La teor¨ªa de la pelota de goma
Arenas ha pasado de negociar el Pacto Antiterrorista a tener actos en los pueblos con apenas unos centenares de asistentes
Dice un amigo suyo que Javier Arenas es como una pelota de goma que rebota contra una pared. Por muchos golpes que se d¨¦, siempre vuelve como si no pasara nada. Esta teor¨ªa puede servir para explicar c¨®mo Arenas ha saltado de la pol¨ªtica nacional a la auton¨®mica sin pesta?ear y ha puesto al mal tiempo buena cara. Y es que, en apenas seis meses, Arenas ha pasado de estar en el ajo de la alta pol¨ªtica de Madrid (suscribi¨® acuerdos tan relevantes como el Pacto Antiterrorista entre PSOE y PP) a visitar de nuevo pueblos de Andaluc¨ªa para celebrar actos a los que, en el mejor de los casos, asisten unos centenares de personas.
Para alguien que, tras ocho a?os en Madrid, ha sido ministro en tres departamentos, vicepresidente segundo del Gobierno y n¨²mero dos del PP, el retorno fue como un ba?o de agua fr¨ªa que le devolvi¨® a una realidad no prevista antes de las elecciones de marzo. El que fuera ministro campe¨®n, expresi¨®n que se populariz¨® en su etapa como titular de Trabajo, repite ahora a los suyos que la "pol¨ªtica es muy dura" y que se trata de un oficio que debe ejercerse, fundamentalmente, en la calle, en detrimento de los despachos.
El destino de Javier Arenas cambi¨®, como el de tantos otros dirigentes de su partido, la noche del 14 de marzo, cuando las urnas dictaron una derrota del PP en Espa?a y una debacle en Andaluc¨ªa. En los d¨ªas siguientes, Arenas tuvo opciones de ser secretario general con Mariano Rajoy o portavoz en el Congreso de los Diputados, pero al final tuvo que conformarse con volver a presidir el PP de Andaluc¨ªa, organizaci¨®n en la que es el l¨ªder indiscutible desde 1993.
La anterior presidenta regional, Te¨®fila Mart¨ªnez, habl¨® con Rajoy y le hizo ver que la ¨²nica salida para rehacer un partido cuyas costuras se romp¨ªan por todas partes era el regreso de Arenas. Cuando Rajoy le comunic¨® a Arenas su decisi¨®n, ¨¦ste asinti¨® y empez¨® a hacer las maletas para regresar a Sevilla, donde viven su mujer y sus tres hijos.
En aquellos d¨ªas pocos en el PP andaluz dudaban de que el futuro pasaba por el regreso de Arenas, el ¨²nico, dec¨ªan, que pod¨ªa ejercer de pegamento ante las fuerzas centr¨ªfugas. Hay una frase en la ponencia marco del congreso regional del PP que parece ir como anillo al dedo a lo que le ha pasado a Arenas en estos meses y que, a la vez, parece ser un aviso a navegantes para quienes tengan la tentaci¨®n de resistirse a los cambios de la nueva etapa. Esta ponencia, redactada por su amiga Amalia G¨®mez, afirma en un punto: "Es preciso que cada militante est¨¦ disponible para ocupar el puesto donde pueda ser m¨¢s ¨²til a nuestra comunidad, por encima de las leg¨ªtimas y naturales aspiraciones personales".
Unas aspiraciones que Arenas da por satisfechas en lo que a la pol¨ªtica nacional se refiere y que ahora centra en Andaluc¨ªa, una comunidad en la que ya ha sufrido dos derrotas electorales frente a Manuel Chaves (1994 y 1996).
Para no dar la idea de que viene como un parche coyuntural, Arenas ha anunciado que ser¨¢ candidato auton¨®mico en 2008 y que si mejora los resultados, pero no gana, repetir¨¢ en 2012. Tambi¨¦n ha dicho que si el PP repite malos resultados dentro de cuatro a?os, se ir¨¢ a su casa, algo dif¨ªcil de asumir para alguien que es todav¨ªa relativamente joven para esta actividad (tiene 46 a?os) y respira la pol¨ªtica por todos los poros del cuerpo.
Optimista por naturaleza -prepara un libro sobre humor y pol¨ªtica-, ha dedicado sus primeros meses a insuflar ¨¢nimos a los suyos y, con su habitual desparpajo, ha puesto en circulaci¨®n la idea de que en Andaluc¨ªa hay un "r¨¦gimen", algo que dice tambi¨¦n sin pesta?ear.
Arenas acude al congreso regional con las manos libres para hacer lo que quiera, aunque algunas de sus decisiones no sean comprendidas en sus propias filas. "Son las cosas de Arenas", suelen decir en su partido en estos casos.
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