci¨®n de las cuentas p¨²blicas ha hecho de Bush un campe¨®n. Durante su mandato, el d¨¦ficit fiscal ha llegado a los 411.000 millones de d¨®lares, un 3,7% del PIB -la mitad del PIB espa?ol de un a?o-, mientras Clinton dej¨® el presupuesto con un super¨¢vit del 2,4% del PIB. El d¨¦ficit de la balanza corriente supera el 5,7% del PIB, y el d¨¦ficit comercial de agosto (¨²ltimo periodo computado) fue el segundo mayor de la historia de EE UU, despu¨¦s del de junio. Si el FMI fuese tan riguroso con EE UU como con cualquier pa¨ªs latinoamericano o asi¨¢tico, estar¨ªa en el hospital de enfermos con enfermedades muy graves.
No son ¨¦stos los ¨²nicos grandes desequilibrios. El Congreso autoriz¨® para este a?o un l¨ªmite de 7.380 millones de d¨®lares de deuda para financiar el d¨¦ficit. La Administraci¨®n de Bush ya lo ha superado y ha tenido que suspender la venta de bonos del Tesoro y retener de forma temporal el pago de las contribuciones de los funcionarios p¨²blicos a los fondos de pensiones. En cuanto pasen las elecciones, el Congreso tendr¨¢ que reunirse y autorizar un suplemento de dinero para que la Administraci¨®n siga funcionando.
?sta ha sido la luminosa pol¨ªtica econ¨®mica de los neocons. Sin entrar en la distribuci¨®n de la renta.
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