Berlusconi busca bajo presi¨®n un sustituto para Rocco Buttiglione
El Vaticano aconseja al primer ministro italiano
Silvio Berlusconi busca ya un sustituto para Rocco Buttiglione. Y no le resulta f¨¢cil, porque la pol¨ªtica italiana, exportada esta vez al Parlamento Europeo, es siempre compleja: pesan las presiones de los partidos, las sugerencias del Vaticano, los recuerdos de antiguas traiciones y los c¨¢lculos electorales. El asunto se ha convertido en una partida de p¨®quer con todas las cartas cubiertas, y tanto Berlusconi como Buttiglione quieren apurar la mano hasta el final. Mario Monti, Franco Frattini, Antonio Martino y Letizia Moratti suenan como alternativas.
Franco Frattini, el ministro de Exteriores, anunci¨® el mi¨¦rcoles que el Gobierno italiano manten¨ªa la candidatura de Rocco Buttiglione. Cuando habl¨®, Frattini hab¨ªa recibido ya la oferta de sustituir a Buttiglione, y la hab¨ªa declinado cort¨¦smente. Frattini sab¨ªa que los mensajeros de Berlusconi hab¨ªan tanteado tambi¨¦n al anterior comisario de Libre Competencia, Mario Monti, y al ministro de Defensa, Antonio Martino, sin mayor ¨¦xito. El ministro de Exteriores se limitaba, con su afirmaci¨®n p¨²blica, a encadenar un nuevo farol en una partida llena de ellos.
El propio Rocco Buttiglione hab¨ªa insistido una y otra vez en que no pensaba renunciar a la Comisar¨ªa de Justicia y Libertades en la Comisi¨®n Europea. Y se hab¨ªa declarado "v¨ªctima de un tridente". "La hostilidad hacia la Italia de Berlusconi, el enfrentamiento institucional entre el Europarlamento y los Gobiernos nacionales y la animadversi¨®n hacia los cat¨®licos" eran, en palabras del candidato transcritas ayer por el diario La Repubblica, las tres puntas del tridente enemigo. Sin embargo, Buttiglione no ocultaba a sus amigos que no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s en "pertenecer a esta Comisi¨®n Europea", y que consideraba muy probable su retorno a la pol¨ªtica italiana.
?Qu¨¦ inter¨¦s ten¨ªa Buttiglione en apurar el c¨¢liz de su martirio parlamentario? Uno muy concreto: desprenderse de la etiqueta de pol¨ªtico chaquetero y acomodaticio, gen¨¦ricamente adherida a todos los antiguos democristianos y muy en concreto a Buttiglione desde que, a finales de 1994, pact¨® con el comunista Massimo D'Alema y con el l¨ªder de la xen¨®foba Liga Norte, Umberto Bossi, para derribar el primer Gobierno de Silvio Berlusconi. "Estoy aqu¨ª para dar testimonio de unos valores, quiero que dejen de verme como un pol¨ªtico asustadizo, creo en los principios que he sostenido y no dar¨¦ marcha atr¨¢s", le coment¨®, precisamente a D'Alema, durante la sesi¨®n parlamentaria en Estrasburgo en la que el presidente designado de la Comisi¨®n, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, renunci¨® a someterse al voto.
Buttiglione, por tanto, aspira a regresar a Italia con una nueva imagen de integridad y de solidez cristiana. El Vaticano, sin embargo, ha hecho saber a Berlusconi que convendr¨ªa mantener a Buttiglione como comisario. Esa es una opci¨®n que ya no depende del presidente del Gobierno italiano. Quien, por otra parte, podr¨ªa contentar a la jerarqu¨ªa cat¨®lica ofreciendo a Buttiglione un puesto de relevancia en Roma. Como, por ejemplo, la cartera de Educaci¨®n P¨²blica, siempre golosa para el catolicismo, pero no lo bastante crucial como para alterar el delicado equilibrio de poder en la coalici¨®n berlusconiana.
La actual ministra de Educaci¨®n, Letizia Moratti, culta, pol¨ªglota y bastante quemada en el cargo, ofrece a su vez el perfil apropiado para una comisar¨ªa europea. Moratti se perfilaba ayer como la alternativa m¨¢s veros¨ªmil a Buttiglione. Sin olvidar a Monti, Frattini, Martino o el ex ministro de Econom¨ªa, Giulio Tremonti: todos han dicho no, pero en pol¨ªtica ning¨²n no es para siempre.
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