Achero Ma?as presenta un contundente documental sobre el conflicto irland¨¦s
Se llama Blackwhite. Donde los polos se tocan y es la sorprendente propuesta que se ha tra¨ªdo bajo el brazo el actor y director Achero Ma?as a esta Seminci que hoy concluye. Presentada fuera de concurso en la secci¨®n Tiempo de Historia, el filme es una contundente revisi¨®n del conflicto irland¨¦s, desde finales de los sesenta hasta hoy mismo, un tema que en realidad parece postular otro: el final de la violencia etarra y los caminos que se pueden abrir entre nosotros en una te¨®rica situaci¨®n de abandono de las armas por parte de los terroristas vascos.
El eje de Blackwhite son dos adolescentes, uno cat¨®lico y el otro protestante, que se encuentran en una de las pocas instituciones norirlandesas en la que no cuentan ni el origen ni los ideales pol¨ªticos de sus miembros: un gimnasio, curiosamente llamado La Sagrada Familia, en el que se forman futuros boxeadores. Las preguntas que los adolescentes van respondiendo se contraponen, en un juego din¨¢mico aunque a veces un tanto discursivo, con numerosos testimonios que los principales actores del escenario pol¨ªtico irland¨¦s colocan sobre la mesa y que Achero Ma?as monta, en ocasiones creando situaciones de un rico, contrastado contrapunto.
Al final, el propio estancamiento del proceso de abandono de las armas por parte del IRA crea una situaci¨®n, puesta a las claras por numerosos ciudadanos de a pie, de pesimismo que el filme documenta y que deja en el aire los fantasmas, nunca del todo enterrados, de un regreso a la guerra civil que acab¨® provisionalmente con los pactos de 1997.
Y de un conflicto antiguo a otro m¨¢s antiguo a¨²n. La ¨²ltima pel¨ªcula a concurso, la inquietante Domicilio privado, del italiano Saverio Costanzo, que tambi¨¦n habla de otro conflicto enquistado, el palestino-israel¨ª, se apunt¨® con todos los honores a la amplia lista de pel¨ªculas que optan, por sus merecimientos, a incluir su nombre en el palmar¨¦s del festival. La ¨®pera prima con que Costanzo gan¨® el pasado festival de Locarno (certamen en el cual el m¨¢s importante de los actores palestinos, Mohammad Bakri, protagonista del filme, obtuvo el premio al mejor int¨¦rprete, que aqu¨ª podr¨ªa perfectamente volver a repetirse) sorprendi¨® ayer en Valladolid por la coherencia de su punto de vista, la limpieza de su puesta en escena y, sobre todo, su denuncia de una situaci¨®n de abuso, la que vive una familia palestina de clase media a manos de una patrulla de soldados israel¨ªes, que convierten su residencia en un forzoso puesto de observaci¨®n.
Obviamente, la an¨¦cdota del filme no es m¨¢s que la met¨¢fora que engloba toda la situaci¨®n actual de Palestina, en la que el ej¨¦rcito israel¨ª campa por sus fueros y obliga a sus habitantes a vivir bajo un permanente estado de ocupaci¨®n. Con un tono siempre mesurado, sin caer en esquematismos ni en denuncias f¨¢ciles, Costanzo logr¨® hacer convivir, en el filme y fuera de ¨¦l, a actores palestinos e israel¨ªes, en un producto que asombra por su coherencia y por la seguridad con que est¨¢n narrados los ¨¢speros conflictos que en ¨¦l se desarrollan.
T¨ªtulos para el palmar¨¦s
As¨ª las cosas, Domicilio privado puede optar a cualquiera de los premios que el jurado fallar¨¢ hoy mismo. Se a?ade a algunos de los t¨ªtulos que m¨¢s han llamado la atenci¨®n en estos apretados ocho d¨ªas de competici¨®n: en primer lugar, y a distancia en el buen entender de este cronista, 2046, de Wong Kar-wai; pero tambi¨¦n la personal apuesta de Kim Ki-duk Hierro 3; la popular Luna de Avellaneda de Juan Jos¨¦ Campanella, o la extraordinaria Nadie sabe, del japon¨¦s Hirokazu Kore-eda, y hasta la s¨®lida S¨®lo un beso, de Ken Loach.
De entre ellas podr¨¢n salir tambi¨¦n los premios de interpretaci¨®n, aunque es bien cierto que no se han visto este a?o grandes papeles femeninos; y sin olvidar que Sergi L¨®pez realiza uno de los mejores papeles de su vida en un filme que no cuenta en las quinielas, Caminos cruzados de Manuel Poirier. La respuesta, esta misma ma?ana.
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