El D¨ªa Mundial de...
Supongamos que las autoridades se han decidido por fin a llenar el vac¨ªo existente en el tema de la diversidad democr¨¢tica, y han proclamado el d¨ªa mundial de lo que a usted se le ocurra. Por ejemplo, hoy podr¨ªa ser el D¨ªa Mundial de las Almorranas. No, no es mi intenci¨®n faltar el respeto a nadie -ni le estoy se?alando-, pero me pregunto si saldr¨ªa alguien a la calle a manifestarse o postular por las almorranas, y creo que habr¨ªa pocas posibilidades de que eso ocurriese, a pesar de que hay un mont¨®n de personas que las sufren en silencio.
Hay que reconocer que no hay santos ni d¨ªas mundiales para todos. En efecto, todo el mundo quiere su d¨ªa mundial, pero el problema es que el a?o s¨®lo tiene trescientos sesenta y cinco d¨ªas. ?C¨®mo lo metemos todo?, es la pregunta que se hacen los encargados de mundializar los d¨ªas. As¨ª las cosas, el problema es distribuir estos trescientos sesenta y cinco d¨ªas para abarcar un espectro representativo de temas diversos que podr¨ªan llenarlos, aunque el c¨¢lculo no llega atendiendo a la demanda de d¨ªas mundiales especializados. En otras palabras, y por ilustrar el razonamiento anterior, su d¨ªa mundial podr¨ªa quedar fuera de la lista por orden de prioridades.
Claro, usted cre¨ªa que su problema era importante, pero mire los problemas de los dem¨¢s. Su d¨ªa puede estar ocupado ahora mismo por el D¨ªa Mundial de la Energ¨ªa, o el D¨ªa Mundial de las Telecomunicaciones. Supongo que no querr¨¢ para usted el D¨ªa Mundial de la Tuberculosis, o el de la Salud Mental. Deber¨ªa conformarse con su cumplea?os, la Navidad, el santo y esas cosas, que son como los d¨ªas mundiales de casi todo el mundo. Pero si a¨²n as¨ª quiere intentarlo, mande su petici¨®n a las federaciones y organizaciones mundiales correspondientes, y justifique la demanda con un n¨²mero suficiente de firmas.
Dentro de poco los d¨ªas mundiales estar¨¢n tan apretados que har¨¢ falta comprimirlos y superar¨¢n las proporciones del calendario. Por otra parte, como se trata de que haya sitio para todos, se hace evidente la necesidad de aprovechar tambi¨¦n las noches, que resuelven el problema a medio plazo. Y, a pesar de todo, no cabr¨¢n todos los d¨ªas mundiales. Pero no se apure, mire en el ¨ªndice de los d¨ªas, alguien ha tenido que acordarse de usted, apuesto a que est¨¢ incluido en alg¨²n p¨¢rrafo de la letra peque?a, en alg¨²n subgrupo, y si a pesar de todo no est¨¢ en la lista, no se preocupe: lo estar¨¢.
Formar parte de las estad¨ªsticas es muy democr¨¢tico, pero, curiosamente, no individualiza nada los eventos de ¨¦ste tipo, que pueden predecir su muerte. Seguramente usted tiene ya su d¨ªa, y a¨²n no se ha dado cuenta.
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