Napole¨®n no estaba en forma
El historiador italiano Alessandro Barbero reconstruye en un libro iluminador y emocionante la legendaria batalla de Waterloo
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Ca?onazos, fuego de mosquetes, cargas de caballer¨ªa, el fulgor letal de los sables, humo, barro, la tierra empapada de sangre y el aire lleno de estruendo y alaridos. En la estremecedora jornada del 18 de junio de 1815 que se ha dado en conocer como la batalla de Waterloo se ha sumergido, ¨¦mulo de su ficticio compatriota Fabrizio del Dongo, el historiador italiano Alessandro Barbero (Tur¨ªn, 1959). Su magn¨ªfica reconstrucci¨®n de la batalla que signific¨® la derrota definitiva de Napole¨®n (La batalla, historia de Waterloo, Destino) tiene la virtud de hacer vivir al lector el enfrentamiento como si fuera uno de los participantes en el mismo y a la vez de convertir aquel espantoso caos en un escenario perfectamente comprensible. "Bueno, en realidad es una batalla muy simple desde el punto de vista estrat¨¦gico, aunque los historiadores ingleses han hecho todo lo posible por complicarla", se?ala con iron¨ªa Barbero. El autor sugiere en su libro que la batalla en realidad la ganaron los alemanes: los numeros¨ªsimos que luchaban en el ej¨¦rcito de Wellington, en el que s¨®lo el 35% eran brit¨¢nicos, y los prusianos de Bl¨¹cher, que llegaron a Waterloo a tiempo para impedir que Napole¨®n venciera. "No soy el primero que lo dice, pero, como es comprensible, los ingleses son reacios a tal interpretaci¨®n. En todo caso, hay que matizar: desde el punto de vista pol¨ªtico, el alma de la coalici¨®n contra Napole¨®n era Inglaterra, el dinero lo pon¨ªa ella y el comandante del ej¨¦rcito era ingl¨¦s, Wellington. Pero no hay duda de que la mayor parte de soldados de Wellington eran alemanes. Basta con contarlos".
Parece que Napole¨®n no estaba en forma aquel d¨ªa. "No es el mejor Napole¨®n, pero hoy es f¨¢cil criticar sus decisiones. ?l no ten¨ªa mapas modernos, ni sistemas para disponer de una buena visi¨®n de conjunto de la batalla. Es cierto que no andaba bien de salud, los testimonios dicen que ten¨ªa mal aspecto, mal color". Se ha dicho que padec¨ªa de hemorroides. "No s¨¦, no s¨¦, pas¨® mucho tiempo a caballo, no hubiera podido tanto". En todo caso, "Waterloo era una batalla imposible de vencer desde que llegaron los prusianos. Napole¨®n hubiera destruido, seguro, a las fuerzas de Wellington sin los prusianos, independientemente de sus limitaciones f¨ªsicas". ?Fue tan decisiva Waterloo? "Seguramente, a la larga, las cosas no hubieran sido diferentes de haber ganado Napole¨®n. Pero en aquel momento tuvo un enorme valor simb¨®lico: Inglaterra se alzaba como se?ora del mundo".
Waterloo es especial por la acumulaci¨®n de tantas fuerzas en un espacio tan reducido. "Doscientos mil hombres se enfrentaron en cuatro kil¨®metros cuadrados; piense que el cerco de Estalingrado ten¨ªa un di¨¢metro de 600 kil¨®metros. Nunca han combatido tantos soldados en un campo de batalla tan peque?o. Eso confiere a la batalla parte de su brutalidad, y que se desarroll¨® muy lentamente, con espasmos de gran violencia". Fue una terrible batalla de desgaste. "En eso no fue diferente de las de la ¨¦poca, el ej¨¦rcito estaba hecho para consumirse en la batalla, no hab¨ªa la percepci¨®n de lo tr¨¢gico de la p¨¦rdida de vidas de soldados que hay hoy (aunque por lo visto s¨®lo es aplicable a los occidentales, no a los iraqu¨ªes). De todas formas, creo que tras Waterloo, por lo sangriento, algo empez¨® a cambiar. Se nota en las cartas y diarios de los supervivientes".
Barbero, confeso admirador de la nueva historiograf¨ªa militar anglosajona representada por Anthony Beevor, compara a los magn¨ªficos soldados de la infanter¨ªa inglesa con hooligans. "Espero no ser irrespetuoso, pero es verdad que la infanter¨ªa se alimentaba de la clase trabajadora, muy combativa y violenta, que es la que nutre los estadios". La imagen estereotipada de batallones de granaderos, fusileros, dragones, h¨²sares o coraceros de rutilantes uniformes no se ajusta a la realidad, seg¨²n el estudioso. "Los ej¨¦rcitos llevaban dos d¨ªas bajo la lluvia y durmiendo y marchando en el barro, y los tintes de los uniformes eran muy malos y deste?¨ªan, as¨ª que puede imaginar el deplorable estado del conjunto".

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