La deuda de las diputaciones es ya superior a la del Gobierno
Las instituciones forales se quejan del sistema de reparto de los ingresos
La deuda de las tres diputaciones vascas supero por vez primera en 2003 a la que tiene el Gobierno. El Gabinete de Juan Jos¨¦ Ibarretxe ha reducido en 803 millones de euros su deuda entre 1999 y 2003, hasta dejarla en 1.048 millones a 31 de diciembre de ese a?o, mientras que en las instituciones forales se ha estancado o crecido. A final de 2003 la deuda de las tres era ya 1.166,5 millones, y sigue creciendo. Todas cumplen los l¨ªmites legales, pero la deuda super¨® en Vizcaya en 2003 el 85% del gasto neto de los departamentos, el 54% en Guip¨²zcoa y el 40,6% en ?lava.
Las diputaciones critican tener que dar dinero al Gobierno que luego lo devuelve
En el ¨²ltimo Consejo Vasco de Finanzas la diputaci¨®n de Guip¨²zcoa ya expres¨® su preocupaci¨®n por la senda del incremento de su gasto social. En 2004, el gasto por ese concepto, 208 millones, super¨® al de inversiones en infraestructuras, 158, y sigue subiendo. Las fuertes inversiones en carreteras, -las diputaciones tienen la competencia exclusiva- son otro motivo de preocupaci¨®n en ?lava o en Vizcaya, dos provincias embarcadas en numerosos proyectos de infraestructuras como la supersur o la Eibar-Vitoria.
Y es que las finanzas del Gobierno vasco y de las tres diputaciones dibujan sendas divergentes. Mientras el Gobierno goza de una situaci¨®n saneada y su deuda se reduce a pasos agigantados, al pasar de 1.851,3 millones de euros en 1999 a 1.048,2 en 2003, un total de 803,1 millones, en el mismo periodo las tres diputaciones han pasado de los 1.000 millones de deuda abierta a los 1.166,5 a 31 de diciembre de 2003.
Sin causa efecto
Desde esa fecha las diputaciones de Vizcaya y de Guip¨²zcoa han estancado la deuda e incluso bajado muy poco, mientras los presupuestos crecen, pero la Diputaci¨®n de ?lava se sigue endeudando, aunque dispone, de momento, de m¨¢s margen que sus provincias vecinas. Aunque los asesores consultados en las cuatro instituciones no se atreven a establecer una relaci¨®n causa efecto entre la buena marcha del ejecutivo, y el cors¨¦ al gasto que tienen las diputaciones con la elevada deuda, las interpretaciones que ofrecen son sensiblemente diferentes.
El problema es que la situaci¨®n no va a variar, al menos hasta 2007, cuando se renegocie el denominado coeficiente vertical, es decir, el porcentaje que se lleva el Gobierno de todo lo recaudado en Euskadi. En julio de 2002 las protestas de ?lava no sirvieron de nada y a pesar de que pidi¨® una rebaja del coeficiente establecido para el quinquenio en el 70,44%, el Gobierno vasco no movi¨® ni una coma y consolid¨® su potencial econ¨®mico dentro del entramado institucional de Euskadi. Adem¨¢s del coeficiente vertical, de car¨¢cter m¨¢s pol¨ªtico, est¨¢ el horizontal, es decir el porcentaje que cada diputaci¨®n ha de aportar para que el Gobierno reciba la cifra que representa ese 70,44%. El coeficiente horizontal es autom¨¢tico y sube o baja en funci¨®n de las recaudaciones.
En aquella reuni¨®n de julio de 2002, el Gobierno vasco, conocedor de que las diputaciones no disponen de recursos suficientes, acept¨® sacar adelante el Plan Marco de Apoyo Financiero a la Inversi¨®n P¨²blica, que reparte cada a?o 120 millones de euros entre los tres territorios, precisamente para apoyarles econ¨®micamente en competencias exclusivas de las diputaciones.
"Es un contrasentido que tengamos que dar dinero para que luego nos lo devuelvan", protestan desde ?lava. "Se trata simplemente de una cuesti¨®n de poder y el Gobierno vasco lo que hace es decir que el poder lo tienen ellos y el dinero tambi¨¦n, y lo reparten c¨®mo y cuando quieren".
Para el Gobierno vasco se trata simplemente de buena gesti¨®n por su parte y de esfuerzo presupuestario, dos claves que le han permitido llegar a un escenario de tranquilidad. En el ejercicio de 2003, el de la venta de Naturcorp por parte del Gobierno, el Ejecutivo baj¨®, de golpe, 500 millones de euros, el equivalente a la deuda abierta de las diputaciones de Guip¨²zcoa y ?lava juntas. Curiosamente las Diputaciones, que son las instituciones que proporcionan el 95% de los ingresos del Gobierno, son las que sufren m¨¢s dificultades para invertir en sus respectivas provincias.
Del presupuesto total de cada Diputaci¨®n los departamentos apenas disponen del 15% para gastar. Por ejemplo el presupuesto de Vizcaya en 2003 fue de 4.893 millones de euros, y el gasto neto de los departamentos fue de 824,8 millones. Del resto unos 2.900 millones fueron aportaciones para el presupuesto del Gobierno vasco, unos 524 para financiar a los ayuntamientos y 561 para el Cupo. La deuda ese a?o era de 713 millones que sobre el presupuesto total representa un 14%. Sin embargo, esa deuda sobre la capacidad de gasto real de la Diputaci¨®n Foral de Vizcaya es el 85%. Vizcaya est¨¢ embarcada en proyectos como la Supersur, la nueva autopista paralela a la A-8 y el proyecto de campo de golf en La Arboleda. Adem¨¢s, padece el impacto presupuestario hasta 2027 del BEC. Vizcaya iba reduciendo paulatinamente su deuda hasta que en 2002, asumi¨® 130 millones de euros de n¨²meros rojos de la empresa Bideak, SA, de carreteras.
En Alava la situaci¨®n es mejor debido a que los controvertidos Pagar¨¦s Forales de los a?os 1996 y 1997, que garantizaban la opacidad de los fondos a cambio de un bajo inter¨¦s, y volv¨ªan a sus propietarios como dinero blanco, redujeron la deuda de ?lava hasta m¨ªnimos hist¨®ricos. A partir de esa fecha aunque muy despacio, la deuda ha ido subiendo. En los presupuestos operativos de 2002, que ascendieron a 304 millones de euros, la deuda era de 115 millones, el 37%, y en 2003 subi¨® a los 130,4 millones sobre un presupuesto operativo de 320,9, es decir el 40,6%. Las obras de la Legua del Rey, el tramo de la N-1 entre Armi?¨®n y Miranda de Ebro, la Eibar-Vitoria, adem¨¢s del Museo de Arqueolog¨ªa, han obligado a un importante esfuerzo inversor en la provincia.
En Guip¨²zcoa han podido contener la deuda en los mismos guarismos durante los ¨²ltimos cinco a?os, a pesar del esfuerzo inversor y de la senda de sus presupuestos. Aunque la deuda se mantiene, baja el porcentaje respecto de su presupuesto operativo. Si en 1999 los n¨²meros rojos representaban el 73,1%, en 2004 ha sido del 54%.
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